CASO PRÁCTICO DERECHO MERCANTIL FRANQUICIA

CUESTIONES: 

1.1  En relación con los elementos personales del contrato de franquicia:

1.1.1      ¿Hay una relación laboral entre franquiciador y franquiciado?

No, según la cláusula segunda del contrato de franquicia, entre el franquiciador y franquiciado no existe vínculo laboral, ya que el negocio está configurado como propio del franquiciado, asumiendo éste último los resultados obtenidos.

Además tampoco será el franquiciado socio, representante o agente, ni llevará a cabo la representación para actuar en nombre del franquiciador.

1.1.2      ¿Está sometido el franquiciado al estatuto jurídico del empresario?

Sí, ya que, como indica el artículo 62.1 de la Ley 7/1996, de Ordenación del Comercio Minorista, “la actividad comercial en régimen de franquicia es la que se lleva a efecto en virtud de un acuerdo o contrato por el que una empresa, denominada franquiciadora, cede a otra, denominada franquiciada, el derecho a la explotación de un sistema propio de comercialización de productos o servicios.” Así pues en el contrato de franquicia nos encontramos con que el franquiciado debe ser empresario, y por tanto estar sometido a su estatuto jurídico.

1.1.3      ¿Quién es el titular del negocio que explota el franquiciado?

En este supuesto, el titular de los productos que se explotarán mediante la franquicia será el franquiciador

Por otro lado, al franquiciado, según la cláusula cuarta, le corresponderá la explotación de la franquicia en Cornellá, dado que el franquiciador ha cedido sus derechos respecto a ello.

1.1.4      ¿Quién es responsable de las deudas que se derivan de la gestión y explotación del negocio frente a los acreedores?

El titular del negocio sería el propio franquiciado Esta se configura como negocio propio del franquiciado, que este conducirá a su propio riesgo y ventura asumiendo los resultados del mismo, por tanto en caso de deudas ante acreedores, serie el responsable

1.2  Sobre la naturaleza jurídica del contrato de franquicia:

1.2.1      ¿Se trata de un contrato típico o atípico?

Son contratos típicos los que cuentan con una regulación sustancial en las leyes y son atípicos todos los demás, los que se rigen fundamentalmente por las normas generales de los contratos. En este caso estamos ante un contrato atípico puesto que aunque existe un marco legal normativo que regula el sector, no existe una regulación específica del contrato.

1.2.2      Destaca las diferencias con otros contratos de distribución comercial.

En cuanto a las características que diferencian el contrato de franquicia de otros contratos afines, éstas son las siguientes:

- el franquiciado es un empresario independiente que actúa por cuenta propia y por tanto asume el riesgo de la inversión, así como en los demás contratos de distribución integrada. La diferencia entre ellos está en la intensidad de la integración, en la intensidad del mandato o capacidad de control que tiene el que suministra, concede o franquicia, sobre su suministrado, concesionario y franquiciado. En la franquicia esa intensidad es mayor que en la concesión, y esta a su vez es mayor que en la distribución.

-El franquiciado adquiere la propiedad de la cosa. Sin embargo en el contrato de distribución, en el de suministro y el de concesión también se adquiere la propiedad de la cosa.

- hay una cesión del “concepto de negocio”;

- el franquiciador presta al franquiciado una asistencia continuada (en aspectos sobre todo de índole comercial: material promocional, formación del personal, participación en campañas publicitarias, etc. y  existe por parte del franquiciado un sometimiento a las instrucciones del franquiciador;

- hay un pago por parte del franquiciado en concepto de contraprestación al franquiciador por cederle el “concepto de negocio” que explota (suele dividirse en un canon de entrada y otros pagos periódicos o royalties).

1.3  Sobre los elementos objetivos del contrato:

1.3.1      ¿Es válido el pacto de precios mínimos de venta al público?

La cláusula 3.2 dice que el franquiciado tiene que respetar los precios mínimos que le ponga el franquiciador.

El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), el cual regula en el capítulo I del Título VII las normas de Derecho de la Competencia. Así, el apartado 1º del artículo 101 del TFUE prohíbe entre otras prácticas, la fijación directa o indirecta de precios, la limitación o el control de la producción, y la aplicación a sus distintos contratantes de condiciones desiguales para prestaciones equivalentes (conductas colusorias). Sin embargo, en virtud del apartado tercero del mismo artículo, estas prohibiciones puedes ser declaradas inaplicables. En este sentido, el Reglamento 330/2010 de la Comisión, de 20 de abril de 2010, señala que las prohibiciones del artículo 101 apartado primero no se aplicarán a los «acuerdos verticales», entre los cuales se incluyen los contratos de franquicia.

Así, el Reglamento europeo parece conceder al franquiciador la facultad de imponer al franquiciado los precios de venta, la contratación del suministro de sus productos o servicios a un determinado proveedor, e incluso la decisión sobre los productos que deban reponerse en tienda.

Sin embargo esta inaplicación de las prohibiciones no es absoluta, sino que el propio Reglamento 330/2010 de la Comisión, de 20 de abril de 2010, contiene en su artículo 4a una serie de "restricciones que retiran el beneficio de la exención", entre las cuales destaca la restricción de la facultad de imponer al franquiciado los precios de venta -sin perjuicio de que el proveedor, o en este caso, el franquiciador, pueda imponer precios de venta máximos o recomendar un precio de venta, siempre y cuando éstos no equivalgan a un precio de venta fijo o mínimo-; destaca también, la restricción  del franquiciador de la facultad de control sobre las ventas que realiza el franquiciado a los usuarios finales; y por último, la prohibición de impedir al franquiciado vender las marcas de determinados proveedores competidores.

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