Frankestein Educador
Enviado por Tatagugu • 22 de Septiembre de 2014 • 1.306 Palabras (6 Páginas) • 859 Visitas
Por Godoy Sabrina
FRANKENSTEIN EDUCADOR
Philippe Meirieu. Barcelona, Laertes S.A. Ediciones, 1998. 145 páginas.
El libro Frankenstein Educador publicado en 1998, es una de las obras literarias más destacadas del profesor e investigador francés Philippe Meirieu cargada de un alto contenido reflexivo en cuanto a la educación como elemento constitutivo del ser humano y la formación del educador y del educando. En esta obra se percibe su actual pensamiento, el cual concibe como “una contradicción irresoluble aunque positiva: se trata de la educación como domesticación y de la educación como emancipación”
Frankenstein Educador podría considerarse inicialmente como una metáfora entre la historia de la educación vista como dispositivo de dominio y control, y la historia del doctor Frankenstein y su monstruo, el autor propone responder a la compleja pregunta: “¿se puede ser educador sin ser un Frankenstein?”, abordando para ello, el tema de la educación y promoviendo la constante reflexión en los cuatro apartados de su libro.
En la primera parte de la obra (introducción), Meirieu realiza un paralelo en el que realza las posturas entre Víctor Frankenstein y otro ginebrino, Jean Jacques Rousseau, los dos interesados en la creación del ser: uno a través de la ciencia y el otro a través de la educación, de aquí que se plantea la dualidad entre la fabricación de la criatura física a través de la técnica científica y la fabricación de la criatura intelectual a través de la acumulación de saberes; mediante esta comparación se ubica al lector en un aspecto de reflexión: ambos, el monstruo creado por Víctor y el “alguien” creado a través de la mediación de la educación dependen de su creador y han sido dominados por él; sin embargo al ser dejados en libertad (obligada o voluntaria) para que interactúe en la sociedad, el sentido de libertad que se otorga lo alejará del control y dominio del creador.
No obstante el resultado de ese dominio perdido depende de cómo se asuma la educación, dado que si se asume como medio de domesticación la pérdida será colosal, pero si se asume como medio de emancipación la pérdida será ganancia.
Al respecto, en el segundo apartado del libro: Frankenstein, o el mito de la educación como fabricación, el autor presenta un interesante planteamiento de la educación. Nuevamente tomando como ejemplo diversas obras que confluyen en el mismo interés: “la creación de un ser humano” se plantea que “nadie puede darse la vida a sí mismo, y nadie puede, tampoco, darse su propia identidad” y que el hombre depende de otros y del entorno para desarrollarse psicológica, cognitiva, histórica y socialmente a través de la estabilización de las potencialidades mentales con que nace, del aprendizaje cultural (lenguaje, signos, ritos, hábitos, costumbres, valores, etc.), y de la aprehensión de dispositivos éticos y disciplinarios para constituirse como persona adulta, es decir que la relación de dependencia existe en cualquiera de los casos sin embargo el dominio depende en gran manera de la posición educativa que asuma el educador , éste tiene en sus manos constituir la educación como medio de “fabricación” o de “construcción”.
Ahora bien, es importante advertir que en este planteamiento la educación es vista como la constructora de la sociedad humana a través de la formación del hombre como “…único ser susceptible de educación” que necesita un ambiente educativo para acceder al colectivo social y participar en él, es decir que “somos concebidos biológicamente por los padres…y psicológicamente por el entorno”.
Por su parte el educador moderno es visto como aquel que con plenas capacidades, busca actuar de forma adecuada al abordar el proceso educativo y al pretender controlarlo termina convirtiéndose en un Pigmalión que quiere crear una “obra” que tenga libertad para someterse voluntariamente a su poder. Y el educando (al que a veces cuesta reconocer), como aquel que es cargado, guiado, educado y luego puesto en libertad, tal como sucedió con Pinocho, permitiéndole “situarse en el Yo”, tomando por fin decisiones basado en lo que ha
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