Procedimiento Teoría Ética
Enviado por caet94 • 14 de Marzo de 2015 • 2.747 Palabras (11 Páginas) • 177 Visitas
¿Qué es una Teoría Ética?
Una teoría ética es una teoría filosófica que intenta fundamentar la moral, es decir, justificar su validez y legitimidad. Como toda moral, consiste en una serie de preceptos o normas (busca el término medio, haz lo que beneficie a la mayoría...) y una serie de valores (templanza, utilidad, felicidad…), la teoría deberá justificar precisamente estas normas y valores. Según el tipo de fundamento que proporcione, hablaremos de un tipo de teoría ética o de otro. Así, serán teorías distintas las que conciben y defienden la moral como una búsqueda de la vida buena o como el cumplimiento del deber. No pretende crear una nueva moral, porque sería una pretensión inútil. Esto es lo que hacen las teorías éticas: permiten que los seres humanos podamos justificar y fundamentar nuestros principios y normas.
Tipos de Teorías Éticas
Las distintas teorías éticas que se han dado a lo largo de la historia pueden dividirse en varios tipos, no sólo por el fundamento concreto que dan de las normas morales, sino también por el modo particular de darlo. La siguiente tabla muestra algunas teorías.
TIPO ETICA TEORIA ETICA TIPO ETICA TEORIA ETICA
Autónoma Formalismo Teleológica Eudemonismo
Ética discursiva Hedonismo
Heterónoma Estoicismo Iusnaturalismo ético
Intelectualismo moral Utilitarismo
Iusnaturalismo ético Deontológica Formalismo
Utilitarismo Ética discursiva
Hedonismo Cognoscitiva Intelectualismo moral
Formal Formalismo Eudemonismo
Ética discursiva Hedonismo
Material Eudemonismo Utilitarismo
Hedonismo Formalismo
Estoicismo Ética discursiva
Utilitarismo No cognoscitiva Emotivismo
Iusnaturalismo ético
Ética Autónoma
Pregunta: ¿Quién puede decirme lo que debo hacer?, responde: YO MISMO. En este tipo de ética siempre la ley o normas provienen del mismo hombre y nunca del entorno de él. Mediante el razonamiento el hombre se determina y limita a sí mismo para obrar moralmente. Pero el crea sus propias normas para construirse y no simplemente para destruirse.
Como su mismo nombre lo dice esta es autónoma y logra crear todo tipo de normas sin la necesidad de guiarse por algo ni por alguien, si no que cada uno por si solo logra realizar dicho proceso, al hacer esto el hombre se dice que se encuentra en una mayoría de edad, sin ningún tutor que lo guie, ni que le indique que hacer ni cómo actuar.
La autonomía tiene consecuencias como las siguientes:
• La dignidad humana. Los seres que pueden intercambiarse por otros tienen un precio, porque es posible encontrar para ellos un equivalente. En cambio, un ser autónomo es único y por eso no tiene precio, sino dignidad. La idea de dignidad humana es fundamento de los derechos humanos.
• La buena voluntad. Lo moralmente bueno es tener buena voluntad. Un buen médico puede ser útil, pero ser una mala persona; un compañero puede ser muy educado, pero ser una mala persona; y alguien puede ser buena persona, pero incompetente o poco educado: la bondad moral no radica en características útiles, sino en tener buena voluntad. Tiene buena voluntad el que quiere cumplir el deber por el respeto que le merecen las leyes específicamente humanas. El móvil de la conducta no es entonces el interés egoísta, sino el respeto ante la grandeza de la propia humanidad.
• El bien supremo. El que tiene buena voluntad ¿puede esperar ser feliz? Las éticas griegas afirman que «el virtuoso es feliz» y, sin embargo, dice Kant, no parece que en la vida cotidiana las personas buenas sean siempre felices. ¿No es esto en definitiva injusto? La única solución racional consistirá en suponer que el alma es inmortal y que Dios conciliará en otra vida virtud y felicidad, de modo que los hombres buenos sean felices. La buena voluntad es, pues, el bien moral, pero la unión de bondad moral y felicidad constituye el bien supremo, que es posible por la acción de Dios.
Formalismo
Apela a la mera forma de la ley moral, una vez evacuada toda materia, como único fundamento transcendental y a priori de la vida moral, de la acción y del juicio ético.
Kant cree poder afirmar que cualquier contenido material condicionante de la facultad de desear (él se refiere a los contenidos inmanentes al sujeto) suprime su carácter moral y la convierte en un episodio más de la concatenación causal del orden natural de los fenómenos, en virtud del cual, la voluntad, en cuanto determinada por el principio del placer o del interés, dejará de aparecer como autónoma, es decir, como una facultad que se guía por la propia forma de su ley. Y como la mera forma de la ley no puede ser representada más que por la razón y, por tanto, no es objeto alguno de los sentidos será la representación de esa forma el fundamento de la determinación de la voluntad.
Un fundamento que sería distinto de todos los fundamentos propuestos para la determinación de los sucesos de la Naturaleza, según la ley de causalidad, porque en el terreno de estos sucesos, los fundamentos determinantes tienen que ser, ellos mismos, fenómenos. La autonomía de la conciencia moral, que sólo se muestra a través de la ley moral formal, es la libertad. Por tanto, la libertad no podrá ser considerada como una propiedad o facultad previa a la ley moral («soy libre –puedo realizar una acción moral– y por eso me determino a hacerla, quiero hacerla»), sino una consecuencia de la propia acción moral («puedo, porque debo»). La ley fundamental de la razón práctica, el imperativo categórico, se formulará así: «Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como principio de una legislación universal.»
La ley moral, puramente formal, resulta ser así una ley de la causalidad por la libertad y ha de entenderse como una causalidad neumónica (es decir, de la razón o Nous) y no fenoménica. Porque el objeto de la ley moral es lo bueno y lo malo (Guten und Bösen); pero lo bueno y lo malo no pueden ser determinados antes de la ley moral, sino sólo después de la misma y por la misma. El respeto hacia la ley moral es el único, y al mismo tiempo inmutable, motor moral. El deber y la obligación a la ley moral es la virtud, la buena voluntad, antes que sus resultados concretos materiales.
Ética Discursiva
La ética discursiva, constituye un modelo teórico dirigido a fundamentar la validez de los enunciados y juicios morales a través del examen de los presupuestos del discurso. La ética discursiva contemporánea ha sido elaborada por los filósofos alemanes, quienes son considerados como las referencias
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