Manual De Compras
Enviado por Pollito • 18 de Mayo de 2014 • 1.004 Palabras (5 Páginas) • 461 Visitas
engua común.
• Se someten al mismo derecho.
• Satisfacen sus necesidades sirviéndose de
semejantes organizaciones económicas.
• Gustan de obras de arte análogas y los animan
ideales políticos parecidos.
a) Bien común y solidaridad
Solamente un análisis posterior de la vida social
descubre diferencias visibles entre sus miembros. No
obstante, permanece un fondo común que caracteriza
la colectividad como un todo. La vida comunitaria facilita
la superación del espíritu individualista, reforzando
la capacidad de una mutua comprensión y ayuda, y
favoreciendo la inserción de valores colectivos como la
solidaridad, el compromiso y la responsabilidad.
En muchas ocasiones en nuestras sociedades se hace
difícil la subsistencia de valores colectivos y sin embargo,
aunque a menudo se exaltan los valores del individualismo
y de la competitividad a ultranza, se hace cada vez
más evidente la necesidad de practicar la solidaridad,
la responsabilidad y la búsqueda del bien común, este
último conformado por dos elementos esenciales:
Respeto a la persona: En nombre del bien común,
todas las personas y autoridades, están comprometidas
a respetar los derechos fundamentales e inalienables de
la persona humana. La sociedad debe permitir a cada
uno de sus miembros realizarse como personas libres,
lo cual es indispensable para el desarrollo integral del
hombre.
Bienestar Social: El bien común exige el bienestar
social y el desarrollo del grupo mismo.
El ser humano existe gracias a que coexiste; es decir, a
que coexistimos con los otros, con nuestros semejantes,
y la coexistencia se vive en el diálogo y por el diálogo.
La persona solidaria empieza por no sentirse indiferente
ante la suerte de los demás.
No podemos subsistir más que en sociedad y no
podremos desplegar todas las facultades de cuanto
podamos llegar a ser más que en compañía y con la
ayuda de los otros. Por ello, la indiferencia frente al
entorno y ante los problemas y dificultades de los demás
no deja de ser una actitud de egoísmo y de falta de
solidaridad.
La solidaridad con los más necesitados debe ser activa,
eficaz y concreta, de lo contrario, la indiferencia podría
degenerar en insensibilidad a las necesidades de los
demás.
Si bien la solidaridad debe proyectarse en primer lugar
hacia los más próximos a uno (la familia, los compañeros
de trabajo, los miembros de nuestra comunidad más
cercana), no por ello debe quedar limitado a este
campo tan estrecho. La promoción y la búsqueda
de la solidaridad y del bien común perderían todo su
sentido si marcara una frontera en algún lugar a partir
del cual los otros ya no merecieran respeto. El cuidado
de los propios no vale mucho si va acompañado por el
desprecio hacia aquellos que consideramos ajenos.
Desarrollo Comunitario UVM En Línea 5
b) Discriminación y Derechos Humanos
La discriminación es aún uno de los problemas más graves que se plantean en este nuevo milenio. Aún son muchos
los prejuicios y las discriminaciones que se dan en las sociedades modernas: racismo o xenofobia, marginación de
las personas discapacitadas, enfrentamientos sangrientos surgidos de diferencias religiosas, actitudes machistas
que desmerecen laboral y familiarmente a la mujer.
En oposición a la discriminación, la Declaración Universal de los Derechos Humanos promulgada el 10 de diciembre
de 1948 en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, plantea la responsabilidad de todos
los gobiernos ahí representados de asumir su contenido y generar la promoción de los principios establecidos como
garantías de todos los seres humanos. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ocupan un lugar
preponderante el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano así como la búsqueda
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