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Trabajo Domestico


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2013  •  3.980 Palabras (16 Páginas)  •  469 Visitas

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Ensayo

TRABAJO DOMÉSTICO

El trabajo doméstico es toda actividad que se realiza en el seno del hogar, lo que incluye no sólo las labores de limpieza y atención a los hijos, sino también el pago de servicios, trámites bancarios y ciertas compras, es decir, las labores que se puedan delegar a una tercera persona. Este sector de trabajadores surge, por la facilidad para los sectores femeninos de la élite y de la clase media para que estos pudieran dedicarse a otras actividades por fuera del hogar; de esta manera tenían la facilidad de proveerse del servicio doméstico.

Este tipo de trabajo no se reconoce porque está invisibilizado al no formar parte del mercado, pero sin él, no podríamos vivir y, por supuesto, contribuye a la economía nacional, al representar un valor económico.

Delimitación

Para entender este tema para el caso particular de México, es preciso remontarnos a su origen; desde que conocemos la historia de la humanidad, éstas actividades fueron realizadas por mujeres, asignándoselas como parte de su rol reproductivo. En la esclavitud la realizaron las mujeres, ya no para su propio núcleo familiar sino para otros. Actualmente es imposible imaginar, una sociedad donde no se lleven a cabo labores domesticas.

En la esclavitud la realizaron las mujeres más pobres de la población, a veces los realizaba por una compensación o intercambio de beneficios, como vivienda, comida, vestido, considerando que estas labores las realizaban personas “no productivas”, se decía que se le hacia un favor dejándola realizar labores domésticas para poder subsistir. Así es como nace lo que hoy se denomina “Trabajo doméstico”.

Para abordar este tema debemos mirar atrás, en las amplias discusiones que se han dado a lo largo de la historia en distintas épocas. Por mencionar algunas, a mediados de la década de los setenta algunas autoras anglosajonas se enfrascaron en una discusión, a la luz del paradigma marxista, sobre si el trabajo doméstico podía considerarse como productivo o improductivo, si bien el dilema no se resolvió, se obtuvieron conclusiones bastante interesantes, como darle al trabajo doméstico una categoría de problema teórico y empezar sacar a la luz actividades que tradicionalmente se realizaban por mujeres y que rara vez eran reconocidas como valiosas.

Diversas investigaciones, han identificado situaciones de vulnerabilidad para las trabajadoras domesticas, especialmente aquellas consideradas “de planta”. Estas jóvenes son hijas de familias numerosas y la situación económica las llevó a dedicarse a esta labor. La inserción en estas actividades se da a través de redes personales, y las relaciones laborales son informales; no hay una clara especificación de obligaciones y derechos; la necesidad económica explica la incorporación temprana de las adolescentes al mercado de trabajo. No obstante esta necesidad no les impide ver que en el trabajo doméstico tienen una serie de riesgos y desventajas: trabajar en una casa donde son desconocidas, el riesgo al acoso sexual, el cansancio por la intensidad del trabajo, maltrato físico y la responsabilidad de atender un hogar ajeno etc. Es importante mencionar que esta población que decide migrar y comenzar a trabajar por voluntad propia, ninguna fue obligada por su familia.

Existen dos modalidades de trabajo doméstico: alojando en la casa de los empleadores, llamado “de planta” las que sufren de las mayores situaciones de explotación, riesgo y discriminación; y el que se realiza en una jornada diaria, llamado “de entrada por salida”. La gran mayoría son originarias de los estados más pobres y con mayor población indígena (Oaxaca, Puebla, Veracruz, Hidalgo y Estado de México). Son hijas de familias numerosas en condiciones de pobreza y la causa inmediata para comenzar a trabajar como empleadas domésticas fue el agravamiento de la situación económica de la familia sumado al deseo de conocer la capital e independizarse. En relación al contrato y condiciones de trabajo las adolescentes están en una condición de dependencia con sus empleadores, sin definición de tareas específicas ni horarios de la jornada laboral las deja en un estado de mayor vulnerabilidad ya que en la mayoría de los casos no existe un contrato de trabajo por lo tanto no se puede obligar a los patrones a reconocer a ningún tipo de derecho para estos empleados.

Debido a las diferencias culturales y el sinnúmero de tareas que deben realizar, cometen errores o equivocaciones que son una de las más frecuentes causas de maltrato por parte de la empleadora. Además son víctimas de diversas situaciones de discriminación: no comen en la mesa, ven televisión, pero no con la familia empleadora, no tienen comunicación con otras personas en toda la semana. Ellas identifican como principal aspecto positivo de su trabajo el dinero que reciben, para poder ayudar a sus familiares, aunque también mencionan que en ocasiones la “patrona” las trata con cordialidad o les permite aprender cosas nuevas y la seguridad que les da vivir en una casa. La gran importancia a la cuestión económica hace que minimicen los aspectos negativos de su trabajo: el “hacer de todo” y el “estar disponible” todo el día. Aunque tienen conciencia de que es un trabajo muy pesado y poco valorada socialmente, la mayoría, lo consideran digno de respeto,

A pesar de que la mitad de las adolescentes está estudiando, aunque todas las que estudian están retrasadas en relación a su edad y lo hacen en el sistema abierto (incluso existen escuelas dominicales). La causa de su atraso es porque tuvieron necesidad de trabajar, porque les resulta difícil estudiar y por las condiciones de trabajo impuestas por la familia empleadora. Y en ocasiones cuando la trabajadora logra concluir sus estudios generalmente, lo habrá hecho a escondidas de los patrones.

En su tiempo libre las trabajadoras salen a pasear con las amigas, se van con su familia de origen o con un familiar y se dedican a lo mismo de toda la semana: servir y atender a otra persona. Sin embargo, sienten soledad y tristeza al encontrarse en un hogar que no es el suyo.

En México en la década de los ochenta, se empezaron a producir investigaciones empíricas que dieron cuenta de esta problemática. Como parte de una investigación, se llevo a cabo la medición detallada del tiempo dedicado a las actividades que conforman el trabajo doméstico: se hizo un comparativo entre dos grupos de mujeres de sectores medios, en el cual se destacaron dos aspectos específicos; contar con un indicador que ponga en claro, la gran cantidad de horas que las mujeres tienen que invertir a ese tipo de labores, a diferencia de las muy pocas dedicadas por los hombres, lo cual remite a una parte de opresión y subordinación femeninas; el segundo,

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