Antologia
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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DEL ESTADO DE QUERÉTARO
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIDAD 22-A
LA FUNCIÓN MEDIADORA DEL DOCENTE Y LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA
ARIANA LARA CESEÑA
Cadereyta de Montes, Qro., Junio de 2014.
INDICE
PROLOGO
INTRODUCCION
CAPITULO 1
LA FUNCIÓN MEDIADORA DEL DOCENTE Y LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA
EL ROL DEL DOCENTE Y LA NATURALEZA INTERPERSONAL DEL APRENDIZAJE
Este está situado en el plano de la actividad social y la experiencia compartida. Al docente se le han asignado diversos roles: el de transmisor de conocimientos, el de animador, el de supervisor o guía del proceso de aprendizaje e incluso de investigador educativo.
La práctica docente se encontrará influida por la trayectoria de vida del profesor, el contexto socioeducativo donde se desenvuelva, el proyecto curricular en el que se ubique, las opciones pedagógicas que conozca o se exijan, así como las condiciones bajo las que se encuentre en la institución escolar. Cooper (1999) tiene la idea de que el profesor apoya al alumno a construir el conocimiento, a crecer como persona y a ubicarse como actor crítico de su entorno. Los profesores deben de plantearse con la intención de generar un conocimiento didáctico o saber integrador, el cual trascienda el análisis crítico y teórico para llegar a propuestas concretas y realizables que permitan una transformación positiva de la actividad docente.
Según Maruny (1989) enseñar no es solo proporcionar información, sino ayudar a aprender pero el docente debe de tener un buen conocimiento de sus alumnos. La función tutorial que debe cubrir el profesor inducirá en el alumno estrategias o procedimientos para un manejo eficiente de la información. Para tener una buena ayuda pedagógica es necesario que se cubran dos características:
a) Que el profesor tome en cuenta el conocimiento de partida del alumno.
b) Que provoque desafíos y retos abordables que cuestionen y modifiquen dicho conocimiento.
Onrubia propone como eje central de la tarea docente una actuación diversificada y plástica que se acompaña de una reflexión. La función central del docente consiste en orientar y guiar la actividad mental constructiva e sus alumnos, a quienes proporcionará una ayuda pedagógica ajustada a su competencia.
Según Belmont (1989) dice que uno de los roles más importantes del docente es favorecer en el educando el desarrollo y mantenimiento de una serie de estrategias cognitivas a través de situaciones de experiencia interpersonal institucional. El potencial de aprendizaje del alumno puede valorarse a través de la denominada zona de desarrollo próximo. La zona de desarrollo próximo posee un límite inferior dado por el nivel de ejecución que logra el alumno trabajando de forma independiente o sin ayuda y un límite superior, al que el alumno pueda acceder con ayuda de un docente capacitado.
La formación de un docente requiere habilitarlo en el manejo de una serie de estrategias, flexibles y adaptables a las diferencias de sus alumnos y al contexto de su clase. De acuerdo con Coll (1990) el profesor gradúa la dificultad de las tareas y proporciona al alumno los apoyos necesarios para afrontarlas, no hay solo una asistencia del profesor al alumno sino ambos gestionan de manera conjunta la enseñanza y el aprendizaje en un proceso de participación guiada.
La formación del docente debe abarcar las siguientes planos: conceptual, reflexivo y práctico. Es importante que el profesor manifieste ante el grupo actitudes y habilidades como:
• Convencerse de la importancia y del sentido del trabajo académico y de formación de conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos que esta buscando promover en sus estudiantes.
• Respetar a sus alumnos, sus opiniones y propuestas, aunque no las comparta.
• Evitar imponer en un ejercicio de autoridad sus ideas, perspectivas y opciones profesionales y personales.
• Establecer una buena relación interpersonal con los alumnos, basada en los valores que intenta enseñar: el respeto, la tolerancia, la empatía, la convivencia solidaria, etcétera.
• Evitar apoderarse de la palabra y convertirse en un simple transmisor de información.
• Ser capaz de motivar a los alumnos y plantear los temas como asuntos importantes y de interés para ellos.
• Plantear desafíos o retos abordables a los alumnos, que cuestionen y modifiquen sus conocimientos, creencias, actitudes y comportamientos.
• Evitar que el grupo caiga en la autocomplacencia, o bien, en la crítica estéril.
Representación y pensamiento didáctico del profesor: su influencia en el aprendizaje.
El conocimiento del profesor, en su cualidad de profesional de la enseñanza es de índole experiencial y constituye una síntesis dinámica de experiencias biográficas constructivas que se activan por demandas del sistema cognitivo y están en función de los contextos, directrices y conflictos que plantea la cultura organizada de la escuela.
El efecto Pigmalion pone de manifiesto las expectativas de los profesores sobre el rendimiento de los alumnos llegan a a afectar de manera significativa el rendimiento académico de éstos.
Entran en juego percepciones de extracción social, inteligencia, apariencia física y género en la representación que se forma el docente y en estrecha relación con ésta, las expectativas de logro académico depositadas en el estudiante. La motivación escolar puede influir en el aprendizaje de los alumnos ya que el profesor puede ayudar al alumno a superar sus deficiencias o de lo contrario afectar la autoestima del individuo y propician que se sienta incompetente e indefenso ante las situaciones escolares.
Inducir al profesor a tomar conciencia de dichos aspectos, para que pueda cuestionarlos, manejarlos propositivamente y generar alternativas a su práctica profesional.
La formación del docente como un profesional autónomo y reflexivo.
Es suficiente entrenar a los profesores en métodos de enseñanza
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