Las Politicas Activas De Empleo

Introducción:

La política de empleo con carácter general viene caracterizándose por su acentuada territorialización y descentralización, en idea de atender a las particularidades de los distintos territorios. Un mejor reparto de las oportunidades de empleo requiere tener en cuenta la dimensión territorial y la conjunción de todos los poderes públicos, en sus diversos niveles competenciales, de los interlocutores sociales, de las fuerzas económicas y de la ciudadanía para impulsar y potenciar la creación de empleo. Básicamente, la política de empleo se diseña y desarrolla a través de la interacción de cuatro instancias decisorias con competencias en la materia: Unión Europea, Estado, Comunidades autónomas y también las entidades locales.

A nivel internacional, interesa destacar que la OIT, inspirada en el principio de tripartismo despliega una doble actividad relacionada con el empleo: su genuina labor normativa, elaborando convenios y recomendaciones que afectan a diferentes facetas de la ordenación normativa del mercado de trabajo y del fomento del empleo, su acción de cooperación y asistencia técnica a los Estados miembros que lo soliciten.

En la Ley de Empleo art. 23 se adopta un concepto amplio de políticas activas, definiéndolas como conjunto de acciones y medidas de orientación, empleo y formación dirigidas a mejorar las posibilidades de acceso al empleo, por cuenta ajena o propia, de las personas desempleadas, al mantenimiento del empleo y a la promoción profesional de las personas ocupadas y al fomento del espíritu empresarial y de la economía social. Estas políticas deberán desarrollarse en todo el Estado teniendo en cuenta la Estrategia Española de Empleo, las necesidades de los demandantes de empleo y los requerimientos de los respectivos mercados de trabajo.

Aunque las políticas activas han sido, en nuestro país, escasas y de limitada eficacia, en los últimos años se viene actuando de manera importante sobre este ámbito, destinando mayores recursos financieros a las mismas y reorientando los recursos disponibles para las políticas pasivas al servicio de las políticas de inserción ocupacional.

Dentro de las políticas activas de empleo se incluyen una pluralidad de instrumentos de intervención y medidas muy diversas que pueden ser clasificadas y sistematizadas atendiendo a los objetivos que se persiguen:

• Medidas de creación de empleo dirigidas a facilitar la creación de empleo o de nuevos puestos de trabajo. Su finalidad es la creación neta de empleo; aquí se encuadran medidas dirigidas a la inserción laboral, medidas de fomento del empleo y medidas de fomento del auto empleo.

• Medidas de mantenimiento del empleo o fomento de la contratación: son medidas dirigidas a preservar los niveles de empleo existentes; el objetivo es, pues, la conservación o el mantenimiento de la situación existente. Dentro de este grupo se incluyen mecanismos de protección del empleo o compromisos de estabilización y medidas dirigidas a la conciliación de la vida laboral y familiar.

• Medidas de reparto o distribución del empleo: su finalidad es permitir que puedan acceder al nivel de empleo existente el mayor número de personas a través de mecanismos de distribución. En este grupo se incluyen una gran variedad de mecanismos que tratan de incidir en el tiempo de trabajo para logra un reparto del empleo, como reducción de la jornada laboral (lucha por las 35h semanales), reducción de horas extraordinarias, trabajo a tiempo parcial, contratos de relevo, intervenciones respecto a la retirada del mercado de trabajo o retraso de la edad de incorporación al mismo.

Junto a esas medidas hay que incluir la política de igualdad de oportunidades, debido a su carácter transversal, debe inspirar a cada una de las actuaciones que se lleven a cabo en todo este conjunto de medidas.

Europa 2020: estrategia para el crecimiento de la Unión Europea

La Comisión propone una nueva estrategia política, en el ámbito de la Unión Europea, «Europa 2020»,

Este plan, nace para apoyar el empleo, la productividad y la cohesión social en Europa. En efecto, la Unión Europea (UE) se enfrenta actualmente a un período de transformación, derivado principalmente de la globalización, del cambio climático y del envejecimiento de la población. Además, la crisis financiera de 2008 puso en duda los avances sociales y económicos realizados por los Estados miembros. De este modo, la recuperación económica iniciada en 2010 debe ir acompañada de una serie de reformas, con el fin de asegurar el desarrollo sostenible de la UE durante la próxima década.

Los objetivos que deben alcanzarse en 2020 a más tardar:

• alcanzar una tasa de empleo del 75 % para la población de entre 20 y 64 años;

• invertir un 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en la investigación y el desarrollo;

• reducir en un 20 % las emisiones de carbono (y, si las condiciones lo permiten, en un 30 %), aumentar en un 20 % tanto las energías renovables como la eficacia energética;

• reducir la tasa de abandono escolar a menos del 10 % y aumentar hasta el 40 % la tasa de titulados de la enseñanza superior;

• reducir en 20 millones el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza.

La Comisión presenta la estrategia que debe permitir a la Unión Europea (UE) alcanzar un crecimiento, integrando tres puntos para favorecer la perdurabilidad de las ideas que se pretenden conseguir para alcanzar un mejor panorama económico y social. Estas tres características necesarias para lograr los objetivos es que sea:

1. inteligente, a través del desarrollo de los conocimientos y de la innovación;

2. sostenible, basado en una economía más verde, más eficaz en la gestión de los recursos y más competitiva;

3. integrador, orientado a reforzar el empleo, la cohesión social y territorial.

Dentro del programa 2020 la Comisión presenta siete iniciativas emblemáticas que deben aplicarse a escala europea en los Estados miembros:

1. la iniciativa Unión por la innovación, que debe apoyar la producción de productos y servicios innovadores; en particular, los relativos al cambio climático, la eficiencia energética, la salud y el envejecimiento de la población;

2. la iniciativa Juventud en movimiento, que debe permitir en especial mejorar el rendimiento del sistema educativo, el aprendizaje no formal e informal, la movilidad de los estudiantes e investigadores, así como la entrada de jóvenes en el mercado de empleo;

3. la iniciativa Una agenda digital para Europa, que debe favorecer la creación de un mercado digital único, caracterizado por un alto nivel de seguridad y un marco

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