Liderazgo

Historia transformadora

Soy Natalia Rivera Legorreta, tengo 26 años y esta es mi historia, desde pequeña me he destacado por ser una persona muy dedicada a los estudios, mis excelentes calificaciones me acompañaron desde la primaria hasta la universidad, bueno hubo una época en el bachillerato en donde mis calificaciones eran lo menos sobresaliente, aunque en la escuela me iba muy bien en lo personal no tanto, ya que era muy recurrente que me peleara con mi hermana, o que fuera muy déspota con la gente que no compartía cierto nivel de “conocimientos”, era muy grosera con la gente que ofrecía algún servicio y no eran “rápidos” por ejemplo los meseros, muy obstinada, etc., realmente no era una persona muy amable ni sociable, además de que pensaba que nada malo me podía suceder.

Mi vida se podía resumir en trabajo (demasiada carga de trabajo), fiestas, alcohol y rock and roll, hasta que en el 2012, me detectaron Linfoma de Hodgkin, ¿cómo me di cuenta? pues me enfermaba de las vías respiratorias muy seguido y me detecte dos bolitas en el lado izquierdo de mi cuello, en junio de 2011 me realizaron una biopsia, no fui por los resultados, ¿Por qué?, por desidia, pues desde esa fecha empezaron los síntomas más fuertes, purito en todo el cuerpo, sudores nocturnos, baja de peso, y las bolitas que eran casi imperceptibles se convirtieron del tamaño de una naranja, ahí fue cuando me asuste así que decidí regresar al médico y el 3 de Febrero de 2012 me dieron el diagnóstico, tenía cáncer, en ese momento mi familia y yo disfrazamos nuestros sentimientos por pura positividad, siempre nos decíamos que todo iba a salir bien, pero en la realidad yo tenía mucho miedo.

El primer tratamiento fueron 6 ciclos de quimioterapia y 25 sesiones de radioterapia, la verdad es que me fue muy bien si tenía nauseas pero eran leves, afortunadamente no se me cayó el cabello me veía muy “normal”, pero desafortunadamente solo 8 de cada 10 se curan con este esquema y pues yo caí en el 2% de los que no se curan y tuvieron que darme otros 6 ciclos de quimioterapia mucho más fuerte y un trasplante de medula autologo para refuerzo, pues esta vez si me fue mal, nauseas, vomito, debilidad, dolores de cabeza y los cambios físicos caída de cabello, cejas y pestañas.

Eran idas y venidas al hospital, estuve 3 veces internada para que lograran ponerme un catéter para recibir mi medicamento, pero desafortunadamente nunca funcionaron debido al daño que me hicieron las radioterapias. Solo me dieron 5 ciclos de quimioterapia y un poco antes de empezar el sexto me marcaron a mi casa del hospital, mi caso se había aceptado me harían un trasplante de medula ósea, en marzo del 2013 me internaron, me dieron un tratamiento súper fuerte que me debilito, trataron de cosechar las células pero no se logro, mi medula ya estaba bastante dañada, ese momento me devasto, los pensamientos de negatividad rondaban en mi mente, pensaba que jamás me recuperaría, que realmente me iba a morir.

Pero mis médicos me dieron una alternativa, me recomendaron un trasplante alogenico, por lo que necesitaba un donador aunque me volvieron a dar un respiro las consecuencias de este trasplante podían desde cambiar el tono de mi piel, afectación a algún órgano como riñón, hígado y estomago hasta la muerte, aunque era la única opción de alargar el tiempo de remisión y mejorar mi calidad de vida, pues me dio miedo y dude por un momento, pero mi familia me alentó para hacerlo, me dijeron que necesitaba ser un hermano(a) y pues mi hermana acepto sin preguntar nada, por lo que le tuvieron que poner unas dolorosísimas inyecciones para que lograra “cosechar” las células necesarias para el trasplante, el 24 de Mayo del 2013 se realizo el dichoso trasplante, no tuve reacciones inmediatas, realmente me sentía muy bien.

Pero 7 días después pues se presentaron

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