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Matematicas


Enviado por   •  20 de Mayo de 2012  •  2.569 Palabras (11 Páginas)  •  365 Visitas

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Camino a cristo

DATOS DEL AUTOR: Elena. G de White, (1827- 1915) desarrolló durante casi setenta años una extraordinaria labor en la conducción de la iglesia Adventista del Séptimo Día tras recibir el llamado al don profético a finales de 1844 en un tiempo de profunda crisis para la iglesia. Nacida en Gorham, Maine, Estados Unidos se casó con Jaime White, líder de la misma iglesia. A pesar de no haber realizado ningún estudio de renombre, escribió mucho bajo la inspiración divina. Su obra es ampliamente conocida y sus escritos representan una fuente de constante inspiración, guía y apoyo para la iglesia en todo tiempo. Entre sus obras más destacadas se encuentran Patriarcas y Profetas, El deseado de todas las Gentes y El conflicto de los Siglos entre muchas más que escribió.

3. EL CONTENIDO DEL LIBRO:

a. La tesis del Libro: El libro describe en forma general el proceso de la salvación desde el acercamiento primario y la necesaria comprensión del carácter de Dios hasta el desarrollo pleno de la vida cristiana hallando la plenitud de la victoria del cristiano, pasando por los pasos necesarios y básicos que como cristianos debemos atravesar para llegar a la medida de la estatura de un varón perfecto en Cristo. Ciertamente el Reino de Dios es semejante aun poco de levadura como Dijo Cristo, obra en el corazón de manera inconsciente e invisible para el hombre pero de manera segura para Dios. Aunque no todas las conversiones son iguales todas describen el mismo proceso que la Hna. Elena describe maravillosa y detalladamente este misterioso y hermoso proceso.

b. El Contenido del Libro:

• El en primer Capitulo del Libro se expresa en su mas amplio sentido la dimensión del carácter de Dios y la belleza con que la Sierva de Dios lo expresa conmueve hasta lo mas intimo de nuestro ser hasta rendirnos completamente a ese Amor que lo dio todo por nosotros. (capitulo 1)

• La auto disciplina y el dominio propio pueden producir solo cambios externos pero por dentro la situación sigue siendo la misma. Cristo ofrece una transformación desde el interior reflejada en nuestro exterior. El hombre por sí mismo no puede regenerarse la Biblia enseña claramente que “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso; ¿Quién lo conocerá?” no somos buenos por naturaleza y se necesita de un Poder exterior para cambiar nuestra situación. (capitulo 2)

• El arrepentimiento sincero es el único medio para reconciliarnos con Dios. Éste viene de un profundo pesar por haber pecado contra Dios y causa dolor por nuestros actos, no por sus consecuencias. Este es el único medio por el que se puede producir algún cambio genuino en el pecador. Aunque hay cierta diferencia en la magnitud de los pecados tal como la hay a la vista humana, para Dios no hay un pecado pequeño o que no le ofenda. De modo que como cristianos debiéramos hacer un esfuerzo especial por desterrar de nosotros todo deseo pecaminoso y purificar nuestro corazón de toda mancha, y que un solo deseo acariciado puede conducir a la ruina de todo el ser entero. (capitulo 3)

• La confesión de nuestros pecados involucra una declaración definida y al punto de nuestros errores. Tenemos que reconocer claramente cuáles han sido nuestros pecados y reformar definidamente nuestra conducta antes que nuestra confesión pueda ser aceptada. La confesión también debe ser al mismo nivel al que han llegado nuestros pecados. Si son de naturaleza tal que solo Dios los conozca debe ser confesados en ese nivel, si han perjudicado a nuestros semejantes debemos además de pedir perdón a Dios acudir a las personas que hemos ofendido y si han trascendido a tal punto que se han hecho públicos tenemos que confesar públicamente nuestros errores y pedir perdón. (capitulo 4)

• La consagración no es otra cosa que la decisión constante de amar a Dios y el entregarle nuestra voluntad. No es aceptable para Dios el servicio prestado únicamente como un medio para alcanzar meritos para el Cielo. El Cielo no se gana, se acepta pues es un regalo, no por nuestras obras sino a casusa de su inmenso amor, eso es solo resultado de la Fe. Nuestro servicio es una consecuencia de ese amor que tenemos por Él. La consagración es un proceso que debe realizarse todos los días pues nunca se llega a un estado en el que se pueda decir que no necesitamos crecer más.(capitulo 5 y 6)

• Los actos aislados de una persona no son prueba de su carácter sino la tendencia de sus hábitos y palabras la que prueban si ha sido regenerado por la gracia de Cristo. A medida que descubramos cada vez más nuestras propias debilidades apreciaremos mas plenamente la belleza del carácter de Cristo. (capitulo 7)

• Nuestro crecimiento espiritual depende de cuan cercanos caminemos con Él. La obra no está centrada en nosotros sino en Él. La semilla no puede hacerse crecer a sí misma la única opción que tiene esperar. El bebé no puede fortalecerse ni alimentarse a sí mismo, la única alternativa es esperar que el cuidado de sus padres brinde las condiciones necesarias para que pueda alcanzar la madurez. No podemos obligarnos a crecer ni como dice la escritura añadir un codo a nuestra estatura, todo lo que podemos hacer es como la semilla y el bebé aferrarnos al cuidado y dirección de nuestro padre y esperar el crecimiento por su poder.(capitulo 8)

• Todo lo que existe, tiene un trabajo un propósito y un servicio. Es una ley del universo que lo que no presta ningún servicio está condenado a desaparecer. Todo presta un servicio y cumple una función. El Sol, la luna , la lluvia, todo. Así nosotros estamos comisionados para una tarea que el señor ha dispuesto para cada miembro de su iglesia. Nuestro destino es servir y también estamos destinado a desaparecer sino cumplimos la función para la cual hemos sido llamados. Dios espera que testifiquemos allí donde estamos, en nuestro trabajo, en nuestro vecindario, en nuestra ciudad y en cualquier lugar que tengamos la oportunidad. (capítulo 9 )

• Para mantener viva nuestra relación con Dios es necesario mantener una comunicación constante hablando con Él y escuchando lo que nos dice. Esto se hace únicamente por medio de la oración que es “el aliento del Alma”. Y por la lectura diaria de su voluntad para nuestra vida encontrada en la Biblia.(capítulos 10 y 11)

• El momento para decidir nuestro destino eterno es ahora. La duda puede costarnos la vida eterna, no tanto por la fugacidad de la vida aunque ciertamente se escapa rápido. El peligro está postergar la decisión porque se crea como un hábito en nuestra vida y puede ser que dejemos de impresionarnos por la verdad y nuestra conciencia quede cauterizada. Por eso debemos mantener siempre sensible nuestra mente a la verdad y fijar claramente nuestra vista en Cristo para no decepcionarnos

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