EL FUTURO DOCENTE COMO TRANSFORMADOR EN COMUNIDAD
Enviado por Amy Cusicanqui • 13 de Agosto de 2016 • Ensayo • 1.950 Palabras (8 Páginas) • 695 Visitas
EL FUTURO DOCENTE COMO TRANSFORMADOR EN COMUNIDAD
Amagda Felicidad Cusicanqui Quelca
- INTRODUCCIÓN
El proceso de cambio que está viviendo nuestro país en materia económica, social, política y educativa sumado a los grandes avances de la ciencia y la tecnología, en estos tiempos, ha producido un nuevo contexto socio histórico, donde nuestra sociedad cada día debe asumir nuevos retos que le impone la información y el conocimiento buscando responder a la realidad de condición colonial y neocolonial, de dependencia económica, ausencia de valoración de saberes y conocimientos de pueblos indígenas, la educación cognitivista y desarraigada.
Todo este proceso continuo de cambios produce la necesidad de formularse una nueva visión sobré el papel de los futuros maestros y los retos que deben asumir en el presente para encaminar una nueva sociedad en comunidad. En este sentido, ¿Cuál es el tipo de formación que reciben los futuros maestros? ¿Pueden constituirse en agentes transformadores en el contexto educativo actual? Estos cuestionamientos se analizan en el presente ensayo.
En la actualidad la mayoría de los cursos de actualización y profesionalización docente, llegan a ser espacios de formación compensatoria o remedial, dejando de lado las demandas actuales y futuras. Se afirma que la formación, el perfeccionamiento y la actualización del profesorado, son caminos necesarios para llegar a una mayor profesionalización.
EL PAPEL DE DOCENTES TRANSFORMADORES
En nuestra práctica docente aún se pueden evidenciar limitaciones, los mismos que se traducen en: priorización de las ciencias exactas con relación a las ciencias sociales, el profesor sigue siendo el centro principal del proceso enseñanza y aprendizaje, ausencia de práctica de valores, autoritarismo, negligencia, teorización, parcelación de conocimientos por áreas, carencia de material didáctico y la escasa utilización de estrategias metodológicas. Según Barral (2001, pp. 139) “El didactismo, el tradicionalismo, el dogmatismo…la arrogancia intelectual en la práctica del proceso educativo, son temas de análisis. La institución educativa no ha superado las anteriores prácticas docentes señaladas”.
Por otro lado, las expectativas de los estudiantes con relación al aprendizaje se traducen en: la necesidad de adquirir y desarrollar destrezas, habilidades y capacidades relacionadas con la aceptación de sí mismo, el hablar en público, tener criterio propio, aplicar lo aprendido, comprender lo que leen, resolver problemas, practicar valores, conocer y transformar la realidad, contar con docentes “buenos educadores” y “amigos”, la utilización de variados recursos en el proceso de enseñanza y aprendizaje como videos, trabajos grupales, salidas, ferias educativas, experimentos y otros, participar activamente en el proceso de su aprendizaje trabajando en grupos, exponiendo, manifestando sus opiniones con libertad y extender la escuela a la comunidad. Por lo que la necesidad de un nuevo rol docente es imperiosa en la realidad educativa actual, sobre todo en la construcción de una nueva educación.
En el marco del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo se pretende formar maestras y maestros críticos, reflexivos, autocríticos, propositivos, innovadores, inclusivos, investigadores, comprometidos con la democracia y las transformaciones sociales y por ende con la sociedad. Pues en su formación deben desarrollar una formación integral con alto nivel académico, en el ámbito de la especialidad y el ámbito pedagógico, sobre la base del conocimiento de la realidad, la identidad cultural y el proceso socio-histórico del país. Del mismo modo, las y los maestros, que fueron sujetos del Programa de Formación Complementaria estamos llamados a ejercer un papel revolucionario y transformador, para contribuir en la superación de las problemáticas a las cuales responde el Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo.
Asimismo, la capacitación a través de cursos de actualización, cursos de postgrado, no necesariamente garantiza un cambio de conciencia. Se requiere un cambio real y verdadero en la forma en que concebimos la educación y nuestro papel como docentes. Debemos subyugar nuestra concepción educativa tradicional, apropiarnos de la nueva Educación Sociocomunitaria Productiva y orientar todos los procesos formativos hacia una formación descolonizadora, formación productiva, formación comunitaria y formación intercultural, intracultural y plurilingüe. Aplicando y concretando estas nuevas concepciones en nuestra práctica docente nos transformaremos en ese docente educador, transformador, investigador, reflexivo, flexible, conocedor, orientador y facilitador del proceso educativo. Nada cambia en la educación sino cambia la mente y el corazón de los y las docentes.
Nuestro papel es el ayudar a nuestros estudiantes a aprender y aprender a aprender. De esta manera podemos empezar a ofrecer a nuestros y nuestras estudiantes un camino menos accidentado para su aprendizaje.
Nuestro papel de docentes implica luchar día a día para alcanzar la calidad educativa. Es conocer las realidades de nuestros y muestras estudiantes adentrándonos en su mundo y buscar soluciones a las problemáticas que enfrenta en su caminar. Pues somos la clave de su éxito, somos los pilares de la estructura más íntima de la escuela, somos más fundamentales que las piedras, somos quienes buscamos siempre su crecimiento personal y profesional, somos esa fuerza impulsora y esa energía reveladora que guía y transforma sus vidas.
Entonces, seamos docentes inspiradores para tener en nuestros estudiantes ese efecto transformador, tengamos esa capacidad para motivar y liderar, tengamos compromiso, sentido de posibilidad y capacidad de potenciar. Seamos críticos de nuestro trabajo seamos el y la docente que se necesita. Un docente o una docente con vocación es quien vence su timidez, encuentra gusto y orgullo en lo que hace cada día, tiene actitud positiva y buen humor, es puntual, paciente, afectuoso, seguro, respetuoso y aseado. Los cuatro pilares que cada docente debe desarrollar son: conocer su materia; saber motivar, liderar, entender y guiar; tener vocación, principios y moral; saber usar herramientas didácticas (Suárez, 2013. pp.50-51).
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