Liderazgo
Enviado por franja001 • 29 de Abril de 2013 • 2.156 Palabras (9 Páginas) • 216 Visitas
DESARROLLANDO EL LIDER QUE SOY
PROF. MARCELA MUÑOZ
ULISES GUILLERMO GALEZO CIFUENTES
JORGE ANDRÉS DOMÍNGUEZ MANJARREZ
FRANCISCO JAVIER PACHÓN SANTANA
RAMIRO ARTURO BARRAZA GONZÁLEZ
VALLEDUPAR – CESAR
10°C
2013
INTRODUCCION
Hoy en día, los seres humanos vivimos en mundo tan competitivo que se hace necesaria la formación de un cargo muy importante llamado líder. El líder es el encargado de que en un grupo se cumplan las metas y los objetivos propuestos, pero para ello necesita ciertas herramientas.
En este trabajo se encuentran algunas herramientas que hacen posible el desarrollo de ese líder que todos tenemos adentro y que en ocasiones es necesario que salgan a flote.
A lo largo de nuestra vida, siempre encontramos leyes que rigen o guían nuestra vida. Este no es caso contrario, puesto que las leyes contenidas en este trabajo nos guían para ser mejores líderes y poder ser exitosos en nuestra función.
LA LEY DEL TOPE
“LA CAPACIDAD DE LIDERAZGO DETERMINA EL NIVEL DE EFICIENCIA DE UNA PERSONA”.
Cuanto más alto es el nivel de liderazgo, tanto mayor es la eficacia y determina el impacto potencial que tenga en nuestra comunidad. Un ejemplo claro fue David, quien tuvo una gran capacidad del liderazgo, por lo cual, su nivel de eficacia como gobernante fue alto pero todo fue gracias a su comunión con el Señor y su temor hacia él. Un líder antes de tomar cualquier decisión, siempre toma en cuenta a Dios a través de la oración y la comunión con su Palabra. Además, siempre obedecía a lo que Dios le indicara.
Un verdadero líder forma un equipo; los recluta y emplea a la gente más hábil que pueda encontrar para que ese equipo crezca en tamaño y capacidad; y éstos a su vez, recluten a otras personas con capacidad de liderazgo. Otro ejemplo, JESUCRISTO. Cuando él tuvo que escoger a sus 12 discípulos principales, no escogió a las 12 primeras personas que vio, sino que con ayuda del Espíritu Santo escogió a las personas indicadas para su misión
Para que un líder tenga buenos resultados, debe tener una buena capacidad de liderazgo y saber sacrificarse. El éxito personal, sin capacidad de liderazgo sólo produce una eficacia limitada. El impacto de una persona representa sólo una fracción de lo que podría ser si ésta tuviese un buen liderazgo. O sea, podrás tener todos los títulos de la mejor profesión (licenciatura, maestría o doctorado) pero eso no significa que eres un buen líder, aunque también se necesita el conocimiento sin olvidar el poder de Dios
LA LEY DEL PROCESO
“EL LIDERAZGO SE DESARROLLA DIARIAMENTE, NO EN UN DÍA”.
La capacidad de dirigir e influir en otras personas es una combinación de habilidades que pueden ser aprendidas y mejoradas, pero esa mejoría no se logra en un solo día, o en una sola semana, si no gracias a la perseverancia durante varios años: los líderes exitosos son aprendices toda su vida. Trabajar con perseverancia y consecuentemente, de manera disciplinada siempre funciona si tenemos paciencia
¿En qué consiste? Lo que la ley explica es que para lograr resultados estos no van a llegar de la noche a la mañana, es más bien un proceso que se refuerza día a día, y que en el camino que recorremos es que vienen los cambios personales y las mejoras a largo plazo en nuestra vida. La ley del proceso es que debemos sembrar para poder recolectar.
Esta ley nos explica la importancia de pensar a largo plazo, muchas personas quieren volverse ricas en cuestión de pocos meses pero no están dispuestos a hacer lo necesario para conseguirlo. Esperan que una especie de milagro o “secreto” les muestre el camino mágico hacía lo que desean pero no están dispuestos a dedicarse a esto con todo su esfuerzo.
No es de extrañar que surjan tantas oportunidades de hágase rico rápido y que la gente siga cayendo en ellas. Es verdad que algunas de estas oportunidades funcionan por un tiempo, pero una vez se acaban se debe volver a empezar de nuevo, por lo que no se han cultivado los hábitos que le ayudaran en el largo plazo.
La ley del proceso explica esto completamente, y es que debemos estar creciendo continuamente, aprendiendo y mejorando, sino vamos para adelante, vamos para atrás; aquí no hay punto medio. Entonces a medida que seguimos el proceso y aprendemos, podemos usar las herramientas que tenemos ahora mismo y aprovecharlas. No esperar un mañana, empezar hoy.
La ley del proceso permite que empecemos aprovecharnos de lo que queremos hacer hoy y usar al máximo nuestras capacidades personales hoy mismo.
Entonces, empecemos a sembrar hoy para recibir los frutos de la ley del proceso.
LEY DEL RESPETO
“RESPETO ES EL SENTIMIENTO O ACTITUD QUE LLEVA A RECONOCER LOS DERECHOS Y DIGNIDAD DE UNA PERSONA, ABSTENIÉNDOSE DE OFENDERLOS.”
Uno de los logros más importantes de todo líder es alcanzar el respeto de los demás. Con el respeto y adhesión voluntaria de su gente puede alcanzar éxitos ilimitados en el cumplimiento de las metas y propósitos. Sin éste, se expone a perder la autoridad y la influencia que ejerce sobre su personal.
El simple hecho de ocupar un sitio superior en la escala jerárquica no significa que automáticamente los subalternos respeten a quien los dirige. Se debe realizar un esfuerzo consciente para crear una imagen merecedora de un verdadero reconocimiento y estimación. Pero por sobre todo un esfuerzo aún mayor para mantenerla a través del tiempo.
Hay que tener en cuenta que basta dar a los subordinados motivos suficientes para que le pierdan el respeto, para que sus sentimientos, expresados en palabras, actitudes y desempeño en el servicio, puedan transmitirse negativamente a otros miembros de su grupo.
En ocasiones existe la fuerte tentación de actuar en forma tal que los subordinados lleguen a sentir simpatía por quien les manda, antes que respeto. Es una necesidad básica del hombre obtener el reconocimiento y aprecio de quienes le rodean, pero se obtendrán mejores resultados en la gestión de mando, si además de aprecio se obtiene respeto.
SABER ESCUCHAR Y OBSERVAR
“LA ESENCIA DEL DIÁLOGO: ESCUCHA, PALABRA Y SILENCIOS”.
El milagro del diálogo lo produce la acertada combinación de estos tres elementos: escucha atenta, habla adecuada, oportunos silencios. En un diálogo equilibrado y maduro, ninguno de estos
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