Fundamentos Socio-institucionales Y Pedagógicos De La Orientación Educativa
Enviado por MARIAT2 • 16 de Mayo de 2013 • 1.519 Palabras (7 Páginas) • 717 Visitas
Fundamentos Socio-institucionales y Pedagógicos de la Orientación Educativa
Según los autores, Vital y Casado (1998), la acción orientadora que se desenvuelve en las instituciones escolares, dirigida hacia los alumnos, estudiantes, docentes, padres y representantes, personal directivo, y aquel que se desarrolla en las organizaciones productivas o de servicios, distintos a los de la educación formal, tiene implicaciones que la vinculan directamente con la formación, la capacitación, el adiestramiento o el entrenamiento. Por lo tanto, toda acción orientadora supone unos fundamentos pedagógicos que van a condicionar dicha acción. En efecto, la Pedagogía se ocupa de estudiar las condiciones ideales por las cuales deben transcurrir los procesos de formación con el fin de alcanzar las metas previstas.
La Pedagogía aporta a la Orientación dos órdenes de fundamentos que se consideran esenciales:
• Primero: los diferentes enfoques pedagógicos ofrecen principios y patrones que guían la acción orientadora entendida como proceso de enseñanza y de aprendizaje para que las personas involucradas en su acción adquieran actitudes, habilidades y estilos de vida que fomenten su desarrollo personal, contribuyendo así al desarrollo social y cultural. En este sentido, el orientador es un Educador, la relación de ayuda puede ser concebida como proceso de enseñanza-aprendizaje, la persona foco de atención puede ser concebida como aprendiz y las metas de la Orientación entendidas como educativas–formativas.
• Segundo: la Pedagogía aporta fundamentos importantes a la Orientación, en la medida en que los orientadores son vistos como asesores y consultores de los docentes. Este rol se concibe como integrado a la práctica educativa en el aula. No hay que olvidar que, actualmente, existe una fuerte tendencia de la práctica orientadora en el contexto educativo en la que se concibe como integrada al currículo escolar, donde el docente cumple, en su actividad cotidiana, el rol de orientador. Esto quiere decir que el docente y el orientador comparten metas y coinciden en los valores referidos al desarrollo integral del hombre.
De acuerdo con estos autores, los orientadores deben reflexionar sobre ciertas cuestiones antes de iniciar su acción, las cuales deben ser consideradas en función de los posicionamientos filosóficos y teóricos por ellos asumidos al momento de estructurar las bases pedagógicas del plan de Las intervención. Según los autores, estas cuestiones son las siguientes:
a) Finalidades educativas del proceso orientador
b) Los objetivos buscados con la intervención
c) Los contenidos por seleccionar
d) Las estrategias metodológicas
e) Las relaciones sociales entre el orientador y los beneficiarios del programa
f) Los criterios de evaluación de los aprendizajes derivados de la intervención propuesta.
Enfoques de la Orientación
Antes de mencionar fundamentos específicos de la orientación educativa, es conveniente abordar primeramente los enfoques de la orientación como rama psicológica.
A pesar de que se acepta, en general, que la orientación es conveniente y que debe ofrecerse cada vez en mayor grado, hay cierto desacuerdo acerca del significado de la palabra orientación. Como esta misma palabra forma parte de nuestro lenguaje común, y no es un término acuñado por practicantes profesionales de una determinada especialidad, cada quien se siente en libertad de emplearlo según su criterio; y todo esto, seguramente, sin percatarse de que la persona a la quien se está hablando quizá atribuya a la palabra otro significado muy distinto.
Entre los orientadores profesionales, pueden distinguirse dos interpretaciones, las más importantes de la función esencial de la orientación, que se derivan de dos líneas principales de desarrollo histórico que convergen en la profesión a la que nos referimos. De acuerdo con la primera interpretación, el objetivo fundamental de la orientación es facilitar las elecciones y decisiones prudentes; de acuerdo con la segunda, el propósito primordial es promover la adaptación o la salud mental. Se reconoce que el orientador responsable ve la necesidad de atender a los dos campos; pero que el objetivo que considere ser de mayor importancia marcará diferencia en la manera de desempeñar su papel.
Ya en la prehistoria y en los más remotos tiempos históricos es posible descubrir vestigios de estas dos funciones que pueden expresarse de un orientador. Los reyes tenían sabios consejeros que los ayudaban a tomar las decisiones que requería el gobierno de sus países. De todas partes del mundo griego, las personas acudían al Templo de Delfos a buscar, en las respuestas ambiguas del Oráculo, la orientación que necesitaban en los momentos decisivos de su vida. Los romanos tenían sus adivinos, a los que recurrían para tomar resoluciones importantes. Cuanto más nos internamos en el pasado, más encontramos antropólogos que ofrecen su orientación para facilitar las elecciones y decisiones de las personas; y ese arte todavía florece en nuestros días. La orientación en el sentido de la salud mental, también tiene sus prototipos en las épocas pasadas. Los hechiceros fueron, tal vez, los primeros que se ocuparon de la salud mental. Los sacerdotes de cultos
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