Teorías Psicosociales del Envejecimiento
Enviado por yedania • 12 de Marzo de 2014 • 6.761 Palabras (28 Páginas) • 548 Visitas
UNIVERSIDAD JUAREZ AUTONOMA DE TABASCO
División Académica de Ciencias de la Salud
Gerontología
Materia
María Trinidad Fuentes Álvarez
Catedrática
Graciela Delfina Margalli Pool
Cinthia Janeth Ruiz Méndez
José Carlos Rodríguez Torres
Dulce Mayling Barrera Cayetano
Johana Lizette Pérez Hernández
Integrantes del equipo
Villahermosa Tabasco a 21 de septiembre del año 2013
Teorías Psicosociales del Envejecimiento
Teoría de la Desvinculación
Una vez pasada cierta edad, es normal que las personas vayan reduciendo los roles más activos, busquen otros de menor actividad, reduzcan la intensidad y frecuencia de las relaciones sociales y se centren en su propia vida interior.
Teoría de la Actividad
Durante la vida los individuos desempeñan un gran número de roles. Ahora toca desempeñar el rol de la vejez. Para mantener la autoestima habría que mantener un óptimo nivel de actividad productiva.
Teoría del Contexto Social
El contexto no sólo engloba aspectos sociales también la salud, los condicionamientos económicos y los apoyos sociales.
Teoría de la continuidad
Último estadio del ciclo vital como continuación y prolongación de las constantes presentes en otros momentos de la vida.
Envejecemos y se acentúan los rasgos de personalidad previamente mantenidos.
Análisis Psicosocial de las Personas Mayores
Las principales situaciones sociales a las que una persona debe hacer frente en el envejecimiento son según Rosow (1967):
a. La pérdida del trabajo y la jubilación, que definen la necesidad de rehacer no sólo una estructura horaria, sino también una estructura de metas y relaciones sociales diferente.
b. La necesidad de buscar actividades y usos del tiempo alternativos, ligados igualmente a la jubilación.
c. La demanda de cuidados específicos de salud más frecuentes.
d. La demanda de diferentes productos y recursos de bienestar, individual y comunitario.
e. La necesidad de asumir cambios en la dinámica de la familia nuclear debido a la nueva reorganización del tiempo y de las actividades o a las variaciones en el ciclo de vida de la familia (muerte de un cónyuge, abandono del hogar por parte de los hijos, etc.).
Asimismo, la experiencia social que supone la vejez lleva a una tendencia a que se den los siguientes fenómenos.
a. Tendencia a ajustar el comportamiento a lo que Brown (1996) denomina “el patrón de desimplificación social”. Cuando una persona acostumbrada a un alto nivel de actividad social se ve bruscamente privada de ésta sufre problemas de ajuste y síntomas similares a las personas que viven en situaciones persistentes de privación social.
b. Tendencia al aislamiento, que es un indicador de disminución de la capacidad de control y regulación de la interacción social. Los factores que inciden sobre ella son muy variados pero en la mayor parte de las ocasiones están relacionados con cambios en la vida familiar (desaparición de uno de los cónyuges) y en la pérdida de las relaciones sociales vinculadas al trabajo. Esta tendencia influye decisivamente en la pérdida de la autoestima, de estatus social atribuido, de sentido de independencia y en algunos casos en la aparición de desórdenes mentales.
c. Sobre todo en la etapa más tardía de la ancianidad, la pérdida de capacidades físicas y mentales, que disminuyen la capacidad de funcionamiento y el nivel de desempeño de la persona mayor.
d. En la ancianidad se produce una disminución de la capacidad económica y por lo tanto una tendencia a ser y sentirse dependiente.
Los escenarios decisivos en los que van a producirse las distintas situaciones y tendencias de la experiencia social de la vejez son:
a. La familia: Es conveniente diferenciar entre la familia de origen (hermanos, cuñados, etc.), la familia propia (hijos) y la descendencia de segundo grado o más (nietos,…).
b. La pareja: Esta relación es crucial en las condiciones actuales de familia nuclear y estructuralmente aislada.
c. Las amistades: Relaciones sociales establecidas en otras etapas del ciclo vital y que aún se mantienen.
d. Otras redes informales: Relaciones o participación en redes sociales o grupos informales vinculados a la experiencia de ser mayor (otras personas de un centro de jubilados, etc.).
e. El vecindario: Constituye una posibilidad para desarrollar actividades y recursos de innovación de la vida cotidiana.
f. Los grupos de actividad: Vinculados al desarrollo de tareas o actividades en las que la persona puede implicarse (redes de voluntariado, participación en talleres, desarrollo de actividades lúdicas o recreativas, etc.).
g. Relaciones sociales a través de medios técnicos (teléfono, ordenadores, etc.).
Ofrece una posibilidad nada despreciable.
Cualquier intervención dirigida a ayudar a la persona a superar las situaciones va a necesitar del apoyo de estos escenarios sociales. En la medida en que todos ellos apoyen a la persona para tener éxito, éste será más fácil de obtener.
Prevención y Promoción de la Salud en las Personas Mayores
La prevención y promoción de la salud se entienden desde la perspectiva de la educación para la salud, según la cual se pretende influir en personas, grupos comunidades sobre los factores que determinan el concepto de salud.
Entendemos la prevención de la enfermedad como la detección precoz de factores de riesgo para poder incidir tempranamente en ellos, para eliminarlos o paliar sus efectos.
La promoción de la salud implica implantar comportamientos saludables cuando no existen en la persona o en las comunidades. Conlleva crear conductas o hábitos que la experiencia o ciencia han demostrado que están asociados positivamente con el estado de salud.
Consideramos la salud en su concepto clásico aportado por la Organización Mundial de la Salud en 1972, según el cual es un estado de bienestar biológico, psicológico y social de las personas.
Factores de riesgo.
Existen una serie de factores de riesgo para la salud de los que podemos resaltar tres como fundamentales que son la principal causa de morbi-mortalidad
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