La Violencia Escolar. Diagnostico Y Prevencion
Enviado por valesole • 24 de Abril de 2014 • 1.925 Palabras (8 Páginas) • 208 Visitas
LA VIOLENCIA ESCOLAR. DIAGNÓSTICO Y PREVENCIÓN
La violencia escolar existe en la medida que esta existe en la sociedad. En ella confluyen una
serie de variables personales y psicosociales que la desencadenan y la mantienen. En el
presente trabajo de revisión analizamos las posibles causas que la originan y proponemos un
programa de prevención y de intervención que no solo contempla el ámbito escolar, sino
también el contexto social inmediato de donde deriva.
CAUSAS DE LA VIOLENCIA ESCOLAR
La violencia escolar hay que estudiarla desde una perspectiva multicausal. En ella se
encuentran implicadas variables vinculadas al individuo, la sociedad y el propio centro escolar.
No entender la violencia escolar, y juvenil en general, desde una perspectiva amplia, es entrar
en aspectos particulares que impiden una actitud auténticamente preventiva. La exposición de
que realizamos se sustenta en los Modelos de Salud Pública. Si bien, por una cuestión
puramente didáctica, los aspectos etiológicos los abordaremos por separado, aunque sabemos
que se trata de una problema complejo en donde, dependiendo de la situación, el peso de cada
variable será distinto.
1. Riesgos relacionados con el niño.
Primero consideramos los aspectos relacionados con la psicopatología que hacen
especialmente vulnerables a los niños y jóvenes que la padecen. Posteriormente, analizaremos
los factores de riesgo comunitarios y ambientales.
•Trastornos paidopsiquiátricos susceptibles de favorecer las conductas violentas (Tabla
– 1). (RUTTER y cols, 1995)
CAUSAS DE LA VIOLENCIA ESCOLAR
La violencia escolar hay que estudiarla desde una perspectiva multicausal. En ella se
encuentran implicadas variables vinculadas al individuo, la sociedad y el propio centro escolar.
No entender la violencia escolar, y juvenil en general, desde una perspectiva amplia, es entrar
en aspectos particulares que impiden una actitud auténticamente preventiva. La exposición de
que realizamos se sustenta en los Modelos de Salud Pública. Si bien, por una cuestión
puramente didáctica, los aspectos etiológicos los abordaremos por separado, aunque sabemos
que se trata de una problema complejo en donde, dependiendo de la situación, el peso de cada
variable será distinto.
2 Riesgos psicosociales
Hemos vistos los factores de riesgo vinculados estrechamente a la psicopatología. Cuando
hablamos de riesgo psicosocial, entendemos por ello la interacción entre variables de tipo
social y perfil psico(pato) lógico del individúo.
En este sentido, cuando nos referimos a un bajo nivel intelectual como factor de riesgo, hay
que plantearse la posibilidad, tanto de que el problema de conducta esté detrás del bajo
rendimiento académico como la existencia de los déficits neurocognitivos o la coexistencia de
ambos. Respecto al género como riesgo, igualmente, se han planteado una serie de
interrogantes para los que aún no se ha dado una respuesta: ¿El hecho de que los problemas
de conducta sean más frecuentes en niños que en niñas, se debe a diferencias
constitucionales ligadas al sexo, a diferentes formas de educar, a que las mujeres expresan las
disconductas de forma diferente (por eje. Una sexualidad precoz)? ¿O es la confluencia de
todas ellas y con qué peso?.
En cuanto al temperamento como riesgo, sabemos que cuando éste es hiperreactivo producen
mayor número de conflictos entre los padres con pautas educativas anómalas. Parece que esta
característica temperamental origina con más frecuencia la denominada Escalada de
Interacción Coercitiva que, gráficamente, podríamos resumirla como sigue:
Demanda al niño => niño no obedece => padre grita => niño no obedece y grita => el padre
agrede => el niño agrede al padre => padre protesta y se retira.
La situación anterior da lugar a una serie de aprendizajes: El padre al no conseguir controlar la
situación experimenta un sentimiento de ineficacia y el niño consigue lo que desea y aprende a
conseguir lo que desea a través del enfrentamiento y la desobediencia. Si este aprendizaje se
generaliza a otros contextos, el niño realizará sus demandas utilizando métodos coercitivos.
Pero no todos los investigadores del temperamento están de acuerdo en que actúe como un
terreno vulnerable frente a la violencia. Sin embargo, hay otros que justifican la vulnerabilidad a
través de los resultados de algunos estudios longitudinales que han evidenciado que niños
hiperactivos a los tres años, a los siete eran más agresivos, manipuladores, indisciplinados y
más transgresores de las normas.
Los déficits en el desarrollo neurocognitivo tendrían como consecuencia mayores dificultades
en el desarrollo de la conducta prosocial, dificultades en la demora de la satisfacción,
dificultades en la valoración de las consecuencias, dificultades en establecer la relación castigo/transgresión, falta de habilidades para la planificación y déficits en el aprendizaje a través de consecuencias negativas. La violencia escolar se ha estudiado, igualmente, desde la perspectiva del Modelo de
Aprendizaje Social. Este modelo propone cinco pasos en el aprendizaje: registro de la
demanda social, interpretación de la demanda, buscar una respuesta adaptada a la demanda,
decidir el tipo de respuesta y emisión de la respuesta. Los niños agresivos y violentos
interpretan la demanda social con mayor hostilidad condicionando el tipo de respuesta.
Los abusos sexuales y/o físicos pueden dar lugar, tanto a trastornos internalizantes
(depresión/ansiedad), como a externalizantes (trastornos disruptivos). Por ello, se ha puesto,
igualmente, en relación con la violencia.
Las anormalidades en el vínculo afectivo, pueden presentarse en situaciones de estrés y
dificultades intrafamiliares, familias sin apoyo social, algunos trastornos psicopatológicos en los
padres, y los problemas graves de salud en el niño. Cuando existe una alteración vincular,
suelen ser niños con baja autoestima, inseguros y con baja competencia en habilidades
sociales, siendo un buen factor de vulnerabilidad para la violencia escolar.
Como riesgos ligados al ambiente familiar, y no específicos, podemos citar los siguientes:
•Recursos económicos insuficientes.
•Negligencia en los cuidados parentales. Hay que
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