Matemática. La HORA.
Enviado por julird • 22 de Marzo de 2015 • 1.266 Palabras (6 Páginas) • 240 Visitas
Trabajamos diferentes formas de plasmar LA FECHA
by carmen · 2 comentarios
El tema de “La Hora” suele venir precedido por un pequeño apartado dedicado a la organización de los 365 días que la Tierra tarda en dar la vuelta alrededor del Sol y a su estructuración en semanas y meses. Así que, también hemos estado trabajando las diferentes formas en que reflejamos la medida del tiempo, a “La Fecha”.
ACTIVIDAD: Transformamos la fecha reflejada con palabras en números, y viceversa. Los primeros días recurrimos a una “chuleta” en la pizarra ya que, visualizando la correspondencia mes-número, resulta más sencillo retenerlo y dominarlo.
Además de fechas aleatorias, utilizamos también las de los cumpleaños de distintos miembros de la familia porque el “universo cumpleaños” resulta siempre un recurso tremendamente motivador.
El de la fecha es un tema relativamente sencillo (una vez memorizados los meses del año, claro está) y quizás el único punto complejo sea el identificar y diferenciar los meses con 31 días de aquellos con 30. Para ello le he enseñado a Antón un truco muy sencillo que yo, con todos mis años, sigo utilizando porque hay un par de meses que siempre me generan dudas.
El truco del nudillo consiste en cerrar el puño e ir señalando los nudillos y los espacios que quedan entre ellos, a la vez que vamos enumerando los doce meses. Aquellos meses que coincidan sobre un nudillo corresponden a los que cuentan con 31 días, mientras que los que se señalan en los surcos son los de 30 (exceptuando febrero, claro).
Creo que resulta un truco mucho más sencillo que memorizar el refrán al que recurren algunos libros de texto: “Treinta días trae noviembre, con abril, junio y septiembre. De veintiocho sólo hay uno, y los demás, treinta y uno“.
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abr 7, 2014
Actividades para estudiar LA HORA
by carmen · 3 comentarios
Casi todos los cursos de Primaria incluyen un tema en la asignatura de Matemáticas dedicada a la lectura de la hora. Lo que varía de un curso a otro es el incremento de dificultad progresivo. Y debo decir que yo, particularmente, temo este momento del curso. Las dificultades principales de mi hijo residen en las matemáticas, en las cuestiones abstractas, y la forma en que hemos estructurado las 24 horas del día, resulta enormemente compleja. Quizás los adultos no seamos del todo conscientes porque es un recurso imprescindible y utilizado a diario. Lo hemos integrado en nuestras vidas de tal manera, que no somos capaces de percibir su complejidad. Hasta que nos toca enseñárselo a nuestros enanos… Los pobres se han pasado los últimos años intentado asimilar el sistema decimal y, cuando por fin lo consiguen, les lanzamos a este otro (el relacionado con la hora) que les despista por completo porque no tiene correspondencia alguna con el anterior.
Evidentemente, lo aconsejable sería que fueran dominándolo de forma progresiva y no en los 15 días que le asigna la programación: relacionándolo con sus costumbres y rutinas diarias, comenzando por las horas en punto, para seguir después con las medias y los cuartos, y no abordar el resto (“y”/“menos”) hasta tener esos conceptos completamente dominados.
Para trabajar este tema hemos fabricado un reloj que Antón pudiera manipular con cierta facilidad, dadas sus dificultades motrices. Hemos reutilizado la bandeja de cartón en el que la abuela nos mandó su último bizcocho (lamento esas manchas tan poco estéticas pero siempre es mejor reutilizar que malgastar) y sobre él hemos colocado pistas impresas para facilitar visualmente la comprensión de la forma en que está dividida esa unidad de medida del tiempo que denominamos HORA. Hemos transformado un par de piezas Lego en las manecillas de nuestro reloj que, al no estar ancladas, facilitan
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