SOBRE EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE

CENTRO PEDAGÓGICO DEL ESTADO DE SONORA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD 26 A

SUBSEDE CABORCA

ASIGNATURA:

CURRÍCULO, FORMACIÓN Y PRÁCTICA EDUCATIVA.

ENSAYO

SOBRE EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE

MAESTRANTE:

MARÍA ISABEL FLORES GÓMEZ

A 28 DE AGOSTO DEL 2012

“La evaluación es una práctica cotidiana que pretende mejorar y potenciar el desarrollo personal de quienes la realizan”

Rosario Contreras Rojas

Por muchos es sabido que la evaluación es un tema fundamental y en ocasiones controvertido en el quehacer educativo, ya que se han realizado numerosas investigaciones acerca de ésta, y algunos estudiosos han llegado a la conclusión de que la evaluación de los aprendizajes representa un problema constante para aquellos docentes e instituciones comprometidos con la educación. Esta afirmación se debe a las múltiples concepciones que se tienen acerca de qué y cómo aprender y enseñar.

Por otra parte, algunos coinciden en la idea de que la evaluación es una excelente herramienta para constatar los aprendizajes de los alumnos, el cumplimiento de los objetivos establecidos, además de la reflexión y mejoramiento del propio trabajo, o en su defecto, puede ayudar a descubrir aquellas áreas que representan una oportunidad en los alumnos, los docentes, los planes y programas y el mismo sistema educativo.

Con el fin de comprender un poco más el tema, este ensayo pretende, en base a la opinión y conocimiento de algunos autores e incluyendo las reflexiones de quien escribe, dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿qué es la evaluación? ¿Para qué y cuándo evaluar?, y finalmente ¿quién evalúa?, cuestionamientos que resultan de gran valor para quienes de alguna u otra manera se encuentran inmersos en el ámbito educativo.

Para concretar lo anterior, es necesario tomar en cuenta algunas aportaciones de sumo interés acerca del concepto de evaluación. En este sentido López F. Blanca e Hinojosa Kleen Elsa definen la evaluación como “una etapa del proceso enseñanza-aprendizaje que se utiliza para detectar el progreso del alumno. La información debe servir al profesor y al alumno para tomar decisiones”.

De acuerdo a las reflexiones de Carlos Rosales en su libro Criterios para una Evaluación Formativa, la evaluación, desde una perspectiva tradicionalista y del profesor, “constituye una función profesional diferente de las demás. Por una parte enseña, demuestra, critica; por otra parte evalúa. Parece como si mientras el resto de las funciones docente se mantuvieran entre sí como una relación a veces impalpable, la evaluación, sin embargo se mantuviera aislada, al final, con carácter accidental y no siempre deseable, pues con frecuencia constituye para el profesor origen de decepciones y tensión psíquica. En estos casos parece hasta probable que el profesor se sintiera liberado si no tuviera que evaluar”.

De aquí el hecho de que una gran cantidad de docentes, alumnos y padres de familia se obsesionen sólo por lograr calificaciones finales determinadas, plasmadas éstas en un sistema que viene a constituir el éxito o fracaso de los alumnos en el aprendizaje, lo que para algunos significa además la capacidad que el alumno tendrá para enfrentarse con mayor o menor fortuna en el futuro dentro de la vida laboral. De ahí también el hecho de que los estudiantes sean presionados por sus padres y maestros para obtener notas altas en los exámenes.

Por otro lado, después de realizar esta aproximación a lo que significa la evaluación en la actualidad, Rosales propone una definición hipotética de ésta, que a la letra cita: “La evaluación constituye una reflexión critica sobre todos los momentos y factores que intervienen en el proceso didáctico a fin de determinar cuáles pueden ser, están siendo o han sido, los resultados del mismo”, lo que al parecer de quien escribe significa que al evaluar el desempeño de un alumno es necesario llevar a cabo una reflexión de las causas del resultado obtenido por éste, así como los medios de perfeccionamiento que puede utilizarse para favorecer el aprendizaje.

Según la concepción de Clifton B. Chadwick y Nelson Rivera, la evaluación, en general, “consiste en un análisis (consciente o inconsciente) de algo, para emitir una opinión acerca de ese algo” , lo que podría ejemplificarse con casos que suceden cotidianamente, como el hecho de una persona que escucha a un cantante, quien analiza la posibilidad de comprar un auto, quien observa a una niña linda que va por la calle, etc. Es decir, la vida está llena de momentos de evaluación aunque, según los autores, quien los lleva a cabo no se percata de ello.

Otra concepción sobre la evaluación según los autores antes mencionados “Surge con los avances de la psicometría. La evaluación pasa a ser objetiva, científica, lo cual se logra mediante la creación de instrumentos de medición estandarizados. Es el auge de las pruebas objetivas”. Sin embargo, cabe mencionar que la creación de instrumentos de evaluación eficaces tiene un costo muy alto, además de que resulta prácticamente imposible medir de la misma manera a todos los estudiantes ya que en el caso de quienes reciben la enseñanza de diferentes profesores, obviamente los resultados difieren notablemente de un curso a otro.

Habiendo definido el término de evaluación, se hace necesario responder al cuestionamiento de para qué evaluar, en este aspecto se refiere como apoyo las palabras

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