Enseñanza De La Escritura

ENSEÑANZA DE LA ESCRITURA

La cambiante sociedad actual, llamada sociedad de la información, está caracterizada por los continuos avances científicos y por la tendencia a la globalización económica y cultural. Cuenta con una difusión masiva de la informática, la telemática y los medios audiovisuales de comunicación en todos los estratos sociales y económicos, a través de los que proporciona: nuevos canales de comunicación. La comunicación es el proceso que permite el desarrollo de la función de relación entre las personas. Los seres humanos son capaces de comunicarse de muy diversas maneras; sin embargo disponen de un sistema particular, enormemente rico y complejo: el lenguaje, es decir, la facultad propia de los seres humanos que les permite comunicarse entre sí mediante signos orales y de otro tipo. Esa facultad del lenguaje se concreta en el uso de una lengua que, por tanto, constituye el instrumento básico de comunicación. Conocer su funcionamiento es, pues, esencial para que ese uso sea eficaz.

El lenguaje, es por tanto, la facultad que el hombre tiene de poder expresar y comunicar sus pensamientos, en cualquier tipo de actividad que desarrolle. El producto del lenguaje es la lengua y ésta su vez, es un conjunto de convenciones que se vale de un cuerpo social, transmitida por el canal oral o escrito. Dentro de cada canal se distinguen macrohabilidades, ellas son escuchar - hablar; leer - escribir, las mismas dirigen y modulan nuestra actividad, la que debe desarrollarse en forma competente, según las exigencias de la situación y los objetivos que se persigan. Esto implica que el alumno deberá adquirir el adecuado manejo de la lengua oral y escrita, siendo el instrumento indispensable para la comprensión y expresión de sus ideas, al mismo tiempo, les posibilita el acceso a la cultura.

Por estos motivos la Escuela debe enseñar al niño a realizar las inferencias que le permitan identificar la intención del discurso, los puntos de vista y las voces que aparecen en el mismo, la ideología del autor, el mensaje global y el desarrollo en subtemas, la información explícita y la implícita, así como lo no dicho. De aquí surge la necesidad de una planificación sistematizada en el abordaje de estos contenidos. La planificación representa y ha representado siempre la explicitación de los deseos de todo educador de hacer de su tarea un quehacer organizado, científico, y mediante el que pueda anticipar sucesos y prever algunos resultados, incluyendo por supuesto la constante evaluación de ese mismo proceso e instrumento. La evaluación es un componente didáctico y como tal figura en la planificación tanto en la dimensión procesual como en la explicitación gráfica de la planificación. La finalidad de la misma apunta por sobre todo a brindar información adecuada para las constantes tomas de decisiones de los diferentes actores de la situación educativa.

El producto del discurso, sea éste oral o escrito, es el texto. Actualmente se considera que para la enseñanza de la lengua, el docente, debe partir del texto como unidad de análisis para llegar a la palabra. Es decir, que primero se debe partir de la lectura de textos, para lograr el mejoramiento de la escritura, mediante textos modélicos. Según Enrique Lorenzo (1994) el texto debe ser concebido como una unidad semántica, un todo organizado teniendo en cuenta los principios de coherencia, cohesión (hilo temático) y consistencia. A su vez, Marta Marín (2008), concibe al texto como: un

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