Taller de Gestión educacional.
Enviado por MaSoledad Lagos • 11 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 2.617 Palabras (11 Páginas) • 289 Visitas
Taller Gestión Educacional Trabajo Final: Análisis Crítico de una Concepción de Calidad Profesor: Daniel Jiménez Estudiante: Ma. Soledad Lagos Junio 26, 2016
Introducción
Los docentes nos enfrentamos a diario a la tarea de mejorar la calidad de la educación desde nuestra línea disciplinar. Sin embargo y a pesar de los esfuerzos que se realicen en relación a este objetivo, existen diversos factores que nos impiden lograr los estándares esperados y además, los propuestos por el currículo escolar. A modo de reflexión es posible preguntarse: ¿Es posible que los mecanismos de medición no sean apropiados? ¿Es posible que estemos enfocados en medir los resultados esperados, dejando fuera otros factores que inciden en el desarrollo integral de los estudiantes? Y por último ¿qué es lo que en verdad estamos midiendo?
Para poder dar respuesta a estas interrogantes y enfrentar el desafío de efectivamente mejorar la calidad de la educación es que primero debemos acordar como entenderemos el concepto de calidad de la educación. Parece un tema de simple definición, sin embargo, son muchos los puntos de vista posibles de incluir en este término. De ahí la importancia de partir consensuando qué se entiende por "calidad", para luego ver cómo se puede alcanzar ese objetivo en las distintas realidades educativas del país.
En el siguiente texto, analizaremos la entrevista realizada a Carlos Henríquez, Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, en la que plantea los desafíos de evaluar para mejorar la calidad de la educación.
Concepto de Calidad
De acuerdo a lo planteado por el secretario ejecutivo de la agencia de calidad, Carlos Henríquez, vamos a entender calidad de la educación como: “la riqueza y profundidad de las experiencias que somos capaces de proveer a todos los estudiantes, donde el desafío es impactar en su biografía”. Esta definición nos provee de un amplio concepto que profundiza sobre la antigua concepción de calidad de la educación como “producto final” que consideraba por ejemplo al docente como un obrero de línea que emplea paquetes instruccionales, cuyos objetivos, actividades y materiales le llegan prefabricados, y en el cual la “calidad” se mide por fenómenos casi aislados (Aguerrondo, Inés. “La calidad de la educación: Ejes para su definición y evaluación”). El obsoleto concepto de calidad basado en la instrucción correcta y eficaz de los contenidos curriculares nos pone en una situación difícil de abordar dada la enorme brecha social y económica que divide los distintos establecimientos educacionales del país. ¿Es posible medir con el mismo instrumento a dos estudiantes pertenecientes a grupos socioeconómicos y/o socioculturales opuestos? ¿Cuáles son los otros factores que deben ser incorporados a la hora de repensar la calidad de la educación? Hernández plantea que “si bien es relevante que los alumnos alcancen aprendizajes significativos en las áreas curriculares, también es importante que obtengan un adecuado desarrollo personal y social, que cuenten con una experiencia escolar atractiva y estimulante y que el proceso educativo se genere en espacios de encuentro social donde se valore y respete la diversidad de cada individuo”. Es pertinente también señalar que “es posible entregar educación de calidad en escuelas que trabajan con niños que viven en condiciones de pobreza y entregar pistas o señales de caminos concretos para lograrlo” (Bellei, C.; Raczynski, D.; Muñoz, G.; Pérez, L (2004). Capítulo I: Calidad, equidad de la educación y escuelas efectivas).
Así, vamos a entender la calidad de la educación como la forma eficaz y eficiente de lograr los distintos objetivos propuestos para lograr desarrollar de manera integral a cada niño y niña presentes en la sala de clases considerando para ello todos los factores que inciden en los procesos educativos.
Instrumentos
A partir de la movilización estudiantil y las demandas formuladas por el llamado movimiento pingüino iniciadas el 2006, el estado ha comprometido nuevas herramientas para promover y asegurar que la calidad de la educación se logre de manera procesual. La creación de la Agencia de Calidad, da cuenta de ello. Dicho organismo tiene como fin evaluar los logros de aprendizaje, los otros Indicadores de Calidad y el desempeño de las escuelas, para poder orientarlas en su quehacer institucional y pedagógico e informar a la comunidad escolar de estos procesos. Los instrumentos utilizados para estos fines son la prueba Simce cuya finalidad es medir logros de aprendizaje, y las Visitas de Evaluación y Orientación a los establecimientos cuya finalidad es dar pautas para impactar de mejor manera el aprendizaje de los estudiantes. Otra medida tomada por el Mineduc para asegurar la calidad es la implementación del Modelo de Calidad de Gestión cuyo principal objetivo es ser orientador del mejoramiento continuo promoviendo la idea sistemática de incrementar calidad. Este modelo promueve la responsabilización de los actores de la comunidad educativa respecto de los resultados del establecimiento, promoviendo, a su vez, una gestión profesional y rigurosa. (Modelo de Calidad de la Gestión Escolar). Con respecto al cuestionamiento sobre si la evaluación es favorable y beneficiosa para la mejora de la calidad en la educación o si más bien tiende a crear un sistema competitivo que no individualiza las necesidades de sus miembros, cabe señalar que: “El estado chileno ha generado progresivamente sistemas y mecanismos con los que espera avanzar hacia ese objetivo. Uno de los desafíos que ha tenido mayor relevancia a nivel de sistema educativo es la incorporación de la evaluación, entendida como mecanismo que favorece el mejoramiento de la acción y los resultados”. (Luis Felipe De la Vega, 2015). Las acciones ya las hemos enunciado, los indicadores (los resultados) los analizaremos a continuación.
Indicadores
Los cuestionados indicadores de la calidad relacionados con los resultados de pruebas estandarizadas cuya principal crítica ha sido que mide un producto por sobre un proceso que no contabiliza otros elementos como los sociales; han llevado a las autoridades a replantearse desde los factores asociados a la medición de la calidad de la educación, hasta cuales son los indicadores relevantes que inciden en la eficacia del proceso educativo. “Que una escuela tenga buenos resultados SIMCE no significa necesariamente, y no lo suponemos, que sea efectiva en otras dimensiones de la labor educativa, como son el desarrollo de las personas en ámbitos distintos al cognitivo o la formación de ciudadanos responsables y conocedores de sus deberes y derechos” (Bellei, C.; Raczynski, D.; Muñoz, G.; Pérez, L (2004). Capítulo I: Calidad, equidad de la educación y escuelas efectivas). Como también plantea Antonio Bolívar (2010) : “Limitarse a la gestión burocrática de los centros escolares, en las condiciones actuales, se está volviendo cada vez más insuficiente. En su lugar, como sucede en otras organizaciones no educativas, se están demandando organizaciones escolares más flexibles, capaces de adaptarse a contextos sociales complejos”.
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