SEMINARIO DE FORMACION PROFESIONAL DE DOCENTES

MATERIAL DIDACTICO

PEDAGOGIA

SEMINARIO DE FORMACION PROFESIONAL DE

DOCENTES

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UNIDAD I: PEDAGOGIA EN RETORNO A LA EDUCACION

1. Retorno a la educación

CEPAL-UNESCO propone una estrategia global que llaman “sistémica”. Se intenta ubicar el papel de la educación en relación a la estructura económica y a la dinámica política de las sociedades. De allí lo “sistémico”.

La propuesta estratégica, entonces, es inseparable de un modelo sistémico de desarrollo social. Esto significa que si los otros elementos, políticos y económicos, están relativamente controlados, la estrategia planteada para el desarrollo de la educación encontraría las condiciones de su viabilidad. Si estos otros factores no están controlados, el efecto previsto para el modelo educativo puede verse en graves problemas.

Por “controlado” me refiero a variables controladas. Si estas variables se mantienen estables en las condiciones que la propuesta supone, entonces podría ser que el engarce de la educación con lo que esa sociedad requiere pueda darse según la estrategia que se plantea. “Controlado” también tiene otras implicaciones. Supone estabilidad política en las sociedades, y la apuesta a la estabilidad pasa por la construcción de la democracia en los países que deben construirla, y por la consolidación de la democracia en los países que ya tienen algún camino andado en este sentido.

En términos estrictos la propuesta educativa trata de combinar un objetivo de productividad con un objetivo de democracia. En el enfoque de CEPAL- UNESCO la educación tiene que preparar para dar existencia a ambas metas.

¿Por qué el objetivo de productividad?

La evaluación de la situación económica mundial y de la ubicación de América Latina en este concierto –o desconcierto- económico indicaría que nuestros países tienen que encontrar una nueva posición en su libre concurrencia al mercado internacional. A esto se agrega que el desarrollo tecnológico y el desarrollo de la producción en general, han devaluado de diversos modos aquellos elementos que ofrecían a nuestra oferta posibilidades de competir. Han invalidado, al menos en teoría, la ventaja de la mano de obra barata en la rentabilidad, que era un elemento clave en la oferta de América Latina y el Tercer Mundo.

Las nuevas corrientes económicas, o al menos las tesis a las que adhiere CEPAL, sostienen que la rentabilidad está directamente ligada a la productividad, y la productividad en la época contemporánea implica una mano de obra capacitada para la incorporación rápida de cambios y de nuevas tecnologías, con capacidad de respuesta inmediata. Para lograr esta

productividad se requiere de una mano de obra altamente calificada, esto es, altamente educada.

El otro elemento novedoso en esta evaluación de posibilidades para América Latina, es la intención de combatir o acabar con la explotación irracional de los recursos naturales en función de las preocupaciones por la defensa del planeta y la necesidad de equilibrio de responsabilidades internacionales al respecto. La postergación o exclusión de estos dos elementos –la explotación irracional de recursos naturales y la mano de obra barata-, que de algún modo signan las economías de nuestros países, suponen un cambio profundo en los esquemas de producción. Así queda planteado el escenario ideal.

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Pero hay otro elemento en términos de la participación en el mercado mundial, y es que merced al desarrollo de la tecnología y de la informática, el aporte de nuestros países a la economía internacional es cada vez menor y, puede suponerse, cada vez más prescindible. Buena parte de la producción con la que aportábamos al mercado mundial, está siendo resuelta progresivamente por la tecnología y reemplazada por productos de la técnica. Esto define una especie de acoso económico, de agotamiento de un estilo productivo que supone serios desafíos y que es urgente atender.

Es en este sentido que la propuesta de CEPAL-UNESCO implica una profunda reconversión del sistema educativo y de sus metas para lograr estas nuevas definiciones que son estructurales. No es sólo el momento de globalización de la economía el que plantea las urgencias, es también la progresiva pérdida de participación de nuestros países en su aporte a los mercados internacionales.

Como todas las propuestas económicas, esta se basa en una evaluación de la situación económica que tiene elementos reales, objetivos e inobjetables. Lo que debería discutirse es si de este panorama se desprende necesariamente esta propuesta política.

Porque las propuestas políticas pasan por visiones diversas de la realidad y de lo que se desea sobre la sociedad. Lo que introduce otros componentes. Seguramente sobre esto puede discutirse mucho.

La productividad impacta positivamente en sectores clave de la economía -los productores- y en las capas sociales que dependen de estos sectores, lo mismo que en la consolidación económica de las naciones, y trae problemas para otros sectores.

¿Qué problemas crea la productividad?

En los países desarrollados se ha acompañado de un crecimiento muy poco controlado de la desocupación.

Si pensamos en nuestros países, caracterizados por pirámides de población no comparables a las de aquellos -con una población joven muy grande-, el problema de la desocupación es una perspectiva para la cual ya deberían estarse discutiendo estrategias.

Sobre este problema a futuro, que puede preverse, en el planteamiento de CEPAL no se encuentran menciones.

Pero es tal vez por esto, entre otros asuntos, que interesa mucho el problema de la estabilidad y probablemente de ahí la cuestión de la consolidación de la democracia.

Comparando con los países desarrollados, la consolidación de la democracia está generando nuevas formas políticas, nuevas formas de organización más comunitarias, nuevas respuestas o propuestas de organización de los grupos. Pero no se puede pensar que se esté resolviendo el problema de la desocupación.

Lo que pareciera estar controlado es el peligro de los estallidos sociales, que en nuestros países constituyen una amenaza permanente, tanto para los financiadores externos como para los gobiernos propios.

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