INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL BUEN DESEMPEÑO PROFESIONAL
Enviado por dormidito • 28 de Mayo de 2013 • 1.015 Palabras (5 Páginas) • 558 Visitas
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL BUEN DESEMPEÑO PROFESIONAL
Las emociones son fundamentales dentro del funcionamiento psicológico de una persona que pueden derivar en el desempeño de una persona, por lo que cada emoción brinda una condición a la acción, de manera que las emocione de las personas y su forma de aplicar influirá decisivamente en el éxito o fracaso de las ocupaciones que emprenda.
“Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas, tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad.” -Daniel Goleman-
El término Inteligencia Emocional se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás, dirigiéndolas y equilibrándolas. La vida emocional es la que nos mueve a comportarnos, percibir y actuar de determinada manera en la vida.
Las tensiones de la vida moderna, la hipercompetencia en el terreno individual y empresario, la presión del tiempo, la exigencia de un constante perfeccionamiento profesional, etc., son situaciones que tienden a alterar el estado emocional de la mayoría de las personas consideradas normales, llevándolas al borde de sus propios límites físicos y psíquicos. El resultado, a menudo, es el desequilibrio emocional.
Se vive en un mundo donde se pierde lo que sucede a nuestro alrededor, pues lo rutinario y cotidiano nos envuelve. Perdiendo de esta manera una motivación por lo nuevo y la ansiedad a experimentar nuevas situaciones
De ahí la importancia de tener una educación emocional que nos permita regular las respuestas emocionales permitiéndonos madurar, como consecuencia de la respuesta de la persona ante una situación, es decir tener una flexibilidad al momento de manejar nuestras emociones de acuerdo a la situación y el entorno en el que nos encontremos. Por lo que considero que las personas deberían manejen dos aptitudes:
Aptitud personal: Son las que determinan el dominio de uno mismo (autoconocimiento, autorregulación y motivación)
Aptitud social: Son las que determinan el manejo de las relaciones (empatía y habilidades sociales)
A medida que vamos madurando emocionalmente logramos equilibrar dos fuerzas opuestas, por un lado la necesidad biológica a un afecto emocional externo y por otro la necesidad de respetar determinadas normas de convivencia.
Por eso, mantener una inteligencia emocional bien desarrollada significaría emplear las emociones de acuerdo a la situación en la que nos encontramos. En la vida profesional todas estas emociones deben ser manejadas, gestionadas y dirigidas para crear nuestra propia motivación, ya que la ira o vergüenza si no son bien empleadas, provocan que exista una inadecuada relación social y laboral, pero también podrán ser útiles en otro contexto o situación en el que se encuentre la persona, así como el miedo que el objetivo es buscar protección, tristeza que el objetivo es el retiro, enojo el objetivo es la defensa, alegría es la satisfacción etc.
Las emociones son la batería de nuestra existencia que nos motiva a seguir, mejorar, cambiar y reflexionar de lo que tenemos
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