Educación y Trabajo
Enviado por angel2015 • 28 de Julio de 2015 • Ensayo • 2.213 Palabras (9 Páginas) • 117 Visitas
Universidad Nacional de Salta
Facultad de Humanidades
Carrera: Ciencias de la Educación
Cátedra: Pedagogía Laboral
Alumno: Vara, Oscar Miguel Angel.
L.U: 708981
Primer Parcial
Titulo del ensayo:
“La Educación en un contexto discontinuo, cambiante y exigente: Entre credenciales, tecnologías y competencias laborales”.
A través del transcurso de los años hasta la actualidad, fueron tomando protagonismo profundos cambios a nivel mundial, siendo el más importante de ellos, el fenómeno de la globalización. Esto permitió que la informática alcanzase un desarrollo espectacular, lo que hizo posible que el mundo se encuentre mas interconectado y que los mercados lleguen a complejizarse.
Producto de tal situación, es que actualmente las exigencias de la vida cotidiana son distintas, especialmente en cuanto a la formación, calificación[1] y competencias necesarias que se requieren “hoy” para poder adaptarse al ritmo de una sociedad tan dinámica y cambiante en sus distintas dimensiones.
Tales cambios provocados por el surgimiento de nuevas tecnologías, ofertas de servicios y comodidades, entre otros, generaron una redistribución de ocupaciones en el campo laboral. Con esto me refiero no solo, al espacio físico donde trabajan las personas, sino también al tipo de actividades que realizan.
El panorama frente al que vivimos demuestra que, el saber o poder situarse en un mundo tan complejo ya no depende tanto de la formación escolar que recientemente obtuvimos, lo que implica que aquel que no continua formándose, se quede al margen de este circulo capitalista.
En referencia a lo planteando hasta aquí, en lo que resta de este ensayo, pondré en cuestión el papel de la educación en la actualidad, frente a un mundo que impone e innova constantes cambios tecnológicos, dejando en duda la consecución de credenciales, y otorgando un mayor protagonismo al requerimiento del desarrollo de las competencias laborales en cada individuo.
En consecuencia de la globalización, el sistema de empleos y el trabajo moderno-contemporáneo, en nuestro país y demás países de la región han sufrido modificaciones interesantes. Ante tal panorama, esta a la vista que el sistema educativo no responde, aparenta cambios, pero sigue siendo el mismo. Esto es relativamente curioso, ya que no parece plantearse problemas que tienen que ver con “el sentido de la institución educativa”. A si es que pese a que los años de escolaridad se traducen en credenciales, títulos, diplomas y certificados, la sociedad comienza a dudar y por sobre todo a emitir cuestiones a cerca de si tales credenciales y años de escolaridad, llegan a ser pertinentes con las demandas del mercado laboral. A tal punto que desde el sentido común se oyen rumores como; “antes el secundario por lo menos te aseguraba el acceso a algún puesto de trabajo, ahora no te sirve ni para barrer calles”; “para que estudiar tanto si no te asegura que vas a trabajar el día de mañana”.
Se ha generado cierto imaginario en la gente, por que la misma “mundializacion” ha creado en nosotros la “representación”, de que en el presente no sea ya tan imprescindible contar con cierta cantidad de diplomas, si no que lo que es fundamental para el trabajo contemporáneo, es el desarrollo de competencias, conocimientos y aptitudes en cada una de las personas.
Hoy en día, tenemos la impresión de que el “titulo” tiende a vaciarse de contenidos, a razón de que más allá de las pretensiones formales, este cartón no llega a corresponderse de manera directa con las competencias que deberían “adquirir” y “aprender” sus poseedores.
Esta situación coloca bajo la lupa al sistema educativo, ya que la sociedad comienza a percibir que lo importante no solo reside en la escolarización formal y en la certificación, sino mas bien en las herramientas que ofrece la institución para la pronta inserccion en el campo laboral.
Es importante tener presente al respecto que, sabiendo de que la carrera laboral se constituye como una “construcción social”, lo que se deberá poner en practica no pasa tanto por las competencias adquiridas en la institución escolar, sino que se trata de una practica acompañada de un aprender constante.
El creciente impacto de las innovaciones tecnológicas y de los cambios en la organización, están modificando el proceso de trabajo. Cabe tener en cuenta además, que tales innovaciones no consisten solo en la informática, ya que a esta se asocian también; la biotecnología, la energía nuclear, los cambios en la agricultura, las telecomunicaciones, etc.
Ante la presencia de todas estas modificaciones, causalmente se produjo una tensión y una necesidad de cambio en el sistema educativo. En consecuencia la sociedad demanda hoy al sistema, la existencia de instituciones educativas que se ocupen de la “formación para el trabajo”, adquisición de experiencias y pasantias. Tal situación da cuenta de que no basta con que el gobierno se preocupe por asegurar el acceso de los adolescentes y jóvenes a los conocimientos generales y elementales, si no que “hoy”, urge, “saber hacer algo”, caso contrario para esta sociedad “no servís”.
En estas últimas décadas es inevitable aludir a la formación para el trabajo sin asociar el término competencias[2]. En un contexto conformado por la flexibilización, cambios tecnológicos, organizacional, y por la reestructuración productiva, donde la polivalencia y rotación de ocupaciones son habituales, la lógica de las competencias han pasado a ser la carta estratégica de muchas de las empresas para competir en el mercado mundial.
Quedo atrás entonces la concepción de “calificación”, para hablar de “competencias”, en el sentido de un conjunto de conocimientos, cualidades, habilidades, capacidades y aptitudes que están en constante modificación y que deben ser sometidas a la prueba de la resolución de problemas concretos en situaciones de trabajo que poseen cierto margen de incertidumbres y de complejidad técnica.
Hablar hoy de competencias implica hablar también de aprendizaje, situación que exige colaboración, dialogo, y articulación entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo. A raíz de que una capacitación especifica se edificara sobre las bases adquiridas en la escolaridad formal y en el campo de las experiencias. Digo en el campo de las experiencias por que las “competencias” al ser amplias y flexibles pueden incorporarse a través de experiencias, ya sea, sociales, familiares, escolares y laborales.
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