ESPACIO CURRICULAR: CORPOREIDAD Y MOTRICIDAD.
Enviado por Yanina Saffarano • 23 de Octubre de 2016 • Trabajo • 2.220 Palabras (9 Páginas) • 388 Visitas
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN PRIMARIA
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE N° 31
PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
ESPACIO CURRICULAR: CORPOREIDAD Y MOTRICIDAD
CURSO: 1º A
CICLO LECTIVO 2016
SEGUNDO PARCIAL
PROFESORA: MARGA FORTE
ALUMNAS: CASTRO, MARIA EUGENIA
RESOLA, ROMINA
SAFFARANO, YANINA
SAN JUSTO, LUCIANA
FECHA DE ENTREGA: 19 DE OCTUBRE DE 2016
2° PARCIAL DE CORPOREIDAD Y MOTRICIDAD
En el presente trabajo nos proponemos abordar la temática de la violencia de género a partir de un trabajo corporal expresivo elaborado grupalmente.
Antes de desarrollar la problemática, nos parece pertinente recordar los paradigmas corporales que se han sucedido a lo largo de la historia en sociedades occidentales y patriarcales como la nuestra, donde el cuerpo de la mujer siempre fue interiorizado, castigado y subordinado. Dichos paradigmas son ingeniosamente delineados por las sabias palabras del escritor Eduardo Galeano: La iglesia dice: "El cuerpo es una culpa"/ La ciencia dice: "El cuerpo es una máquina" / La publicidad dice: "El cuerpo es un negocio"/ Y el cuerpo dice: "Yo soy una fiesta". Estas sencillas, pero profundas líneas nos permiten problematizar y repensar aquello que suele ser considerado como natural, evidente y establecido normas, costumbres, valores y prácticas. En el caso la mujer y su cuerpo, muchas veces cosificado y en varios momentos de la historia vulnerado de manera brutal.
Esta problemática aún persiste, seguramente es producto de miles de años de proyectar una imagen de la mujer subordinada al hombres. En muchas sociedades se sostienen y se reproducen relaciones desiguales de poder entre mujeres y varones mediante un “sistema sexo-género, el cual confiere condiciones sociales distintas para mujeres y varones en razón de los roles y funciones que les han sido asignadas socialmente”. Propician de esta manera un sistema jerárquico, asimétrico, de ideales de masculinidad en el cual se considera al varón como activo, autónomo, fuerte, heterosexual y dominador, frente a una imagen del cuerpo de la mujer que se proyecta como pasiva, como “complemento” necesario del hombre para la satisfacción sexual y emocional masculina.
El mensaje que buscamos transmitir a través del guion que elaboramos para expresar corporalmente la violencia de género es que en ella hay una fuerte división de roles “masculinos” y “femeninos”, donde predomina la asimetría y la desigualdad, la estructura vertical y el disciplinamiento. Por ello recurrimos a trabajar los espacios tanto personal como social, marcando la velocidad en las acciones y coordinando el ritmo de los movimientos de los actores con lo gestual y lo corpóreo. La idea es representar la masculinidad como un valor jerarquizado por sobre lo femenino, y al mismo tiempo como el parámetro de referencia y ponderación de lo humano, que luego entra en crisis a partir de otras miradas, que incluyen la participación de las propias mujeres.
La imagen del cuerpo y la imagen corporal están todo el tiempo presentes. La primera se trabaja como construcción ya que es “una síntesis viva de nuestra experiencia”, por ello en la representación de la mujer golpeada entra en juego la mirada de varias mujeres, tanto de las indiferentes, las machistas y las que desean la liberación. La mujer que se encuentra en el centro esta dócil, sumisa y subordinada y eso tiene que ver con estar sometida durante mucho tiempo, esta idea de tiempo la trabajamos a partir de la manipulación que realiza el hombre del cuerpo femenino.
La imagen corporal también está presente en cuanto especie humana, pero la configuración de la imagen corporal está en un primer plano ya que al establecer comunicación o evitar dicho acto comunicativo es donde se asienta la imagen. En nuestra representación, queda claro que a partir del contacto con “otros” la comunicación entre sujetos, en nuestro caso mujeres, la victima logra cortar el vínculo de subordinación y salir del centro en el cual estaba prisionera. No sale del centro, sola sino con lazos sociales maduros. Al salir del centro, el agresor se desestabiliza y se retira queda un vacío.
GUION DE LA COREOGRAFIA
Recursos:
Canción: No te va a gustar “Nunca más a tu lado”.
Elemento: cuatro friselinas de igual tamaño.
En cuanto a la coreografía utilizamos diferentes tipos de espacio como por ejemplo:
El espacio personal: por el cual es el que ocupa nuestro cuerpo y además los espacios interiores del mismo. Por el cual decimos que la piel del cuerpo es una línea divisoria entre el espacio interior (que es el contenido de la piel hacia adentro, el volumen y las dimensiones del propio cuerpo la morada donde se concentra todo un universo en pequeño) y el exterior (que comprende lo que esta mas allá de la piel, es el ámbito del mundo físico circundante).
El espacio parcial: constituido por el espacio que circula nuestro cuerpo, en el que se explora manteniendo un punto de apoyo fijo sin locomoción y sin desplazamiento del lugar donde se incluyen los distintos niveles (abajo, medio y alto) y nociones espaciales de orientación.
El espacio total: donde el desplazamiento de nuestros cuerpos comprende todas las formas de desplazamientos y locomociones como caminar, correr, saltar, etc.
El espacio social: donde compartimos todo el espacio con otros como complemento de la persona, poniendo en juego una considerable carga emocional, proporcionando placer y seguridad. Este espacio de acción común tiene lugar el encuentro, la fusión, la comunicación personal a través del dialogo tónico, gestual, afectivo, emocional.
El espacio escénico: por el cual surge con el cambio de miradas por el cual aparece el ojo del espectador. Adopta una forma de teatro a la italiana donde dicha lectura humana de la vida adquiere visión rectangular y la narración va de izquierda a derecha.
Aquí nos proponemos a captar y resinificar el mundo desde la mirada y la escucha, con una cierta toma de distancia, cuando aparece el espectador.
Para esto debe inhibir sus propias acciones, dejando de ser partícipe activo para ocupar un lugar de espectador. Es él quien crea un área de veda, un trozo acotado del mundo, el crea un ámbito, se dibuja un lugar y un tiempo que no es el cotidiano, para observar y recrear lo que sucedió en otra época, en otro lugar, o lo que podrá suceder, o le sucede a otro, (o incluso a si mismo). Sin espectador no hay espectáculo.
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