¿PORQUE LAS PRUEBAS ESTANDARIZADAS NO MIDEN LA CALIDAD EDUCATIVA?

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Universidad de Baja California

MAESTRIA EN EDUCACIÓN

REPORTE DE LECTURA

¿PORQUE LAS PRUEBAS ESTANDARIZADAS NO MIDEN LA CALIDAD EDUCATIVA?

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ASIGNATURA

 EVALUACIÓN DE LA CALIDAD EDUCATIVA

NOMBRE DEL ALUMNO

Eder Uzziel Isaac Torres

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO

Mtro. Manuel Fernando Guerrero Santacruz

Zapopan, Jalisco; marzo 28 de 2020.

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¿PORQUE LAS PRUEBAS ESTANDARIZADAS NO MIDEN LA CALIDAD EDUCATIVA?

   En la actualidad existe un fenómeno en educación con respecto a las pruebas estandarizadas, donde se les ha atribuido a estás como el instrumento capaz de ser tomado como un indicador de eficacia del profesorado cuando hay buenos resultados e ineficaz cuando sucede lo contrario. En este sentido la evaluación de la calidad de la educación por medio de estos instrumentos podría decirse que está muy limitada por no decir que es errónea.

Primeramente, podemos definir las pruebas estandarizadas como un simple examen que se administra y califica con base a un procedimiento o estándar predeterminado, dentro de las cuales encontramos las pruebas de aptitud que nos ayudan a estimar cuán bien es probable que los estudiantes logren desempeñarse en un área o nivel educativo subsiguiente. Por otro lado, están las pruebas estandarizadas del logro, cuyos resultados son utilizados por los mismos centros de trabajo, autoridades y hasta padres de familia para evaluar la eficacia de la escuela.

Sin satanizar la visión de las pruebas estandarizadas se puede decir que es una herramienta ingeniosa, puesto que trata de hacer una inferencia válida sobre los conocimientos y destrezas que posee un estudiante en un área particular de contenidos, para así poder compararlas con una muestra nacional de estudiantes similares. Por lo que el diseño de estas pruebas requiere de una intencionalidad y análisis de contenidos a tomar en cuenta de manera que puedan ser abordados de forma concisa y no tan prolongada. Además, están diseñadas de manera que se eviten preguntas que sean fáciles de responder y viceversa de manera que se busca un conocimiento más general.

La utilidad que presentan estas pruebas no está en duda, puesto que son un buen referente para proporcionar información que determinen fortalezas y debilidades de los estudiantes, ya sea para distinguir entre las áreas académicas donde presenta mayor o menor desarrollo o en una misma materia donde determine su dominio en diversas temáticas. Sin embargo, en este caso su resultado sólo servirá como una referencia ya que no determina significativamente las fortalezas y debilidades en una asignatura.

Otra utilidad de estas pruebas es que puede servir para comparar el desempeño del alumno en las asignaturas a lo largo del tiempo de manera que se pueda hacer una comparación de sus resultados por ejemplo cada año y analizar su tendencia.

Por lo que respecta a las pruebas estandarizadas de logros se puede concluir que por un lado hace una excelente labor suministrando la evidencia necesaria para hacer interpretaciones referidas a normas respecto a conocimientos (Popham, 1999). Pero sin embargo su uso como un instrumento referente para poder evaluar la calidad de la educación está desfasado de su función. Cualquier inferencia acerca de la calidad educativa basada en logros de los estudiantes en las pruebas estandarizadas de logros tiende a no ser válida (Popham, 1999).

Cómo se había mencionado, las pruebas estandarizadas es una herramienta poderosa capaz de otorgarnos información valiosa para hacer comparaciones e inferencias con base a estas, mas no es un instrumento de evaluación pertinente para medir la calidad educativa.

Determinar el por qué no son aptas para ello puede justificarse primeramente por la complejidad que tiene unificar la diversidad curricular, que aunque se tiene una currícula general es innegable que cada centro y educadores tienen sus propias problemáticas, ritmos de aprendizaje y contextualizaciones distintas, no sólo en una vasta cantidad de temáticas sino también de condiciones, lo que hace que una prueba que no considera estos factores no podrá ofertar resultados de relevancia, sería como intentar poner una talla única al uniforme escolar en toda la nación, de manera que todos tendrían que intentar ajustarse a esta, el resultado sería una catástrofe completa, entonces por qué considerar que si se puede hacer lo mismo con una prueba, así como cada alumno tiene sus requerimientos de talla no es diferente con los aprendizajes de manera que si lo que se busca es una forma de obtener un resultado de la calidad de la educación este tipo de prueba sería una elección irresponsable e infundamentada.

Fruto de esta corriente certificadora de aprendizajes tan propia del ámbito educativo, las cuestiones y problemas que se plantean en las pruebas estandarizadas tienen que ver con contenidos, dejando de lado otras cuestiones que afectan al aprendizaje y que podrían influir realmente en su mejora. Es decir, no es fácil encontrar en este tipo de pruebas cuestiones que traten de comprender el tipo de metodología de las clases, los recursos o la calidad de los materiales a disposición del alumnado –evaluación basada en estándares frente a evaluación comprensiva, en el lenguaje empleado por Stake (2006)–; asuntos que sin embargo, sí determinan la calidad de los aprendizajes y sobre los que son necesario deliberar para mejorar la calidad de los sistemas educativos (Fernandez, alcaraz y Sola, 2017).

Otra razón de peso para no ser utilizados es la lógica con la que manejan los ítems de las preguntas, puesto que para los diseñadores de estas pruebas aquellas respuestas que tienen un 90 u 80% de respuestas correctas son ítems que serán desechados, puesto que no sirven para obtener una varianza de los puntajes al igual que las preguntas con poco porcentaje de respuesta, por lo que los ítems se concentran en un nivel de mediana dificultad.

Lo anterior deja en claro una cosa, si el maestro pone énfasis en los contenidos difíciles o más importantes lo más probable es que estos no sean tomados en cuenta, puesto que las pruebas deliberadamente suprimen este tipo de preguntas por lo que su esfuerzo ante los resultados de la prueba es inútil y sin valor, lo que hace que las pruebas desvaloricen esfuerzos y contenidos sin un fundamento pedagógico si no basados en un principio meramente estadístico.

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