¿Por qué incluir la evaluación en la planeación?

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¿Por qué incluir la evaluación en la planeación?

Fátima de la Fuente Acoltzi

“Es el proceso de delinear, obtener, procesar y proveer información válida, confiable y oportuna que nos permita juzgar el mérito o valía de programas, procedimientos y productos con el fin de tomar decisiones”. Pedro Ahumada Acevedo

Introducción

El termino evaluación se ha ido adaptando con el paso del tiempo, su conceptualización ha sido determinada en función de las necesidades político-sociales, en torno a lo que, en cada momento, se ha entendido como educación. Actualmente también se considerará las necesidades, propósitos u objetivos de las instituciones educativas, además del nivel para el que se está enfocado.

Evaluación desde el punto de vista más más general es, obtener información que permita emitir un juicio de valor, mismo que permita tomar decisiones, sin que necesariamente sean las mejores.

En el ámbito educativo, se entiende que la evaluación es parte del proceso de enseñanza – aprendizaje, por lo que no se limita a estar presente sólo en una etapa, es por el contrario que, debe estar en todo momento y debe permitir que tanto el docente como el alumno vayan modificando lo necesario para que se pueda lograr el aprendizaje. Si bien, existen diferentes tipos de evaluación, de acuerdo al momento en el que se lleven a cabo, lo realmente importante es que, se conciba como una forma de mejorar y seguir aprendiendo.

A pesar de que se tiene bien definido lo que se pretende en términos de educación, cómo debe ser el proceso de enseñanza-aprendizaje, y cómo debe intervenir la evaluación para que se pueda lograr la excelencia, aun se tiene áreas de oportunidad, lamentablemente para la gran mayoría evaluación sigue siendo sinónimo de exámenes, o de la emisión de un juicio que da una calificación, pero también tiene que ver con las actividades que se proponen a los alumnos, refiriéndose básicamente al tipo de instrucción por parte del docente, ya que de esto dependerá lo que se fomente en los estudiantes.

Desarrollo

Desde hace algunos años el enfoque de la educación en México es por competencias, sin embargo, el hecho de haberlo adoptado en los planes y programas, no necesariamente significa que todos lo lleven a la práctica.

Considerando que nuestro enfoque es por competencias, se debe indicar lo que significa, se dice que una persona es competente cuando es capaz de hacer algo, pero que además está bien hecho. Entonces, una competencia, es la demostración de la capacidad para hacer algo bien hecho.

Bajo esta premisa es que se concibe la educación, pues pretende que el alumno construya su propio conocimiento, que lo haga de manera práctica, apoyado en situaciones reales que se encuentre en su vida diaria; además debe desarrollar las habilidades y actitudes necesarias para saber qué puede hacer con el conocimiento, para qué le es útil, cuándo y de qué manera lo va a utilizar.

Es aquí en donde el papel del docente se convierte en la clave para poder lograrlo, debido a que es él quien debe guiar al alumno, proponer las actividades e ir realizando las adaptaciones necesarias para poder lograr el cometido.

Como se menciona en Pérez González, el sistema de dirección del proceso de enseñanza – aprendizaje esta integrado por cuatro aspectos: Planificación, Organización, Gerencia y Evaluación; está última considerada como una función a la que se le da un diferente matiz en la planificación y organización. (Pérez González, 2006, pág. 3)

Considerando que es en la planeación cuando se toman decisiones de lo que se hará en el aula, lo primero que se debe tener claro es, la competencia o aprendizaje esperado, lo que el alumno debe aprender a hacer; los requisitos cognitivos, procedimentales y actitudinales necesarios para que el alumno pueda hacer bien eso.

Antes de que el alumno pueda demostrar sus capacidades, se tiene que trabajar para que las adquiera o las desarrolle, y la forma en la que se logrará es con las actividades que se propongan, así como la evaluación que se realice, pues será de esta forma que el docente y el alumno deberán modificar su comportamiento para que se logre el objetivo.

Para poder diseñar situaciones didácticas, se debe siempre tener presente la competencia que se está abordando, para poder ubicar a los alumnos en una situación en la que tengan que hacer uso de esa capacidad, en la que tengan que demostrar que saben hacer las cosas. Para esto, hay que pensar en situaciones en las que los alumnos tengan que poner en práctica las capacidades que van a desarrollar.

Estas situaciones deben propiciar el aprendizaje significativo y la enseñanza para la comprensión, como menciona Díaz, “si logramos el aprendizaje significativo, entonces podremos evaluar”. (Díaz Barriga, 1994)

Entonces, ¿cómo deben ser estas situaciones?, deben ser desafiantes, pero con la característica primordial de ser realistas, contextualizadas, pues de esta forma tendrán sentido para el alumno, pero además deben de propiciar que el alumno comprenda los aprendizajes y no solo los memorice.

Este tipo de situaciones no lleva a pensar en la evaluación, esta debe ser continua, en todo momento el alumno debe recibir retroalimentación y sugerencias, pero además el alumno debe ser partícipe de la evaluación.

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