Berger Y Luckmann
Enviado por patosimon • 21 de Junio de 2013 • 1.476 Palabras (6 Páginas) • 463 Visitas
n el orden económico, tanto como en el campo de lo social y lo cultural, por primera vez en la Historia argentina, el Gobierno de Yrigoyen asume un rol decididamente intervencionista, dejando a un lado el liberalismo hasta entonces imperante del “laissez faire, aissez passer”.
En la economía es esencial y novedosa la defensa y promoción del patrimonio nacional. Esto es, de los bienes estratégicos que hacen a la capacidad de decisión soberana del país para su desenvolvimiento: el suelo y el subsuelo. El primero, mediante la recuperación de tierra pública mal concedida por el régimen anterior, los nuevos planes de colonización y la defensa del productor agropecuario contra los monopolios exportadores. El segundo, por la política nacionalista en materia de hidrocarburos, que se materializa con la creación de YPF y su incidencia directa en el desarrollo autónomo y equilibrado de todo el territorio nacional.
Habría que mencionar el intervencionismo directo del estado en la fijación de precios y tarifas que protejan y beneficien al consumidor y al productor; la regulación y control de los precios al consumo popular, durante la crisis de la primera posguerra mundial; y la recuperación para el Estado de más del treinta por ciento de las redes ferroviarias, los más importantes factores estratégicos para el desarrollo del país en su tiempo.
En el orden de la política social, la consideración de los intereses del capital y del trabajo, en busca de la paz social, tuvo, quizá más que en otros campos, las características de enérgica intervención a favor del trabajador. El concepto de “democracia social” aparece precursoramente ya en la primera Presidencia de Hipólito Yrigoyen: “Tras grandes esfuerzos el país ha conseguido establecer su vida constitucional en todos los ordenes de su actividad democrática. Pero le falta fijar las bases primordiales de su constitución social” afirmaría en el Mensaje al Congreso Nacional del 31 de agosto de 1921. DHY, pág. 191) Y en el mismo mensaje: “La democracia no consiste sólo en la garantía de la libertad política; entraña a la vez la posibilidad para todos de poder alcanzar un mínimo de felicidad siquiera”.
Ninguna huelga obrera fue declarada ilegal. La mayor parte de los conflictos se resolvieron con esa dirección protectora, incluyendo las huelgas más violentas y los episodios de represión, como los hechos de la llamada semana trágica en enero de 1919, o en las huelgas patagónicas de 1921. Transformó sustancialmente el Departamento Nacional del Trabajo, que comenzó a intervenir de manera directa en el arbitraje de los conflictos, y en la inspección para el cumplimiento de las leyes laborales. Cajas de Previsión Social, jubilaciones, Código de Trabajo Rural, fomento de las organizaciones sindicales y su reconocimiento legal, salario mínimo y jornada de trabajo, pago de remuneraciones en moneda nacional, leyes de procedimientos para penalizar el incumplimiento de las leyes del Trabajo.
Aunque no pudo sancionar sus proyectos de ley de Código Nacional del Trabajo, de Convenios Laborales Colectivos y de Asociaciones Profesionales, es considerable el avance en materia de justicia social y de organización obrera, mediante el dictado de decretos y la acción concreta de los organismos del Gobierno.
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La acción gubernamental respecto de la Educación Popular culminó y al propio tiempo transformó el original programa sarmientino. La creación de nuevas escuelas y bibliotecas populares en todos los rincones del país, y la idea de una pedagogía social para la plena realización de la persona, la conformación de una conciencia cívica nacional y el igualitarismo, marcan la política educativa yrigoyeneana.
Merece un análisis, al respecto, el Decreto de Exaltación del Sentimiento Nacional, dictado el 4 de mayo de 1919, claramente inspirado en el pensamiento de Louis Bourgeois, cuando fue Ministro de Instrucción Pública en la III República Francesa. En el referido decreto y en sus fundamentos, en los que se nota la intervención directa de la pluma de Yrigoyen, se señala, “que los nuevos y amplios horizontes abiertos a la democracia, en esta hora de renovaciones, exige que las instituciones docentes realicen su alta misión educadora, con fervorosos estímulos, para mantener siempre vivos los ideales y las normas de nuestra nacionalidad, perpetuando el culto sacrosanto de la tradición gloriosa que nos ha sido legada por nuestros mayores” Y, por lo tanto, “procurarán inculcar como base indispensable de la acción ciudadana, al par que un espíritu de veneración a las tradiciones argentinas, nobles y elevados pensamiento de bien público, y anhelos de verdad, de justicia y de
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