CONSTRUCTIVISMO
Enviado por arianbj • 1 de Diciembre de 2014 • 2.026 Palabras (9 Páginas) • 300 Visitas
ENSAYO SOBRE
EL CONSTRUCTIVISMO
Presenta:
Arian Barrientos Júarez
Noviembre 2014
INTRODUCCION
En el presente trabajo se realizará una revisión de la teoría constructivista, sus diferentes corrientes así como sus principales exponentes, intentando otorgar una visión más amplia sobre este paradigma.
A través del presente trabajo realizaremos un análisis del presente constructivista y su relación con la estructura del proceso enseñanza aprendizaje que se vive actualmente.
El constructivismo tiene como fin que el alumno construya su propio aprendizaje, por lo tanto, según TAMA (1986) el profesor en su rol de mediador debe apoyar al alumno para:
1.- Enseñarle a pensar: Desarrollar en el alumno un conjunto de habilidades cognitivas que les permitan optimizar sus procesos de razonamiento
2.- Enseñarle sobre el pensar: Animar a los alumnos a tomar conciencia de sus propios procesos y estrategias mentales (metacognición) para poder controlarlos y modificarlos (autonomía), mejorando el rendimiento y la eficacia en el aprendizaje.
3.- Enseñarle sobre la base del pensar: Quiere decir incorporar objetivos de aprendizaje relativos a las habilidades cognitivas, dentro del currículo escolar.
Tomando en cuenta lo anterior, no podemos hablar actualmente de constructivismo únicamente en el ámbito educativo, sino también en a epistemología, la psicología del desarrollo y la clínica, o en diversas disciplinas sociales, aunque para fines del presente nos enfocaremos mas al primero.
DESARROLLO
En sus orígenes, el constructivismo surge como una corriente epistemología, preocupada por discernir los problemas de la formación del conocimiento en el ser humano. Según Delval (1997), se encuentran algunos elementos del constructivismo en el pensamiento de autores como Vico, Kant, Marx o Darwin. En estos autores, así como en los actuales exponentes del constructivismo en sus múltiples variantes, existe la convicción de que los seres humanos son productos de su capacidad para adquirir conocimientos y para reflexionar sobre sí mismos, lo que les ha permitido anticipar, explicar y controlar propositivamente la naturaleza, y construir la cultura. Destaca la convicción de que el conocimiento se constituye activamente por sujetos cognoscentes, no se recibe pasivamente del ambiente.1
Con respecto al concepto de constructivismo, sin desconocer el valor de otras definiciones que tratan de explicar el término, y para el propósito que nos ocupa (la educación), podemos caracterizar el constructivismo recurriendo a lo planteando por R. Chrobak, 1998, p. 111, quien considera que constituye:
“una cosmovisión del conocimiento humano como un proceso de construcción y reconstrucción cognoscitiva llevada a cabo por los individuos que tratan de entender los procesos, objetos y fenómenos del mundo que los rodea, sobre la base de lo que y ellos conocen”. 2
No cabe duda que utilizar el mismo término constructivismo a veces de forma genérica sin más precisiones, otras con adjetivos que tratan de calificarlo, para referirse indistintamente a explicaciones del aprendizaje escolar y a propuestas educativas inspiradas en una u otra de estas fuentes teóricas es una práctica que genera ambigüedades y provoca confusiones.3
Basta revisar las explicaciones de los procesos escolares de enseñanza y aprendizaje, ó aún las aplicaciones concretas a la educación escolar que se proponen desde cada una de ellas, para caer en la cuenta de que, en efecto, no tiene mucho sentido hablar de constructivismo en general y sí tal vez de distintos tipos de constructivismo. Esta conclusión resulta además considerablemente reforzada si ampliamos el foco de atención hasta incluir, junto a las teorías globales del desarrollo y del aprendizaje humano, el conjunto de propuestas de menor alcance y amplitud que en el panorama de la psicología actual ofrecen explicaciones constructivistas de uno u otro de los múltiples factores implicados en el aprendizaje escolar: la atención, la motivación , las capacidades intelectuales, las estrategias de aprendizaje, la memoria, las expectativas, el autoconcepto, la comunicación, las relaciones interpersonales, etc.
La teoría psicológica de referencia, es decir, la explicación del desarrollo o del aprendizaje a partir de la cual nos aproximamos al estudio de los procesos educativos escolares, es pues con toda certeza uno de los criterios que permiten precisar (Gómez Granell y Coll, 1994). No es sin embargo, el único criterio de interés que puede ser tenido en cuenta en este debate. A menudo, las propuestas y los enfoques constructivistas en educación se diferencian entre si no tanto, o no solo, por las teorías psicológicas de referencia o por la obra de los autores de los que parten y en los que se inspiran, como por responder a diferentes o de utilización de dichas teorías y trabajos y, muy especialmente, por hacer intervenir puntos de vista sensiblemente distintos respecto a la educación escolar, su naturaleza y sus funciones.3
Cuando hablamos del constructivismo no podemos dejar de hablar de los principales exponentes como Piaget, quien dice, que el aprendizaje es un proceso interno de construcción en donde, la persona participa de forma activa, logrando estructuras o esquemas cada vez más complejas denominadas estadios. En su teoría cognitiva, Piaget descubre los estadios del desarrollo cognitivo desde la infancia Hasta la adolescencia. Las estructuras psicológicas se desarrollan a partir de los reflejos que ya trae, se organizan en esquemas o patrones de conducta, se internalizan como modelos de pensamiento y se desarrollan después en estructuras o esquemas intelectuales complejos. De esta forma el desarrollo cognitivo se divide en cuatro períodos o estadios o estadios: Etapa sensorio motora, que tiene como característica ser básicamente motora y en la que no hay representación interna de los acontecimientos ni el niño piensa mediante conceptos. Esta etapa se da desde los cero a los dos años de edad. La segunda etapa es la preoperacional corresponde a la del pensamiento y el lenguaje, la tercera etapa, la de operaciones concretas en la que los procesos de razonamiento se vuelven lógicos y pueden aplicarse a problemas concretos. Por último la etapa de operaciones formales, a partir de los once años en la que el adolescente logra la abstracción sobre conocimientos concretos. Piaget dijo que el desarrollo de la inteligencia se forma de dos procesos esenciales e interdependientes. La adaptación y la organización.
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