Clifford Geertz
Enviado por jlaev • 11 de Septiembre de 2013 • 4.193 Palabras (17 Páginas) • 384 Visitas
Sobre la autoridad etnográfica
Clifford toma a los antropólogos como nati~
vos y también como informantes suyos...
Estamos siendo observados e inscriptos.
Paul Rabinow, Las representaciones son he-
chos sociales
El frontispicio de la edición de 1724 de las Moeurs des
sauuages ameriquains del padre Lafitau muestra al etnógrafo
como a una joven sentada a un escritorio y en medio de artefactos
del Nuevo Mundo y de la Grecia clásica y Egipto. La autora apa-
rece acompañada por dos querubines que la asisten en el trabajo
de comparación y por la figura barbada del Tiempo, quien señala
hacia un cuadro vivo que representa la fuente divina de las ver-
dades que brotan de la pluma de la escritora. La joven gira su
rostro hacia un banco de nubes donde aparecen Adán, Eva y la
serpiente. Encima de ellos se yerguen el hombre y la mujer redi-
midos del Apocalipsis, a ambos lados de un triángulo radiante
con la inscripción hebrea de Yahweh.
El frontispicio de Los Argonautas del Pacífico Occidental de
Malinowski es una fotografía con el subtítulo "Un acto ceremo-
nial del kula". Se ofrece un collar de conchas a un jefe
trobriandés, de pie ante la puerta de su vivienda. Detrás del hom-
bre que ofrece el collar hay una hilera de seis jóvenes inclinados,
uno de los cuales está soplando una catácola. Todas las figuras
están de perfil, con la atención aparenteiliente concentrada en el
rito de intercambio, todo un evento en la vida melanesia. Pero
prestando más atención puede advertirse que uno de los jóvenes
inclinados está mirando hacia la cámara.
La alegoria de Lafitau es menos familiar. Más que originar
39
algo, su autor transcribe. A diferencia de la foto de Malinowski,
el grabado no hace referencia a la experiencia etnográfica, a des-
pecho de los cinco años que Lafitau pasó investigando a los
mohawks, investigación que ha ganado un sitial de respeto entre
los trabajadores de campo de cualquier generación. Su relato se
presenta no como el producto de una observación de primera
mano sino como escritura en un taller atestado. El frontispicio de
los Argonautas, como todas las fotografias, afirma la presencia de
la escena delante de las lentes; y también sugiere otra presencia,
la del etnógrafo, componiendo activamente este fragmento de la
realidad trobriandesa. El intercambio del kula, el tema del libro
de Malinowski, se ha hecho perfectamente visible, centrado en el
cuadro perceptual, mientras que una mirada participante
redirige nuestra atención hacia el punto de vista observacional
que, como lectores, compartimos con el etnógrafo y su cámara. Se
señala el modo predominante de la moderna autoridad del traba-
jo de campo: "Estás allí... porque yo estuve allí".
Este capítulo rastrea la formación y la quiebra de la autoridad
etnográfica en la antropología social del siglo XX. No es un relato
completo, ni se basa en una teoria totalmente acabada de la in-
terpretación y la textualidad etnográfica. 1 Los contornos de una
teoria tal son problemáticos, dado que la actividad de la repre-
sentación transcultural se encuentra ahora más en cuestión de lo
que ha estado nunca. La actual dificultad está ligadaa la quiebra
y redistribución del poder colonial en las décadas posteriores a
1950 y a los ecos de ese proceso en las teorias radicales de la cul-
tura de las décadas de 1960 y 1970. Después de la revocación de
la mirada europea por el movimiento de la negritud y después de
la erise de eonseienee de la antropología con respecto a su estatus
liberal en el interior de un orden imperial, y ahora que el Occi-
dente no puede presentarse más a sí mismo como el único provee-
dor de conocimiento antropológico sobre los otros, ha llegado a
ser necesario imaginar un mundo de etnografia generalizada.
Con las comunicaciones expandidas y las influencias
interculturales, la gente interpreta a los otros, y se interpreta a
sí misma, en una pasmosa diversidad de idiomas: una condición
global de lo que Mijail Bajtín (1963) llamaba "heteroglosia"?
Este mundo ambiguo y multívoeá hace que cada vez resulte
más difícil concebir la diversidad humana como algo inscrito
en culturas cerradas e independientes. La diferencia es un efec-
to del sincretismo inventivo. En años recientes, obras tales como
Orientalismo, de Edward Said (1978) y Sur la ''philosophie''
40
africaine de Paulin Hountondji (1977) han arrojado dudas radi-
cales sobre los procedimientos por los cuales se pueden represen-
tar los grupos humanos extraños sin proponer métodos o
epistemologías sistemáticas y rigurosamente nuevas. Estos estu-
dios sugíeren que mientras la escritura etnográfica no puede es-
capar enteramente al uso reduccionista de dicotomías y esencias,
puede por lo menos esforzarse autoconscientemente para no re-
tratar "otros" abstractos y ahistóricos. Ahora es más crucial que
nunca que los diferentes pueblos formen imágenes complejas y
concretas de los demás, y de las relaciones de conocimiento y po-
der que los conectan. Pero ningún método científico o instancia
ética soberanos pueden garantizar la verdad de tales imágenes.
Ellas están constituidas -la crítica de los modos coloniales de
representación lo ha mostrado suficientemente- en términos de
relaciones históricas específicas de dominación y diálogo.
Los experimentos en escritura etnográfica examinados en este
capítulo no caen en una dirección reformista o en un sentido re-
formista claros. Son invenciones ad hoc, y no se los puede ver en
términos de un análísis sistemático de la representación
poscolonial. Se los puede comprender mejor como componentes
de esa "caja de herramientas" de teoría comprometida reciente-
mente recomendada por Gilles Deleuze y Michel Foucault. "La
nocíón de la teoria como caja de herramientas significa: (i) la teo-
ría a construirse no es un sistema sino un instrumento, una lógi-
ca de la especificidad de las relaciones de poder y de las luchas
alrededor de ellas; y (ii) esta investigación sólo puede ser
...