Historia PSI El Programa de Supervivencia Infantil

Historia PSI

El Programa de Supervivencia Infantil

Las experiencias de un niño pequeño desde el nacimiento hasta los tres años de edad, influenciarán la forma en que se desarrolla el resto de su vida. A lo largo de los años, Compasión ha tenido diferentes formas de programas para niños pequeños. Al inicio, en 1983, los programas MEALS y MEALS-Plus proveían alimento y cuidado diario. Durante los años 1990, Compasión se dedicó a explorar programas para niños pequeños menores a cinco años. A finales de la década de los noventa, Compasión empezó a dirigir programas de Desarrollo Temprano Infantil (ECD, por sus siglas en inglés), tanto en Perú como en República Dominicana, con el deseo de extender nuestro ministerio a niños más pequeños.

 Se cambió el nombre del ECD a Programa Temprano de la Niñez (ECP, por sus siglas en inglés), y se volvió a cambiar una vez más a Programa de Implementaciones Tempranas (EIP, por sus siglas in inglés) en el 2002. Todos estos modelos eran programas en donde las actividades se realizaban en un centro, y estaban enfocados primordialmente en el niño.

En el 2002 y 2003, Compasión Internacional analizó seriamente estos modelos de programas, y decidió hacer cambios significativos. Entonces, surgió un nuevo programa, enfocado más que todo en trabajar en el hogar, en lugar de en un centro, y expandió el enfoque a la madre/padre/cuidador, quien en última instancia es el responsable de la supervivencia del niño. El resultado de esto fue el Programa de Supervivencia Infantil (CSP), el cual fue inaugurado en el 2003 con 14 proyectos prototipo.

Al final del 2004, se publicaron los primeros Principios del CSP, y para noviembre del 2007, 225 proyectos hicieron la transición a CSP. El Plan Detallado del Ministerio del CSP ahora sirve como el documento guía del ministerio.

Iniciando en el año 1979, el Año Internacional del Niño, muchas personas alrededor del mundo empezaron a poner más atención a los asuntos de desarrollo infantil. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzaron una iniciativa en conjunto para la supervivencia infantil, la cual se resumió en el acrónimo GOBI-FFF (Crecimiento y monitoreo, Terapia de Rehidratación Oral, Lactancia materna, Inmunización, Planificación familiar, Seguridad Alimentaria y Alfabetización de la mujer). Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estas intervenciones que promueven la supervivencia infantil, han tenido un impacto positivo en el desarrollo del niño, y se les ha atribuido la reducción de la mortalidad infantil.

Sin embargo en el 2012, aproximadamente 7.6 millones de niños murieron antes de cumplir los cinco años. Esto representa 21,000 niños que murieron diariamente, la mayoría por causas prevenibles. Casi todas estas muertes ocurrieron en los países en desarrollo. Cuarenta por ciento de ellas ocurrieron en los primeros días de vida, en el período neonatal. Dos tercios de las muertes ocurrieron en la primera semana de vida. Además, la desnutrición es una causa subyacente en más de un tercio de las muertes ocurridas en los primeros cinco años de vida. Estas muertes pueden atribuirse a retraso en el crecimiento, debilitación severa y restricción del crecimiento intrauterino.

El estado de salud de las madres, de recién nacidos y niños pequeños están muy relacionados. Muchas de las muertes maternas y neonatales pueden prevenirse por medio de intervenciones probadas, como dar cuidado prenatal para las madres embarazadas, y asegurar una buena atención durante el parto, lo cual aumenta la probabilidad de que el recién nacido sobreviva. Algunos pasos simples, como los que se mencionan a continuación, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

∙         Darles exclusivamente lactancia maternal durante los primeros seis meses de vida.

∙         Dormir bajo mosquiteros que hayan sido tratados con insecticida.

∙         Mejorar las prácticas sanitarias y de lavado de manos.

∙         Tomar líquidos recomendados para prevenir la deshidratación como consecuencia de la diarrea.

∙         Acceso oportuno a medicinas básicas contra la malaria y neumonía.

El Programa de Supervivencia Infantil de Compasión es la primera fase en nuestro Modelo Integral del Desarrollo del Niño. Este programa infantil ofrece un enfoque integral para asegurar que los niños pequeños sobrevivan y se desarrollen. El programa, llevado a cabo por iglesias socias locales en países en desarrollo, alcanza a mujeres embarazadas y niños pequeños y vulnerables. Al educar a los cuidadores primarios por medio de actividades en el hogar, y actividades en grupo, se estarán salvando las vidas de los niños, y esto los colocará en el camino a un desarrollo saludable. La madre/cuidadora es una pieza clave para la intervención efectiva. Por lo tanto, el CSP considera al beneficiario como una “unidad madre-hijo” (MCU), con resultados específicos tanto para madres/cuidadoras primarias y los niños.

El Programa de Supervivencia del Niño se enfoca en niños menores a cuatro años, quienes están en sus años de desarrollo crítico, y son vulnerables a enfermedades prevenibles. EL CSP de Compasión ha adoptado el uso de GOBI-FFF para aumentar la supervivencia infantil a través de nutrición, atención médica, educación prenatal y espiritual, así como el apoyo social a madres/cuidadoras primarias para ayudar a los niños pequeños y vulnerables a que sobrevivan sus primeros años de vida. Donde sea posible, los graduados del Programa de Supervivencia Infantil serán registrados y harán la transición al Programa de Desarrollo del Niño por medio de Patrocinio (CDSP), cuando cumplan cuatro años.

Desarrollo cognitivo

El perfil requerido por el mundo del trabajo hoy necesita de personas capacitadas y competentes, para que tomen iniciativas, asuman responsabilidades, que tengan capacidad para utilizar la nueva tecnología, que estén preparados para el trabajo en equipo, que puedan liderar los quipos cuando sea necesario, que tengan capacidad de planear y ejecutar proyectos complejos y, finalmente, que tengan la capacidad de adquirir nuevos conocimientos y cambiar actitudes de manera rápida y efectiva, que estén abiertos a las continuas transformaciones, los cambios tecnológicos, a las diferentes formas de organización del trabajo y que sean capaces de identificar problemas y encontrar las soluciones a estos. (Revista Norte, año 1 INTECAP, agosto 2000)

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