Aquel que no quiso ver

AQUEL QUE NO QUISO VER

Sebastián García

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Era una familia muy unida y feliz, de bajos recursos. El padre y la madre eran el claro ejemplo de una persona sacrificada, se preocupaban mucho por el bienestar y comodidad de su hijo, la madre hacía todo lo que esté a su alcance para apoyar a su esposo. Eran una familia perfecta.

De la  gran felicidad y armonía que se percibía en esta familia, quedaron solamente recuerdos, cuando en un inesperado momento la madre sufre un fatal accidente, ella lucha contra la muerte, pero finalmente fallece. El pobre niño de apenas ocho años queda al desamparo de su madre, pero bajo la protección y cuidado de su padre.

El padre, cargando aún con el dolor, continúa con sus actividades laborales y del hogar, para que a su hijo no le falte nada y para que no sufra por la ausencia de su madre fallecida.

El niño empieza a crecer, pasan cuatro años y en él se van presentando unos cambios sorprendentes, propios de su metabolismo, pero que llegan a afectar a su propio padre…

(Llegando un día de la escuela...)

Daniel (el hijo) llega a su casa, tira la mochila al suelo y pasa sin saludar a su padre. El padre, siendo muy atento y preocupado con su hijo, abre la mochila para revisar cómo va su hijo en la escuela…

Emeregildo (padre): - Daniel – (su hijo no le hace caso).Emeregildo sigue insistiendo… -Daniel-

Daniel: -¡Espérate! , ¿No ves que recién estoy llegando?

Emeregildo se sorprende. (Hay un silencio)

Daniel: -¿Para eso me llamas? ¿Para que te quedes como un tonto sin decirme nada?-

Emeregildo: -Hijo, no me hables así, soy tu padre-

Daniel: -Ya ya ya, dime, ¿qué quieres?-

Emeregildo: -¿Por qué estas trayendo tan bajas notas? (Le enseña un grupo de prácticas)

(Daniel coge las prácticas y las rompe)

Daniel: -Ahhh, eso es pasado .Además ¿por qué tienes que revisar mis cosas? Tú siempre te metes en todo. Me tienes harto. –

Emeregildo se quedó muy triste después de lo sucedido, casi al punto de llorar.

Al día siguiente, en la escuela, Daniel se encuentra con sus amigos…

Rodrigo: -¡Daniel! Habla hermano cómo estás. –

Daniel: - Rodrigo, por favor no me hables.-

Rodrigo: -¿Qué pasa “brother”? ¿Por qué estás así?-

Daniel: -Es que ayer llego a mi casa y mi viejo me reclama por las notas de las prácticas. Por esas prácticas de Física que no entiendo nada.-

Lucía: -¿Quién?  ¿Quién? ¿Emeregildo?-(burlas)

Daniel: -Sí Lucía, él (se sonríe)

Lucía: -Pucha, ese tío es bien fregado oe.-

Lucía: -Además, tú ya estás en secundaria y él no tiene por qué reclamarte nada.-

Rodrigo: -(Afirmando) Ajá. No le hagas caso.-

Daniel: -¿Sí no? Tienen razón. A él qué le importa mi vida.-

…

(Siguen conversando)

Rodrigo: -¡Oigan! Miren a ese profe nuevo…..Oyee... ¡Pelao!- (se fueron corriendo entre burlas)

Llega diciembre, y esta es una vez más en la que Emeregildo se sentirá totalmente decepcionado de su hijo…

(En la oficina de la Directora)

Emeregildo: -Directora, buenos días.

Directora: - Adelante señor, tome asiento.

(La Directora se para con actitud de hacer un reclamo)

Directora: - Señor, lo he citado por el motivo de que  Daniel no ha estado asistiendo a la escuela. Ya van más de tres meses en los que los profesores de las distintas áreas me van presentando sus quejas al respecto.

Emeregildo: -(Totalmente sorprendido) ¿Daniel? ¿Mi hijo? (Se para de la silla, se agarra la cabeza, se vuelve a sentar. No sabe qué hacer. Se retira de la oficina con una serie de sentimientos encontrados)-

(En la casa)

Suena la puerta. Es Emeregildo…

Daniel: -Pa (Lo saluda sin mirarlo. Está viendo el partido de fútbol en la televisión)-

Emeregildo: -Hijo (siempre hablándole de buena manera y de una forma cabizbaja) ¿Por qué me haces esto?-

Daniel: -¿Hacerte qué?-

Emeregildo: -Dime por qué has estado faltando a la escuela-

Daniel: -Asuu Emeregildo (sin ningún respeto), ya estábamos bien y ahora la vuelves a malograr-

Emeregildo: -Hijo, yo te doy todo y tú ¿me respondes así?-

Daniel: -¿Me das todo? ¡Mejor cállate viejo miserable! ¿Acaso no ves como estoy vestido?- (Se va)

El padre cae en lágrimas al suelo…

Emeregildo: -Dios ¿Dime qué he hecho para que mi hijo sea así?-(Se siente muy triste)

…

Pasaron algunos meses y por la falta de rendimiento laboral, debido a sus preocupaciones y problemas con su hijo, Emeregildo pierde su trabajo, busca otro, pero no lo consigue; y aun así, a pesar de lo mal que le respondía Daniel, se dedica a vender caramelos, lustrar zapatos, a hacer lo que podía y todo siempre ¿para qué?, para que a su hijo, el que tan mal lo trataba, nunca le faltase nada.

Los años transcurren, Daniel cumple veinte años, y como era muy apuesto, una chica de su universidad se siente atraída por él. La chica pertenecía a una familia muy bien acomodada, de padres y abuelos millonarios. Daniel, pensando con astucia y ambición, aprovecha esta oportunidad para enamorarla; la pobre e ingenua chica le cree todo. Se vuelven novios.

Daniel: -Evangeline, amor.-

Evangeline: -¿Sí?-

Daniel: -Te amo mucho. Eres todo para mí .Eres mi mundo (la chica lo abraza y lo mira a los ojos).Tú suples esa tristeza por la ausencia de mis padres, por felicidad. Te amo.-

Evangeline: -(preocupada por el amor de su vida) ¿Tus padres? ¿Qué pasó con ellos?-

Daniel: -Ambos fallecieron en un accidente. Ese día fue horrible (aparenta llorar).

Evangeline: - Mira, le diré a mis padres para que te vengas a vivir con nosotros, hay espacio de sobra. Te debes sentir solo en…por cierto ¿dónde vives?-

Daniel: -Emmm.En un departamento. En un departamento alquilado (titubeando).-

Evangeline: -¿Ves? Debe ser un departamento de mala muerte. Está dicho, hoy mismo te vienes a vivir con nosotros. Es más le diré a mi papá que te dé un trabajo en su Compañía, así podremos vernos más.-

...