EL MAL DE ESCUELA

LOS ZOQUETES Y LOS SALVADOS

SERGIO STIVEN CÁRDENAS CÁRDENAS

(COD.085100962021)

TUTOR: Blanca Ligia Quintero Hernández

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

LICENCIATURA EN LITERATURA Y LENGUA CASTELLANA

22 DE ABR. DE 21

LOS ZOQUETES Y LOS SALVADOS

Y es que fui un mal alumno y nunca me he recuperado de ello.

Pennac (2008)

Daniel Pennac, en su libro El mal de escuela, nos brinda una reflexión muy valiosa acerca de la perspectiva de la educación, específicamente las relaciones entre alumnos y profesores. Su discurso se posiciona en el bando que defiende a los malos alumnos (siendo él mismo uno de ellos) y desde esa postura, nos abre tres puntos de vista que valen la pena abordar: la del propio actor, en su época de estudiante; como profesor y como escritor o maestro retirado. El presente escrito tiene como objeto, desarrollar el punto de vista que el autor nos propone y brindar una opinión al respecto.

Ser un mal estudiante es sinónimo de Zoquete, según lo narrado por Pennac. Esta categoría, le permite al autor hacerse una idea de la perspectiva que gozan los malos estudiantes. En su libro, nos narra que no gozó de buenas calificaciones y nunca llegó a sobresalir. De manera pintoresca pero madura, expone los prejuicios a los que fue sometido por parte de su propia familia y desarrolla toda una posición acerca de cómo el ambiente familiar, se convierte en cuna de determinismos y etiquetas sociales. En esta primera parte, nos muestra la forma en que el Zoquete ha tenido que envolverse en capas de miedo, de soledad y de angustia; “el dolor por no comprender y sus daños colaterales” (día, 2015) llevan a que el Zoquete cree expectativas sumamente pesimistas acerca de quién es, de lo que depara su futuro y de no ser capaz de alcanzar el mínimo de calificaciones para entrar en el grupo de los Salvados.

Pennac resulta ser sumamente optimista, cuando nos detalla la manera en que fue salvado: Bastó un maestro y el amor. Fue el maestro de lengua, quien condujo a Pennac al gusto por el estudio, le devolvió la motivación para convertirse en un buen alumno, reconoció las habilidades de su estudiante y lo transformó en amante de la lectura. Precisamente, es el maestro quién debe preocuparse por ser el detonante del cambio, dejar de promover la cultura del buen estudiante, es decir, el enfoque educativo únicamente, hacia los estudiantes modelo y comenzar por preocuparse por los malos estudiantes, aquellos que pareciera que no tienen forma de salvarse.

En segunda instancia, Daniel Pennac nos ofrece unas características que deben de tener lo profesores que deseen salvar a los Zoquetes: la pasión por comunicar bien su materia, la tenacidad y el amor. El maestro debe ser objetivo a la hora de comunicar su mensaje, reconocer que tendrá en su aula tanto alumnos buenos, como malos. Debe adaptar su discurso para que este llegue a todos y logre ser entendido. Que tanto el alumno bueno, como el malo, se sientan propios de la clase, que sean entendidos y no esquematizados o rotulados por su manera de entender o no un tema específico. Valores como tenacidad y amor juegan un papel importante dentro del discurso de Daniel Pennac; sostiene que, en el fondo, no es la falta de métodos el mayor problema de la educación, sino el amor que se le tenga, primero a la carrera y segundo y no menos importante, al estudiante. Un buen maestro debe aprender a amar a su alumno, entenderlo y reanimarlo.

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