Lenguas Clásicas II
Enviado por carmenhabanera • 28 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 2.406 Palabras (10 Páginas) • 278 Visitas
I. F.D y T. N° 148
Profesorado de Lengua y Literatura 3° año
Lenguas Clásicas II
Profesora: Nievas, Eugenia
Alumna: Gil, María F.
2015
Medea
Análisis de las obras: Medea de Séneca y Medea de Christa Wolf
Introducción
Figura conflictiva, cuestionadora, delirante y víctima de una pasión desenfrenada, Medea se debate violentamente entre el amor y el odio, decidida desde un principio a la venganza.
El objetivo de este trabajo es realizar una comparación entre dos concepciones de la figura Medea: la presentada en la obra trágica de Séneca y su reelaboración contemporánea por parte de Chista Wolf
Desarrollo
Las tragedias del filósofo latino Séneca están arraigadas en el contexto histórico en que nació y lo refleja planteando oposiciones tales como: la humilde pobreza y la ambiciosa riqueza, la libertad interior y la inestabilidad de la fortuna. Su teatro presenta una aplicación del pensamiento estoico, tanto en las virtudes que alaba dicho pensamiento, como en los vicios que censura. Se insiste también en el carácter didáctico de estas tragedias. Pero las actitudes estoicas no son lo más destacado es sus obras, sino las dificultades que se presentan para realizarlas. La vida, en ellas, se presenta como algo duro, el hombre se halla desolado, abandonado por los dioses y ha de debatirse en medio de una serie de contrariedades que lo pueden llevar a abandonar dicha vida. Todo esto, además, por obra de la inestabilidad de la fortuna, de la atrocidad de las pasiones, que desvían al hombre del camino recto. (Introducción. PP., 29.31)
En el personaje femenino llamado Medea, hija del Rey de la Cólquide y nieta de Helio, el dios del Sol, Séneca nos muestra una imagen temeraria, monstruosa, enceguecida por una pasión que la lleva a cometer un crimen fuera de los márgenes de la razón.
Subyace en esta tragedia el interés de Séneca por la desmesura de la pasión, que produce el desasosiego de los sentimientos en una persona. Medea se configura como una mujer perversa, cuestionadora con su sola presencia, infanticida, poseedora de conocimientos de hechicería, dotada de poderes maléficos, que, dominada por la pasión y la furia, asesina a sus propios hijos para vengar a Jasón, quién se casará con Creúsa, hija del rey Creonte: no es aquí Medea la víctima de un Jasón infiel, sino que es Jasón quién será la víctima de una Medea delirante.
De tal manera, en este personaje lo racional se subordina a la pasión, la que alimentará junto con su odio y así planificará su venganza. Pero no solamente habrá una lucha entre la razón y la pasión, sino una lucha entre los sentimientos de venganza y el amor maternal: “Parida está la venganza: yo la he parido” (Séneca, 1.25) “En las mismas entrañas busca el camino para la venganza, si estás viva, alma mía, si algo te queda de tu antiguo vigor…” (Séneca 1.40), la misma venganza está vinculada a los hijos “Algo atroz ha decidido mi alma en su interior y aun no se atreve a confesárselo a sí misma.” (5.919); “El horror ha empezado a sacudir mi corazón, mis miembros están rígidos de escalofrío, y mi pecho se ha puesto a temblar. Se ha apartado la ira y vuelve la madre en su plenitud, echando fuera la esposa.”(5.926)
El estoicismo plantea pasividad donde uno no tiene que ceder frente a los impulsos. La felicidad se piensa como “paz espiritual”. Séneca nos muestra, como figura irracional, la figura femenina. “Prepara esa hoguera funeraria para tus hijos, Jasón, y levántales su sepulcro. Tu esposa y tu suegro ya han recibido las honras debidas a los que mueren: yo les he dado sepultura. Este hijo ya ha cumplido su destino; éste recibirá el mismo tipo de muerte ante tus ojos” (5. 997)
Por su parte la escritora alemana Chista Wolf en su Novela retoma la figura de dicho personaje disponiendo una visión diferente a la que plantea la obra de Séneca. El aspecto que se ve en el personaje de Wolf es una visión de Medea como mujer orgullosa, salvaje, lo cual confiesa en un monólogo interior: “No soy una mujer joven, pero sigo siendo salvaje” (Wolf 19) transgresora, así es como la denomina Jasón: “No me fui de la Cólquida para doblegarme aquí, ésas son las cosas que dice, y no recoge la rebelde cabellera como hacen las mujeres de Corinto después de casarse, e incluso dice: ¿Por qué? ¿No me encuentras más bella? Desvergonzada.”(63); un personaje que a diferencia de la Medea senecana deja de ser victimario y juega el papel de víctima: víctima de los personajes políticos que la rodean, aceptando esta las condiciones en las que le toca vivir: “… y yo no había dedicado ni un pensamiento a esa desgraciada reina de una país que ha seguido siendo extranjero y lo será siempre para mí” (20)
En la lectura de Wolf se ve la problemática del choque de costumbres, el intento de domesticar al salvaje y de deshacerse de aquel individuo que provoca incomodidad y es visto como una gran presencia enemiga. Medea proyecta el problema del sentimiento de lo ajeno en una patria extraña, y así mismo el rechazo de una comunidad a todo aquel que muestre costumbres diferentes. Así mismo se hace presente en Medea el sentimiento de nostalgia hacia la Cólquida: “Sin embargo eso, lo sabía: que nunca dejaría de añorar la Cólquida, pero qué quiere decir saber, ese dolor que nunca cesa y siempre roe no se puede saber de antemano, los colquidenses nos leemos mutuamente en los ojos al reunirnos para cantar nuestras canciones y contar a nuestros hijos, que van creciendo, las historias de nuestros dioses y estirpes, que muchos de ellos no quieren oír ya, porque prefieren pasar por verdaderos corintios” (30)
La obra de Wolf está asociada con su vida personal. La escritora pertenecía la antigua República Democrática de Alemania (RDA), en donde obtenía éxitos de sus publicaciones hasta que estas comenzaron a ser cada vez más críticas. Sus obras denunciaban las contradicciones del régimen del gobierno de la república socialista. Fue acusada por colaborar con la Alemania Federal, pero también con la RDA. Terminó asentándose en occidente sintiendo que no pertenecía a ningún lugar. Su historia sería una analogía con la historia de Medea. Sufrió el sentimiento de rechazo por las personas que estaban en su contra y experimentó la situación de “extranjera”.
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