Caso Organización Siam
Enviado por claudia.plazas • 22 de Febrero de 2015 • Ensayo • 5.807 Palabras (24 Páginas) • 328 Visitas
Caso Organización Siam
Para la realización de este trabajo, hemos elegido a la empresa Siam Di Tella, símbolo de una empresa metalmecánica Argentina durante varias décadas.
Recorreremos la historia de esta empresa, desde su fundación hasta el día de hoy, indicando los hitos más importantes y haciendo referencia a los momentos económicos que atravesaba el país.
Historia de la empresa
La empresa Siam Di Tella fue fundada por Torcuato Di Tella en el año 1911 con capitales nacionales. El negocio de la compañía comienza con la fabricación de amasadoras mecánicas de pan debido a una exigencia del gobierno de la ciudad cuando, por un tema gremial le exige a todas las panaderías que pongan una máquina de amasar el pan. Para cubrir esta demanda de aproximadamente 700 máquinas, Di Tella se asocia con Guido Allegrucci y en plena época del modelo agroexportador argentino, forman la sociedad y patentan la primera máquina de amasar pan bautizada S.I.A.M. (Sociedad Industrial de Amasadoras Mecánicas). El modelo SIAM tenía algunos detalles mejorados respecto a las que había disponibles en el mercado mundial y las mismas se vendieron a un ritmo espectacular. El producto fue un éxito y al poco tiempo, Torcuato Di Tella asume el control total de la compañía.
Di Tella ambicionaba transformar a la Argentina rural en una nación industrializada y moderna, produciendo maquinarias e introduciendo conceptos novedosos para el país como la producción en serie y la organización científica del trabajo.
En 1922 el general Mosconi, presidente de la empresa petrolera estatal YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), está decidido a impulsar la compañía que hasta ese entonces no lograba despegar y con este fin comienza a instalar estaciones de servicio en todo el país. Di Tella, que era amigo de Mosconi, le ofrece fabricar surtidores de combustible, el cual acepta ya que también le interesaba fomentar la industria nacional.
La SIAM se expande a tal punto que, en 1928, Di Tella decide reunir la producción (dispersa en varios talleres) en una gran fábrica metalmecánica en Avellaneda.
Así es que, en una Argentina básicamente agroexportadora, donde prácticamente todo se importaba, es fundada una empresa industrial, de tecnología relativamente avanzada para su época, que estaba creciendo a un ritmo acelerado apoyada en las compras del sector público. Sin embargo, cuando la empresa vivía su mejor momento estalla la crisis del 29, y poco después, el Golpe de Estado de 1930, que derroca al gobierno radical de Hipólito Yrigoyen. El general Mosconi, partidario de Yrigoyen, decide retirarse de YPF y como consecuencia de este hecho, la petrolera rescinde el contrato que tenía con Di Tella, quien de un día para otro, se encuentra con una fábrica de enorme envergadura, pero casi sin mercado para sus productos. Ante esta situación decide agudizar su ingenio y empieza a probar con distintas producciones para el mercado local que comenzaba a tomar importancia.
En el año 1932 se inicia la fabricación de heladeras comerciales y en 1933 se construyen los primeros motores eléctricos. Sin embargo, uno de los mayores íconos de la Siam va a surgir en 1935, cuando se logra introducir a nivel masivo el uso de un artículo de avanzada: la heladera familiar SIAM.
En 1937 la empresa inicia la fabricación de equipos de bombeo de petróleo para YPF y más tarde, en 1941 se elaboran los primeros grandes transformadores. Mientras tanto, continúa la introducción de diversos electrodomésticos para el hogar.
En 1947 se fabrican las primeras bombas de motor sumergido con stator húmedo para pozos profundos y un año después se lanzan al mercado los primeros caños de acero soldados por resistencia eléctrica, calidad API, de hasta 323,9 mm de diámetro.
Por aquel entonces la SIAM era el grupo industrial más importante de América Latina. Sin embargo, en 1948, Di Tella fallece repentinamente a la edad de 56 años, dejando un vacío en la dirección de aquel emporio de dimensiones fenomenales, que era todo un símbolo de la modernización argentina.
La repentina muerte de Di Tella deja un hueco importante en la conducción de la compañía. Sus dos hijos, Guido y Torcuato, tomaron el control de la SIAM, renombrándola como "Siam Di Tella".
Sin embargo, ninguno de ellos demostró gran interés en la empresa, la cual, en pocos años comienza a experimentar sus primeros problemas económicos, a causa de inversiones equivocadas realizadas por Guido y Torcuato. Mientras la empresa iniciaba su ocaso, el esfuerzo de los hermanos Di Tella se concentró principalmente en el desarrollo de la Fundación y del Instituto que llevaba el nombre de su padre, el cual se haría famoso en la década del '60 por su mecenazgo artístico y su estilo vanguardista.
Igualmente, el contexto seguía siendo favorable para la compañía y la SIAM ejecuta un acuerdo con una firma italiana, Lambretta, para fabricar motonetas, a las que decide llamar “Siambretta”, en honor a don Torcuato, que siempre había querido ser "el Ford argentino".
En ese momento bastó que Siam anunciase que iba a fabricar la Siambretta, para que la gente se anotara en la lista de espera de las concesionarias pagándola por anticipado. Es decir, la gente se estaba anotando en las concesionarias, cuando Siam todavía no había empezado a instalar la fábrica. La empresa le regaló una cantidad de motonetas al gobierno de Perón.
La empresa continuó creciendo y fabricando electrodomésticos tales como lavarropas, cocinas, televisores (en blanco y negro) y las ya famosas motonetas y furgonetas “Siambretta”. Sin embargo, comienzan a aparecer problemas de gestión, mientras que los sucesivos golpes de Estado, hacen que la demanda del sector público se vuelve errática. En los años ´60 el presidente Arturo Frondizi promete lanzar un vasto plan de desarrollo eléctrico, lo que motiva que los directivos de la Siam se decidan a montar una fábrica de grandes transformadores y equipos eléctricos. Sin embargo, la inestabilidad política y económica del país provocan que el plan finalmente no se realice y la planta queda sobredimensionada. En ese momento también comienzan a aparecer los problemas de sobreinversión en proyectos que no logran el desarrollo esperado.
“La inestabilidad macroeconómica que dominó la escena hasta fines de los años ochenta implicó una reversión expresada inicialmente en una intensa desaceleración del producto y del empleo, pero manteniéndose aún elevados niveles de inversión (como consecuencia de una intervención enérgica de las políticas públicas), para luego mostrar un estancamiento del nivel de actividad y de stock de capital (con una importante des acumulación en equipo durable)” (Bernardo
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