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Orientación Educativa, área Academica


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2013  •  7.140 Palabras (29 Páginas)  •  304 Visitas

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1.- Motivación y habilidades de estudio.

Los factores que deben tomar en cuenta los profesionales de la tutoría y la orientación son la motivación y las habilidades de estudio. La motivación resulta esencial para el éxito del aprendizaje y su falta se considera una de las principales causas del fracaso escolar, razón por la cual resulta conveniente que tutores y orientadores dominen las principales teorías al respecto, entre las cuales se debe destacar les de Maslow y las de McClelland.

El tema de las habilidades de estudio, por otro lado, está estudiando el interés de estudiosos y profesionales de la educación. En un sentido amplio, se entiende por habilidades de estudio el conjunto de capacidades para adquirir, retener y demostrar el conocimiento.

Las habilidades se manifiestan a través del comportamiento, el cual se logra y desarrolla mediante la práctica. Son instrumentos de los que se puede disponer en el momento necesario para realizar alguna actividad. Las estrategias y las técnicas, por su parte, implican decisiones consientes para poner en práctica esas actividades.

1.1.- El habito de estudio.

Un hábito consiste en tener la costumbre de practicar alguna actividad con cierta frecuencia. Son ejemplos de hábitos: lavarse las manos antes de la comida, practicar un deporte, leer o escuchar música. Tener el habito de estudio supone practicar con cierta frecuencia alguna actividad relacionada con el aprendizaje. La mayoría de los docentes convendrán en que muchos estudiantes no tienen el hábito de estudiar. Por lo tanto, un primer objetivo será crearlo, puesto que no se pueden desarrollar habilidades sin tener la costumbre de practicarlas.

Las habilidades de estudio consisten en establecer relaciones ricas entre el nuevo contenido y los conocimientos existentes. Desde un enfoque constructivista, esta actividad se concibe como un proceso de naturaleza fundamentalmente interna y no simplemente manipulativa. La actividad intelectual puede consistir en un proceso de reflexión. Recordemos que la práctica “intelectual” proviene de intus leggere, que significa “leer en el interior”.

Las habilidades de estudio constituyen técnicas instrumentales básicas para la mayoría de los aprendizajes, y, por ende, son factores que favorecen el rendimiento académico. Los alumnos que poseen buenas habilidades de estudio tienden a tener buenas notas, y al revés.

1.2.- Técnicas de trabajo.

Se denomina “táctica” a cada uno de los pasos específicos para la puesta en práctica del plan, aunque tal vez por la connotación militar que tiene este término sería preferible utilizar la expresión técnica o procedimiento. Son ejemplos de técnica la exploración previa a la lectura, el subrayado, hacer esquemas y mapas cognitivos, resumir y utilizar recursos mnemotécnicos. El conjunto de estos procedimientos suele llamarse “técnica de trabajo intelectual”.

Teniendo en cuenta que uno de los principales problemas con que se encuentran lo alumnos, docentes, tutores y padres es el relacionado con el rendimiento académico, se puede concluir que el desarrollo de las habilidades de estudio debería ser una parte integrante del currículo.

2.- Métodos y técnicas de estudio.

Un método es el camino para llegar al fin. Un método de estudio, por lo tanto, es el camino para llegar al aprendizaje.

Un método puede estar constituido por un conjunto de técnicas. Es importante subrayar que enseñar un método que por alguna razón no se va a aplicar sirve de muy poco. El requisito para que el método sea útil es tener el hábito de la práctica.

Existen diversos métodos de estudio y todos tienen unos principios en común. Uno de los más conocidos en el EPL2R, que se expone a continuación:

2.1.- El método EPL2R.

La sigla EPL2R significa: exploración, preguntas, lectura, respuestas y revisión. Estos son los cinco pasos fundamentales que sigue el método, que pueden sintetizarse en los siguientes términos:

Exploración: antes de empezar con la exploración conviene saber que es lo que se va estudiar. Con la pre-lectura exploratoria el estudiante puede hacerse una primera idea del contenido del tema.

La pre-lectura se realiza antes de leer un libro o un capitulo. Al abordar un libro por primera vez hay que fijarse en lo siguiente: títulos y subtítulos, para saber de que trata; índice general, para conocer la estructura de la obra; nivel de dificultad, para saber si es adecuado a los conocimientos del estudiante (en caso de ser demasiado difícil, convendrá leer antes otros textos introductorios más sencillos); autor o autores, para saber si son conocidos; fecha de edición, para conocer su actualidad y posible vigencia. Este último punto dependerá del tema, pues por ejemplo, una obra literaria clásica puede pertenecer al siglo XVI y estar vigente, que una obra que trate temas de computadoras y que este escrita hace más de cinco años, estará seguramente anticuada en muchos aspectos.

El buen lector no dedica más que unos minutos a esta primera fase del método. Con ello se centra el tema y se recuerdan los conocimientos que previamente se habían adquirido sobre el mismo.

Preguntas: A partir de la primera exploración, el lector puede formularse una serie de preguntas, y la respuesta de esta constituirá el objetivo de estudio. Una estrategia para formular pregunta puede ser transformar los títulos y subtítulos en interrogantes. Otra posibilidad es hacer lo mismo con algunas palabras claves que aparezcan en el texto. Ejemplos de palabras claves pueden ser las que están escritas en cursiva o negritas, nombre propio y fechas, entre otras.

También se pueden formular preguntas: que, como, donde, cuando, quien, por que, cuantos (cantidad), cuan largo es (distancia), qué relación hay, que desnivel presenta o que siguió después (consecuencia).

Lectura: Después de la exploración y de haber formulado algunas preguntas, se pasa a la lectura integral del texto lo que se pretende con ella es la comprensión de las ideas. La atención debe ser máxima, a fin de captar los conceptos fundamentales y la secuencia de los hechos, distinguir lo esencial de lo accesorio, diferenciar entre hechos y opiniones y reconocer detalles y ejemplos entre otras cuestiones.

Esta fase también se denomina de lectura analítica. Es una lectura profunda. A veces se deberá consultar el diccionario o la enciclopedia para comprender nuevas palabras. En este tipo de lectura hay que tener cuidado en no quedarse solo con las palabras. El objetivo son las ideas, no el vocabulario. Si el lector comprende bien las ideas, después será capaz de reproducirlas con sus propias palabras. El estudio activo requiere el uso de papel y lápiz. Esta lectura puede ser

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