Trabajo Domestico

En la actualidad es notable que las mujeres se han ido superando, prueba de ello es el hecho de que han ido escalando posiciones políticas y se han vuelto lo suficientemente aptas para ostentar puestos en trabajos profesionales; sin embargo, no hay que olvidar a aquellas mujeres que en su mayoría, al no contar con los recursos necesarios para superarse y hacerse de una profesión, o por el simple hecho de tener necesidades económicas para su sustento y el de la familia a su cargo, no pueden hacer otra cosa más que emplearse en el oficio que esté dentro de sus posibilidades desempeñar, éste es el trabajo doméstico.

Hoy en día es imposible saber el número exacto de mujeres que se dedican al llamado “trabajo doméstico” para mantenerse, así como es imposible saber cuántas de ellas son explotadas o violentadas por sus empleadores, soportando ésta situación más que nada por necesidad. Este punto de vista es abordado porque es innegable que hoy en día, se dan situaciones laborales como las mencionadas con anterioridad que degradan por completo los derechos de toda persona, en este caso, de la mujer. Resulta imposible asimilar el hecho de que, si bien las trabajadoras domésticas cuentan con el apoyo de la ley (Contemplando aquí la Ley Federal del Trabajo en los artículos contenidos en el capítulo XIII sobre los Trabajadores domésticos), ésta termine siendo el único medio con el que ellas cuentan para “asegurar” el desempeño de sus labores y más que nada, la única protección de la que gozan en caso de sufrir alguna afectación a su salud en el desempeño de su trabajo.

Es de pensarse el hecho de que éste trabajo no ofrezca las prestaciones que se ofrecen en cualquier otro empleo. Si cumple con los requisitos para ser considerado como tal entonces sería justo que las mujeres que se emplean como trabajadoras domésticas al acceder a éste trabajo, pudieran verse beneficiadas con prestaciones como Seguro Social e Infonavit o en su caso, de una liquidación al término del tiempo del desempeño de su trabajo.

Retomando lo planteado al principio podríamos poner como ejemplo a la mujer que lleva trabajando en una casa un periodo de 10 años y sufre de violencia por parte de su empleador(a); cierto día y sin razón es despedida y echada a la calle sin más cosa que sus propias pertenencias.

No es posible pensar que situaciones como la planteada ocurran a diario en todo el país y sin embargo las empleadas domésticas no tengan algún medio directo a su favor para poder defenderse de éstas situaciones injustas: de ser despedidas de buenas a primeras sin recibir alguna liquidación por los años de trabajo, de sufrir violencia laboral sin contar con alguna institución especializada en casos así a la cual acudir para recibir ayuda o denunciar, incluso de desempeñar sus labores sin contar con seguridad social en caso de enfermedad.

Pienso que por todo lo anteriormente planteado, sería muy importante y benéfico crear un organismo y/o institución que se centrara esencialmente en la violencia laboral en las trabajadoras domésticas, uno al que ellas pudieran asistir para recibir apoyo a su persona y orientación sobre qué hacer en caso de haber sido victimizadas.

Nuestro gobierno debería llevar un control del número

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