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Observacion A La Practica Docente


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  1.453 Palabras (6 Páginas)  •  254 Visitas

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ÍNDICE

Introducción 3

¿Cómo es la sexualidad en el discapacitado intelectual? 4

Desarrollo 8

Educación sexual en el discapacitado intelectual 8

La familia frente a la sexualidad del hijo con discapacidad intelectual 12

Conclusiones 15

Bibliografías: 17

Introducción

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (2005), el retraso mental es un trastorno cuya definición es la presencia de un desarrollo mental incompleto, caracterizado por el deterioro de las funciones concretas de cada época del desarrollo y que contribuyen al nivel global de la inteligencia, tales como las funciones cognoscitivas, lenguaje, motrices y la socialización.

En los últimos años, se viene escribiendo sobre la problemática de las personas con discapacidad intelectual en cuanto a familia, trabajo, rehabilitación, entre otros, pero el aspecto de la sexualidad en estas personas se aborda poco.

Cabe destacar, que la sexualidad de una persona, es lo que vive y siente cada día; ligada a la autoestima, sentimientos, placer, comunicación, ternura, amor, procreación, vivencias, entre otros; es la forma en que nos vinculamos con los demás.

En el mismo sentido, López (2000) expresa que las manifestaciones de la sexualidad se encuentran bajo formas más o menos pronunciadas, prácticamente en todos los discapacitados intelectuales pero con importantes variaciones debido a la edad, sexo, grado de retraso mental y a otras diferencias individuales. Bajo esta premisa, la sexualidad es menos manifiesta en el retraso mental profundo pero si es un retraso mental leve, la sexualidad se acerca netamente al individuo normal.

La sociedad actual sigue viendo la imagen del eterno niño a aquella persona con discapacidad intelectual; al que no se le puede conceder determinadas autonomías especialmente en la esfera de la sexualidad y de los sentimientos pese a que crecen y que sus órganos sexuales se desarrollan a igual que todo individuo que se aprecie dentro de la normalidad. La atención se focaliza constantemente hacia la deficiencia o limitación del desarrollo mental. Así, el individuo con discapacidad intelectual se ve inmerso en ella porque es identificado con su limitación y sus necesidades afectivas y sexuales no son reconocidas; o bien, son reprimidas o negadas sin rodeos. Por otra parte, los caracteres biológicos son las bases de la sexualidad y están presentes y se desarrollan en el individuo con discapacidad intelectual de la misma manera que ocurre a las personas con coeficiente intelectual normal.

Lo anteriormente dicho supone focalizar la atención reflexiva en dos aspectos:

1. ¿La persona con discapacidad intelectual puede tener una vida sexual propia?

2. ¿La sexualidad de las personas con discapacidad intelectual es igual a la de todos nosotros?

¿Cómo es la sexualidad en el discapacitado intelectual?

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1998 definió la sexualidad como la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual en formas que enriquecen positivamente y que mejoran la personalidad, la comunicación y el amor.

En otras palabras, la sexualidad es un aspecto de la vida de todos los seres humanos y está relacionada con nuestra forma de ser, de pensar, de sentir, de actuar y de relacionarnos con otras personas y con nosotros mismos puesto que la forma en que cada individuo vive su sexualidad dependerá de su edad, cultura, familia y la época histórica en que le tocó vivir.

Por otra parte, la sexualidad no nace en la adolescencia con el inicio de la pubertad y no puede reducirse ni identificarse con el componente genital porque la sexualidad se inicia con la vida misma de una persona y se va modelando y desenvolviendo a lo largo de toda ella. Freud, citado por Santrock (2004), en su teoría psicosexual expone que la sexualidad abarca las tendencias constructivas del ser humano originados por la energía sexual o instinto de la vida también llamado Eros (amor), constituyendo las fuentes del desarrollo humano. A este respecto, Baldaro (1998), refiere que estas potencialidades pulsionales que identificamos con la sexualidad se expresan a través del cuerpo y los cincos sentidos, de modo que la sexualidad es relación, es contacto, es deseo, placer, que pasa a través del cuerpo y es vivido en el cuerpo.

En el discapacitado intelectual, no se reconocen estos aspectos y cuando es niño, se le priva de muchas cosas y cuando es adolescente, no es reconocido en sus necesidades porque las manifestaciones eróticas son percibidas como anormalidades o son fuentes de preocupación y de alarma para los padres/madres que se llenan de culpabilidad y ansiedad. A este respecto, muchos padres/madres,

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