Garantismo Procesal
Enviado por dunkan0326 • 15 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 1.548 Palabras (7 Páginas) • 349 Visitas
Ensayo
El Garantismo Procesal
Adolfo Alvarado Velloso
Introducción o Antecedentes
La justicia mediática, impuesta en nuestros tiempos por la actuación de alguna prensa amarillista ha originado en la población, una vocación popular, cuya posición se conoce en el Derecho Penal con la denominación de Solidaria, generadora a su vez de otras corrientes que en términos generales procuran que los jueces tengan un papel más activo, viriles y a la vez piadosos, comprometidos con su tiempo y decididos a vivir peligrosamente con la Verdad y Justicia.
Esta conceptualización de los jueces en tal sentido, ha generado que la palabra “garantismo” se represente como una cosa anómala, perversa y extravagante que busca dejar en libertad a los más crueles y desfachatados facinerosos que, según los críticos deberían estar presos de por vida como ejemplar escarmiento. Y si es sin sentencia, ¡mejor!
Así las cosas, vemos como el Juez, según desde la perspectiva que se analice, puede ser identificado como un “Juez Justiciero”, tal cual lo describe Ruben Castillo Gil en el prólogo de la obra en comento, o como un Juez del deber ser, prisionero de la Constitución, que actué en un ambiente de igualdad de oportunidades para las partes, sin tomar partido sentimental por alguna de ellas. Solo concebido de esta última forma, el proceso buscaría la paz social, erradicación de la violencia ilegal y el respeto a la convivencia en una sociedad que debe y tiene que ser plural.
De todo lo hasta ahora descrito, bien puede identificarse que en el mundo del derecho, existe un movimiento filosófico que se ha autodenominado “Garantismo Procesal” con ramificaciones en toda América Hispano Parlante, en Brasil, España e Italia y el cual mantiene grandes diferencias con el “Activismo Judicial”; generando así, importantes debates doctrinales en la Argentina, hoy extendido a Panamá.
En este orden de ideas, Adolfo Alvarado Velloso, en su obra “El Garantismo Procesal” explica ampliamente en que consiste este movimiento filosófico el cual entre sus postulados pretende la irrestricta y plena vigencia del sistema acusatorio o dispositivo de enjuiciamiento, tanto penal como civil. A su vez, compara dicha filosofía con el activismo judicial que por su parte acepta y mantiene el sistema inquisitorio o inquisitivo para todo tipo de juzgamiento.
Sin lugar a dudas ambas corrientes son antagónicas e incompatibles, lógica, jurídica y moralmente.
No obstante, al leer la obra en cuestión se observa que el citado autor, tal como indica en la parte introductoria de su estudio, recuerda algunos conceptos ya estudiados y conocidos pero que son importantes ya que es, sobre estos conceptos, que discrepan grandemente estas corrientes filosóficas por tener diferentes causas, fuentes y fines.
Análisis Del Autor:
Como movimiento filosófico el “Garantismo” pretende el irrestricto respeto de la Constitución y Pactos Internacionales que se encuentran en su mismo rango jurídico. Los autores así enrolados buscan un Juez que se empeñe en respetar y hacer respetar a todo trance las garantías constitucionales.
El “Garantismo” se muestra antagónico con el “Solidarismo Judicial”.
El proceso es la gran y máxima garantía que otorga la Constitución para la defensa de los derechos individuales desconocidos por cualquiera persona –comenzando por el de libertad. De ahí el nombre de garantista o libertaria.
El “Garantismo Procesal” se contenta modestamente con que los jueces declaren certeza de las relaciones jurídicas conflictivas otorgando un adecuado derecho de defensa a los interesados y resguardando la igualdad procesal con imparcialidad.
Aceptar el solidarismo judicial, parece peligroso para la vigencia de la República pues, sosteniéndose al socaire del interpretación de la Ley, es materialmente imposible de controlar por inexistencia de órganos con competencia fijada al efecto.
Nos encontramos inmersos en un nuevo estatismo imperialista: el del dinero, más importante que el puro abuso de la fuerza sin lógica y la tranquilidad ciudadana, al amparo de las garantías de La Constitución, no puede aceptar la existencia de factor incontrolable que puede poner en juego el valor “libertad”.
Hoy, activismo mediante, se ha llegado a una inseguridad jurídica en estado terminal gracias a la imprevisibilidad de la mayoría de las soluciones judiciales y, gracias a ello, la abogacía seria tiende a desaparecer.
La Justicia argentina está en crisis, antigua, importante y, por lo que parece, duradera, pero, no es eficaz terminar con ella, suprimiendo lisa y llanamente todo el método procesal, creado como método de discusión entre hombres naturalmente desiguales para evitar la justicia por mano propia y, gracias a ello, mejorar la convivencia y asegurar una perpetua paz social.
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