Sistema Educativo
Enviado por ricmouzalli • 12 de Enero de 2015 • 14.744 Palabras (59 Páginas) • 171 Visitas
• 1. El sistema educativo frente al paso de la educación selectiva a la educación general
• 2. Los problemas de la educación desde la perspectiva del cambio social
• 3. Principales elementos de cambio en el sistema escolar
• 3. 1. Utopía, expectativas de la sociedad y aumento de exigencias sobre los profesores
• 3. 2. Inhibición educativa de otros agentes de socialización
• 3. 3. Ruptura del consenso social sobre la educación
• 3. 4. Cambio de expectativas respecto al sistema educativo
• 3. 5. Modificación del apoyo de la sociedad al sistema educativo
• 3. 6. Descenso en la valoración social del profesor
• 3. 7. Aumento de las contradicciones en el ejercicio de la docencia
• 3. 8. Cambio en los contenidos curriculares
• 3. 9. Desarrollo de fuentes de información alternativas a la escuela
• 3. 10. Escasez de recursos materiales y deficientes condiciones de trabajo
• 3.11. Cambios en la relación profesor - alumno
• 3. 12. Fragmentación del trabajo del profesor
• 4. Desarrollo de una estrategia de actuación para enfrentar los problemas educativos derivados de la aceleración del cambio social
• 4.1. Actuaciones respecto de la formación inicial de los profesores
• 4.2. Actuaciones en el marco de la formación permanente
• 4.3. Actuaciones referidas a la imagen social de los profesores y de la enseñanza
• Condiciones de trabajo
• Imagen social de los profesores y de la enseñanza
• Formación permanente del profesorado.
• Formación inicial.
•
• Referencias bibliográficas
1. EL SISTEMA EDUCATIVO FRENTE AL PASO DE LA EDUCACION SELECTIVA A LA EDUCACION GENERAL.
Cuando, desde una perspectiva futura, la Historia de la Educación haga una valoración de nuestro actual sistema educativo, un acontecimiento prevalecerá sobre todos los demás marcando un auténtico punto de inflexión que nos separa del pasado, pese a que aún no ha sido totalmente asimilado por los mismos agentes que lo han hecho realidad. Los regeneracionistas del 98 soñaban, como una utopía, en un país en el que todos los niños fueran a la escuela, y a mediados de la década de los ochenta se hizo realidad la utopía al conseguir la escolarización plena del cien por cien de nuestros niños en las edades legisladas como de escolaridad obligatoria, alcanzando en la enseñanzas secundarias niveles de participación crecientes, cercanos al 85%, y que constituyen cada año un nuevo récord. Esta situación contrasta fuertemente con la de veinte años antes, a finales de los sesenta, cuando la ausencia o la exclusión de la escuela, con el analfabetismo consiguiente, era la norma en muchas de las zonas rurales y en los barrios más desfavorecidos de las grandes ciudades, sin que la tasa de escolarización de secundaria superara la cifra del 9% de cada cohorte de edad.
La situación actual carece de precedentes históricos, supone el fin de un sistema educativo de carácter selectivo, basado en la exclusión, y configura una nueva concepción de nuestro sistema de enseñanza que aún no somos capaces de valorar en su justa medida, porque todos nosotros hemos sido educados en el anterior sistema educativo, y, al carecer de otras referencias, tendemos inevitablemente a comparar los problemas actuales con situaciones anteriores, sin entender que la generalización de la enseñanza al cien por cien de la población supone un cambio cualitativo que modifica los objetivos, las formas de trabajo y la esencia misma del sistema educativo.
Este cambio, aún no asimilado, explica por qué pese a tener el mejor sistema educativo que hemos tenido nunca, los profesores con mayores niveles de preparación, y unas dotaciones financieras y materiales impensables hace muy poco tiempo, prevalece un sentimiento de crisis, la idea general de que hay que reforzar la calidad del sistema, e incluso un generalizado desconcierto entre los profesores y los padres de los alumnos al constatar que la enseñanza ya no es lo que era, queriendo aplicar a la nueva situación de enseñanza general los parámetros y valores de la situación previa, en la que sólo una minoría tenía acceso a la enseñanza, y el sistema selectivo de exclusión expulsaba cada año a los niños que planteaban cualquier tipo de problema, en su dominio de las materias de enseñanza o en su comportamiento en el centro.
El paso desde un sistema de enseñanza de élite al nuevo sistema de enseñanza general, no sólo ha supuesto el consiguiente aumento cuantitativo en los efectivos de profesores y alumnos, sino también la aparición de nuevos problemas cualitativos sobre los que se impone una reflexión profunda. Enseñar hoy, es algo cualitativamente distinto de lo que era hace veinte años. Fundamentalmente, porque no tiene el mismo grado de dificultad trabajar con un grupo de niños homogeneizados por la selección, que atender al cien por cien de los niños de un país, con el cien por cien de los problemas sociales pendientes que esos niños llevan consigo. De ahí el desconcierto que alcanza a muchos de nuestros profesores y a buena parte de la sociedad, al valorar la situación actual de nuestro sistema de enseñanza con los esquemas derivados de la anterior situación: la enseñanza selectiva.
La aceleración del cambio social hace que, cada vez más, un número creciente de individuos experimente un fuerte desconcierto al descubrir que las cosas ya no funcionan como antes, que las realidades conocidas han sido barridas y sustituidas por otras, en las que no saben muy bien cómo desenvolverse. Y esto sin ninguna posibilidad de retorno al antiguo paisaje social que dominaban y conocían. Este mismo sentimiento de desconcierto afecta hoy a muchos de nuestros profesores, cuando comparan lo que era la enseñanza hace unos años y el paisaje cotidiano que ofrecen hoy los centros en los que trabajan. La enseñanza se ha convertido en algo distinto; y nuestra sociedad aún no ha asimilado la nueva situación de nuestro sistema educativo.
En los últimos veinte años, la aceleración de diversos cambios sociales, políticos y económicos han configurado un panorama social tan distinto, que apenas si encontramos en nuestro sistema de enseñanza elementos que, en este tiempo, no hayan sido modificados sustancialmente. Esta dinámica de cambio social nos obliga a pensar en la educación y en nuestro sistema educativo desde una perspectiva distinta; y así, en todos los países europeos se han diseñado nuevas reformas para la enseñanza: transformadas profundamente nuestra sociedad y nuestros sistemas escolares, se pretende remodelar nuestros sistemas de enseñanza para hacer factible, en la nueva situación, una enseñanza de
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