CRECIMIENTO DE LA ECONOMIA CHINA
Enviado por Saidy Andrea Navarro Villar • 2 de Noviembre de 2016 • Monografía • 10.145 Palabras (41 Páginas) • 286 Visitas
ÍNDICE DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I: ANTECEDENTES
1.1.Era Antigua
1.2.Era Imperial
1.3. Mao en el Poder
1.4. Kuomintang contra el Partido Comunista Chino
1.4.1. Campaña de las Cien Flores (1956 – 1957)
1.4.2. Gran Salto hacia Adelante
1.4.3. Revolución Cultural
1.5. Reforma Económica de China
CAPÍTULO III: CONTEXTO ACTUAL
3.1. Coyuntura Económica
3.2. El Endeudamiento
3.3. Evolución llevada a la Proyección
3.4. Miras sobre Perú
3.4.1. Golpe a Exportaciones
3.4.2. Postergación de Inversiones
3.4.3. Menos Recaudación Fiscal
3.4.4. Cuestión de Percepciones
CONCLUSIONES
FUENTES DE INFORMACIÓN
CAPÍTULO I: ANTECEDENTES
En el presente capítulo, se desarrollará la historia de China. De forma que se conozca cómo está nación ha ido formándose y desarrollándose hasta llegar a ser la potencia de la actualidad.
Asimismo, se planea mostrar que la cultura china ha estado plagada de guerras, conflictos, caos y desigualdades sociales que ha logrado superar. Se pretende explicar cómo ha ido sucediendo esto, dando énfasis en las causas que los produjeron y las consecuencias que acarrearon.
1.1. Era Antigua
La Era Antigua fue gobernada por tres dinastías: Xia, Shang y Zhou. La Xia fue la primera en existir. Inició el siglo XXI a. C. y significó el comienzo de una sociedad de clases. Tuvo un total de 17 soberanos. El primero fue Xiayu, quien estableció la forma de gobierno mediante un sistema de abdicación; es decir, la autoridad regía en función de sus capacidades. Sin embargo, su hijo y sucesor, Qi, impuso un sistema hereditario.
La base de la economía china durante toda la Era Antigua fue la agricultura. Además, la artesanía se basaba en piezas de bronce y jade. La dinastía Xia terminó con el mandato de Jie, un líder tiranos. El descontento del pueblo causó una revuelta al mando de Tang, líder de la tribu Shang, quien se convirtió en el primero de los 30 gobernantes de una dinastía que permaneció por más de 600 años.
Tang fue un líder benevolente. Abolió la opresión y persecución llevadas a cabo por Jie. Así, los conflictos fueron disminuyendo y el imperio comenzó a prosperar. Los Shang le otorgaron gran importancia a la pesca. La orfebrería y el tallado de jade mejoraron.
El gobierno del trigésimo gobernador Shang, Di Xing, llegó a su fin cuando Wu (jefe de la tribu Zhou) lo derrocó. Así se originó la Dinastía Zhou, que estableció el sistema Fengjian. Este consistía en la enfeudación de familiares, aliados o jefes locales, para calmar a la población por la conquista del reinado. Así, actuaban como pequeños estados semiautónomos que debían lealtad, asistencia militar y tributos al rey; pero, que poseían autoridad militar y religiosa en sus feudos. Sin embargo, una parte de la cosecha debía ser retribuida al gobierno central para almacenar los excedentes que se repartían en tiempos de hambruna o mala cosecha.
Durante esta época existieron grandes escuelas de pensamiento. Eruditos como Confucio y Lao Tse lograron transmitir sus conocimientos. Los reyes Zhou fueron perdiendo su poder, gracias al sistema Fengjian. Hacia el final de la dinastía, los jefes locales comenzaron a declararse reyes. La dinastía fue destruida completamente cuando Qin Shi Huang unificó los estados en el año 221 a.C.
1.2. Era Imperial
Cuando la dinastía Zhou se desintegró, siete estados lucharon entre ellos. El ganador fue Qin, que estableció un imperio autoritario. Así, el gobernador, Zheng, creó un gobierno fuerte y despiadado, con una administración eficiente y normas legales estrictas. Zheng unificó gran parte de China en 10 años y acabó con los “Reinos Combatientes”. Al lograrlo, cambió su nombre por Shi Huangdi o Qin Shi Huang (“primer emperador de China”) y fundó la primera dinastía imperial, iniciando una nueva era.
Él reorganizó y modernizó el Imperio. Ordenó que se unifiquen las medidas, los pesos y el sistema de escritura. Asimismo, introdujo una única moneda y organizó el ejército, las leyes, el comercio y la educación. Por otro lado, mejoró la agricultura mediante canales de irrigación y planes de drenaje. Para protegerse de los bárbaros, comenzó a edificar la Gran Muralla. Además, destruyó obras de pensadores como Confucio, y aniquiló a los seguidores de dicha ideología, reemplazándola con una filosofía legalista.
Tras su muerte, en el 207 a.C., estalló una guerra civil. Liu Bang, dirigente de la rebelión, se proclamó emperador, fundando la dinastía de los Han, con la cual se formó un sistema meritocrático. Por otro lado, se conquistó Corea. Además, se progresó en la industria y el comercio gracias a la seda, la cual fue muy demandada en Europa. Asimismo, se restablecieron el confucionismo y las obras clásicas chinas.
Pero, esta Dinastía se fue debilitando en sus últimos años. Desde el 220 a.C. se sucedieron diversos gobiernos: los Tres Reinos, la Dinastía Jin del Oeste y del Este, los Dieciséis Reinos y las Dinastías del Norte y del Sur. Este período estuvo plagado de caos, guerras, fragmentación política y divisiones sociales.
Yang Jian, fundador de la Dinastía Sui, consiguió unificar los Imperios Norte y Sur. Durante su gobierno, se hicieron numerosas reformas: instauró un sistema burocrático eficiente, dictó leyes menos drásticas y dio marcha a los exámenes imperiales (una serie de pruebas para seleccionar a los candidatos a funcionarios). A pesar de ello, la inestabilidad política fue permanente por la amenaza de invasión de los turcos.
En el año 618, Shanxi, un antiguo general Siu, fundó la Dinastía Tang, que gobernó 289 años. Al llegar a emperador, cambió su nombre al de Daizong. Con esta dinastía, China pasó desde el apogeo cultural hasta la decadencia. Ceinos, P. (2003) asegura que:
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