Diario De Trabajo
Enviado por 1092 • 5 de Junio de 2015 • 2.292 Palabras (10 Páginas) • 145 Visitas
REPORTE DE LECTURA: MIGUEL LEON PORTILLA
LOS ANTIGUOS MEXICANOS.
Trata de las fuentes indígenas citadas en este trabajo así como las obras de crónicas misioneros historiadores coloniales etc. qué cuyo testimonio asido también aducido para una bibliografía más amplia acerca de los trabajos más recientes sobre la cultura náhuatl 1950-1958 por concepción Basilio estudios de cultura náhuatl. Los antiguos mexicanos de Miguel León Portilla México en general ha sido un lugar donde se ha acaparado gran cantidad de formas de vida sobre todo si hablamos de la zona del altiplano del centro de México, que abarcaron según los historiadores cerca de diez mil años. Los mexicas creían que todo lo que conocemos al igual que la iglesia dicen que fue creado en distintas eras. Las cuales las llamaban soles el primer año fue representado por el signo 4-agua, el segundo sol fue 4-tigre, el tercero 4-lluvia, el cuarto fue 4-viento, el quinto y según los mexicas el último sol sería el 4-movimiento. En cada uno de estos soles pasan sucesos interesantes en los cuales se desarrollan varios sucesos en donde se va acomodando el mundo hasta que por fin queda el mundo como lo conocemos ahora. En el libro se manejan varios mitos de cómo surgieron los seres humanos y como Quetzalcóatl crea al humano. Durante los primero siglos de la era cristiana situaron la aparición de las más antiguas ciudades mayas así como Monte Albán y otras ciudades antiguas de Mesoamérica. El libro también cuenta la historia de la formación de la luna y el sol. Y como éstos fueron la inspiración para la construcción de las pirámides en Teotihuacán. Los Aztecas llegaron al valle de México a mediados del siglo XIII d.c., se cree que caminaros desde un lugar llamado Aztlán. Arribaron momentáneamente en Chapultepec, empezaron a ser hostilizados por la gente de Azcapotzalco por esta razón fueron obligados a seguir su recorrido. Llegaron con los cluécanos y estos solo les ofrecieron la opción de quedarse en una región pedregosa y con serpientes ponzoñosas llamada la región de Atizapán. A través de todo el libro aparecen muchas cosas interesantes las cuales me llamaron mucha la atención.
El pensamiento indígena era que, el mundo había existido, no una sino varias veces. Que la primera ya fue hace mucho tiempo, que en conjunto habían existido ya cuatro soles y cuatro tierras. Ellos los llamaban Soles. Tuvieron su evolución en espiral. Que los primeros hombres habían sido hechos de ceniza, pero el agua los convirtió en peces, los segundos habían sido unos gigantes, que en realidad eran seres débiles, se decía de ellos, que cuando caían, caían para siempre. Los del tercer sol o edad del fuego se convirtieron en guajolotes. Los hombres del cuarto sol se dice que fueron a vivir en los montes convirtiéndose en “Tlacaozomatin” u hombre monos. Y por último fue la quinta edad, se podría decir, que es la época en que se vive ahora, del sol de movimiento, tuvo su origen en Teotihuacan en ella también se resonó mucho sobre la grandeza de Quetzalcoatl. Habiendo ya existido todo esta primera parte, vendría la cuestiónate para los dioses ¿Quién habitara?, fue pues Quetzacoatl el que restauraría al ser humano, este va al lugar de los muertos o el Mictlan por los huesos, pero el que reinaba era el Mictlantecuhtli, señor de la región de los muertos, le pone dificultades al dios, para impedir que se llevara los huesos de generaciones pasadas; fue así cuando su doble lo ayuda, su nahual, con ayuda de Quilaztli muele los huesos, se ensangrentó el miembro sobre ellos y les dio la vida. Así aparecen los hombres como un resultado de la penitencia de un dios, de ahí el nombre que les dio, los macehuales. Después se narra que llegaron por las costas del Golfo de México y se establecieron en un lugar que se llamaba Tamoanchan: nosotros buscamos nuestra casa, aquí fue donde floreció la cultura por vez primera, heredado después por los pueblos náhuatl. Después de este lugar se pasaron al México central o Teotihuacan en donde nació el centro ritual más grande. Durante los primeros siglos de los cristianos según arqueólogos sitúan la aparición de ciudades mayas como: Uaxactun, Tikal, piedras negras, Yaxchilan y Palenque; monumentos de Monte Albán en Oaxaca y el centro de México, la ciudad de los dioses. Se habla de la fundación de esta ciudad; se ofrecen dos dioses el primero fue Tecuciztecatl: señor de los caracoles, el segundo fue Nanahuatzin: el purulento o bubosillo. Se tenían que arrojarse a una hoguera ardiendo para convertirse en sol o en luna, el segundo fue el que se volvió sol y el primero en luna, paso el tiempo y los dioses hay reunidos descubrieron la salida del sol y la luna, contra esta última le fue arrojado un conejo para que solo alumbrara de noche y por último el problema era que tenían que darle movimiento a ambos astros, ese fue el motivo a que se sacrificaran todos los dioses. En Teotihuacan fue donde se tuvo el máximo esplendor intelectual y material de las culturas antiguas del México central. Sus pinturas, la ciudadela en donde se daban los cultos religiosos a Quetzalcoatl-Kukulcan. Símbolo de la sabiduría náhuatl y maya, el Dios barbado, las cabezas de serpiente emplumada. Pero a pesar de que esta ciudad estaba bien organizada social y políticamente se dice que, a mediados del siglo IX d.C sobrevino su inexplicable y misteriosa ruina y el abandono de otras ciudades ya mencionadas. Después de esta tragedia, poco a poco fue surgiendo un segundo brote cultural en Tula, en Hidalgo. Se han tenido vestigios del antiguo lugar de culto religioso llamado Huapalcalco, inmediato a Tulancingo, se dice que fueron obra de los teotihuacanos. Después de aquí se pasaron a Xicocotitlan, o Tollan. Aquí también llagaron grupos nómadas del norte, eran de orígenes náhuatl. En este lugar se empezó a dar el culto a Quetzalcoatl, de sus comienzos en Teotihuacan. Este grupo se llamaba los Toltecas y era dirigido por su jefe Mixcoatl. Estos eran constructores de palacios, pintores y escultores; no eran gente bárbara ellos provenían de estirpes náhuatl. Entre los toltecas hubo un sacerdote llamado también Quetzalcoatl que se empeñaba en mantener la tradición del culto al mismo; de aquí nace la gran doctrina teológica del Dios dual u ome teotl; este sacerdote nunca quiso aceptar los sacrificios humanos, él se tuvo que marchar por lo mismo, se llenó de seguidores que lo acompañaron en la huida a Quetzalcoatl. Se dice que se marchó por el oriente a Tlapalan: la tierra del color rojo y que algún día tenía que regresar para salvar a su pueblo e iniciar nuevos tiempos. Los seguidores se dispersaron por el valle de México, en los que a mediados del siglo XII d.c, se empezaron a formar nuevos centros que se convertirían en nuevas culturas mezclándose con grupos venidos del norte, otomíes tal vez, dieron origen
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