OBSERVACIÓN Y PRÁCTICA DOCENTE “ESTUDIO DE CASO”

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MICHOACAN[pic 1]

QUINTO SEMENTRE

LICENCIATURA EN EDUCACION SECUNDARIA

ESPECIALIDAD DE HISTORIA

ESPACIO CURRICULAR:

OBSERVACIÓN Y PRÁCTICA DOCENTE

“ESTUDIO DE CASO”

LA FALTA DE INTERES POR LA MATERIA DE HISTORIA

PROFESOR: EDUARDO COLOR

ALUMNO: HÉCTOR GARIBAY CHÁVEZ

Morelia Michoacán,  MARZO  de 2015

ÍNDICE

        INTRODUCCION        

        BASES TEORICAS        

        EXPLICACION DE LA EXPERIENCIA DE LA OBSERVACION        

        RESULTADOS DE LA SISTEMATIZACIÓN        

        DESCRIPCIÓN DEL PERIODO DE PRÁCTICAS        

        ANÁLISIS GLOBAL.        

 Observación        

Teoría        

        MIRAS A FUTURO        

        BIBLIOGRAFIA        

        ANEXOS        

INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo muestra una investigación de campo, de un estudio de caso realizado en la Escuela Secundaria General “CENTEOTL”; en Acámbaro, Guanajuato. En la que se observa cómo se da la clase de historia en la actualidad,  Así como identificar técnicas deficientes que hacen perder la atención de los alumnos, o considerar herramientas adecuadas aplicadas para el aprendizaje en esta materia.

El desinterés de los alumnos de secundaria por la materia de historia en la mayoría de las escuelas es inminente, y en este caso se pudiera identificar la causa principal de este problema.

Se habla de la importancia de esta disciplina, de la intención que un alumno conozca los hechos que marcaron su entorno, las causas de las acciones que vemos día a día, como referencia de lo que se debe hacer para evitar repetir las situaciones desagradables del pasado.

Adentrándose en el ejercicio práctico de los métodos y estrategias que son utilizados hoy en día para capturar la atención de los educandos, se podrá ver la eficacia de algunas técnicas así como los errores en la enseñanza.

En la recopilación de información histórica a través de documentos, relatos, literatura, etc., se puede apreciar que hay temas muy interesantes a simple vista, pero para ser justos estas cosas tienen que ver con la habilidad de la narrativa que utilizó el historiador, autor, investigador, y esta a su vez es trasmitida a los profesores que quedan cautivados por determinado hecho y sienten la inquietud de investigar más para potencializar los conocimientos e involucrar a los alumnos en el tema.

La idea de presenciar las clases de historias es también adquirir una experiencia que permita aprender de los que ya tienen un estilo propio nacido a partir del entorno en que están.

Mediante la observación y la práctica docente que se tuvo en este centro de trabajo se pudieron encontrar diferentes circunstancias que llevan a que una materia en especifica pueda llegar a ser una asignatura aburrida o de poco interés para los alumnos. Encontrarse con un maestro que disfruta de su materia al grado de que se vea tan sencilla de aprender ayuda mucho en la formación de docente.

BASES TEORICAS

Para poder enseñar a los alumnos la importancia de la historia es necesario que como profesores se hagan en particular estas preguntas ¿Entiendo la historia?, ¿Qué relevancia tendrá en sus vidas este tema?, ¿Cómo podemos despertar el interés en la clase?. Preguntas como estas les muestran  si lo que están haciendo  es adecuado para que los alumnos estén aprovechando efectivamente lo que se enseña en clase.

Historia: Es la ciencia social  que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. Por otra parte, la palabra se utiliza para definir al período histórico que se inicia con la aparición de la escritura e incluso para referirse al pasado mismo.

Las investigaciones realizadas demuestran que la enseñanza aplicada en las aulas escolares se basa en una idea muy simple: repetir listas de héroes, batallas, hechos y fechas. Es decir, la palabra clave del proceso de enseñanza–aprendizaje de la historia así planteado es memorizar, partir del principio que cuanto más se repite más se aprende, es decir "[...] que el aprendizaje tiene por función reproducir conocimientos, no elaborados, y por ello la única estrategia posible es repetirlo hasta el hastío" (Carretero et al., 1989:213–216).

Algo que permite ver la aplicación de los instrumentos es la gran influencia que ejerce el profesor en la materia, para que los alumnos estén contentos durante la clase, incluso creen que el tiempo pasa muy rápido, y la ven interesante. Pero son casos escasos, los grupos en que los alumnos disfruten de una clase amena cuando de historia se trata. Pero en particular por la observación, y contacto que tuvimos con ellos no fue así el año anterior con otros profesores, que juzgaban de tediosas y aburridas las clases por el asesor en cuestión. Lo que se mencionaba en el libro de ¿Y qué es la historia? (Carr, 2011) Tiene mucha lógica. La historia es del narrador y el que cuenta la historia se apropia de ella, dándole el matiz, imparcialidad e intensidad que desea para el espectador (alumno). En este sentido cae una gran responsabilidad en el maestro para relatar y comunicar una versión interesante o aburrida de la historia

“habla de que la historia como asignatura le resulta muy difícil al estudiante y a la persona promedio porque a éstos no se les ha despertado una empatía e interés hacia los hechos del hombre que ocurrieron en algún lugar determinado del pasado. Ahora bien ¿cómo se puede lograr que a las demás personas se les incentive la fascinación por los acontecimientos del ayer? Cuando se cursan cursaba la secundaria y la preparatoria lo que más se tiene presente en  recuerdos sobre la materia de historia son que se hablaba de lugares, fechas, personajes y épocas, para que al final, toda esta información se lograra memorizar y así pudieran pasar el examen. Haciendo todo lo anterior,  resulta muy difícil que a alguna persona en sus cinco sentidos le importe lo que hayan hecho los individuos y sociedades de los tiempos pasados. Esta forma de enseñar historia en los programas de educación básica no debe solo limitarse a lugares y fechas, ya que esta forma de impartir el conocimiento solo engendra en los oyentes resentimiento y hasta odio hacia la disciplina” (Luque, 2002).

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