Teorias De La Etica
Enviado por willardkennedy24 • 8 de Abril de 2015 • 3.886 Palabras (16 Páginas) • 253 Visitas
TEORÍAS UTILITARISTAS
5.1. INTRODUCCIÓN
Las teorías utilitaristas se basan en el análisis de las consecuencias que para la sociedad o un grupo humano tiene una determinada acción. Las decisiones correctas según esta teoría, serían por tanto, aquellas que maximízan la utilidad, felicidad, placer, de un grupo humano o de la sociedad en su conjunto. La aplicación de esta teoría exige, por tanto, el análisis de las diversas consecuencias que una determinada acción va a ocasionar en los diversos individuos afectados. Posteriormente, habría que analizar la repercusión en la utilidad o felicidad de los diversos individuos, y calcular la utilidad total, lo cual exige hacer comparaciones interpersonales de utilidad, y cálculos de utilidad que difícilmente van a poder realizarse.
el utilitarismo como principio moral se puede considerar como una combinación de tres requisitos elementales:
1. Bienestar basado en la utilidad, que requiere que la bondad de un estado sea solamente una función de la información sobre la utilidad relativa de ese estado.
2. Ordenación mediante la suma, este requisito establece que la información sobre la utilidad de cualquier estado, sea evaluada considerando sólo la suma total de las utilidades en ese estado.
3. Consecuencialismo, que requiere que cada elección ya sea de acciones, instituciones, motivaciones, normas, etc., se determine finalmente por la bondad del estado social consiguiente.
4. Utilitarismo del acto y utilitarismo de la regla
5. Dentro de las diversas concepciones de las teorías utilitaristas podemos considerar básicamente dos corrientes principales, que son: el utilitarismo del acto y el utilitarismo de la regla. Mientras que los utilitaristas del acto miden las consecuencias derivadas de los mismos, los utilitaristas de la regla, en cambio, aplican el cálculo a las reglas, estableciendo la moralidad de éstas en función de las consecuencias que se derivan de su seguimiento. Por tanto, juzgan las reglas por las consecuencias y las acciones por las reglas.
El término deontología procede del griego: to deon (lo conveniente, lo debido) y logía (conocimiento, estudio…); lo que significa, en términos generales, el estudio o la ciencia de lo debido. El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos del deber y las normas morales. El concepto de deontología fue acuñado porJeremías Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral, donde ofrece una visión novedosa de esta disciplina. Para Bentham, la deontología se aplica fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están sometidas al control de la legislación pública.
La deontología como ética profesional[editar]
Según José María Barrio, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid:
en un sentido vulgar se habla de deontología en referencia al buen hacer que produce resultados deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es alguien que, en primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones normales, realizar su tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas del buen hacer –perfectum officium, acción llevada a cabo conforme a los imperativos de la razón instrumental– constituyen, sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden general del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona son, además, obligaciones profesionales para muchos
En definitiva, cuando nos refiramos a una profesión determinada, podemos hablar de la existencia de una ética y de una deontología determinada.
La primera se podría centrar en determinar y perfilar el bien de una determinada profesión (aportación al bien social) y la deontología, por su parte, se centraría en definir cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad.
La ética utilitarista
26 de octubre de 2012 Publicado por Esteban Galisteo Gámez
La ética utilitarista es consecuencialista. Eso quiere decir que, desde el punto de vista de la ética utilitarista, el valor moral de una acción se mide en función de sus consecuencias. Desde esta perspectiva, las acciones carecen de un valor moral intrínseco, siendo este extrínseco o relacional. Las éticas consecuencialistas se diferencian entre sí en el fin o consecuencia al que deben aspirar las acciones morales. Este es el componente teleológico que las define como tales. Un ejemplo clásico de ética consecuencialista es la hedonista, según la cual nuestras acciones deben llevarnos a la consecución del máximo placer.
El utilitarismo exige una gran reflexión sobre las consecuencias de nuestras acciones.
Según la ética utilitarista, a diferencia de la hedonista que hemos puesto como ejemplo, nuestras acciones han de estar orientadas a la consecución de la máxima felicidad para el mayor número de personas. Este fin es, a su vez, un procedimiento decisorio que, a la hora de enfrentarnos a un dilema moral, ha de ayudarnos a decidir el curso de acción más adecuado con respecto a este objetivo.
El primero en proponer esta teoría ética fue Jeremy Bentham, a finales del siglo XVIII en su obra Introducción a los principios de la moral y la legislación. Su seguidor, John Stuart Mill desarrollaría el punto de vista de Bentham.
1. La ética utilitarista y sus variantes
La ética utilitarista, al igual que ocurre con otras muchas teorías filosóficas, ha experimentado un notable desarrollo a lo largo del tiempo, de tal modo que se pueden distinguir, además del utilitarismo clásico o utilitarismo de la acción, dos variantes de esta teoría.
La primera de ellas es el utilitarismo negativo. En esta versión la tesis principal se formula negativamente, en términos de sufrimiento, en lugar de en términos de felicidad. Bajo nuestro punto de vista es una variante pesimista del utilitarismo. Según el utilitarismo negativo, el valor moral de una acción se mide en términos del sufrimiento que evita para el máximo número de personas. Es una versión pesimista en la medida en que los filósofos que defienden esta posición piensan que, dado que hay más oportunidades de causar sufrimiento que de causar felicidad, seremos moralmente más eficientes si evitamos causar sufrimiento.
La segunda versión es el utilitarismo de la regla o de la norma. Muchos utilitaristas de la regla tratan de conciliar la teoría utilitarista con la ética kantiana, como es el caso del prescriptivismo universal de R. M. Hare. Según esta versión, el valor de una acción moral se mide en función de que siga la regla o norma que mayor utilidad proporcione. Hemos
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