ESCUELAS RURALES
Enviado por fx16 • 4 de Mayo de 2014 • 2.249 Palabras (9 Páginas) • 473 Visitas
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LAS ESCUELAS RURALES
Salvo por la enseñanza de segunda lengua en el caso de poblaciones con idioma materno distinto al castellano, las escuelas rurales no se diferencian en su modelo de organización ni en su esquema de funcionamiento, de las escuelas urbanas, a pesar de su carácter multigrado o unidocente, siendo gestionadas formalmente de la misma manera y siendo tratados los niños de esta zona geográfica como si tuvieran las mismas características de los niños de la ciudad. Este estereotipo, sin embargo, da lugar a un conjunto de situaciones críticas cuyas principales características son las siguientes:
a) Condiciones elementales para el aprendizaje el tiempo.
En principio, todas las escuelas en el país tienen el mismo horario: cinco horas diarias de lunes a viernes, menos media hora de recreo diario.
Lo que se ha comprobado en el terreno, sin embargo, es que cada día de la escuela es ocupado por diversas actividades ajenas a las clases, que van desde la clásica y prolongada formación previa, los recreos interminables, juegos deportivos extensos y recurrentes o ensayos de desfile cuando se está en víspera de una festividad. Habría que restar, además, el tiempo perdido por las tardanzas continuas del profesor y por sus ausencias constantes, sea para cocinar el almuerzo de su familia hacia el mediodía, para atender a sus hijos pequeños, para cobrar su sueldo o para hacer algún trámite en la ciudad, fuera de las mañanas del viernes y del lunes que puede tomarse libres para viajar hasta su pueblo el fin de semana y para regresar de él. Se estima que el tiempo dedicado a actividades ajenas al dictado de clases es la mitad o más del tiempo formalmente previsto por las normas para la enseñanza. Ahora, las clases tampoco tienen una duración homogénea, pues están sujetas a numerosas eventualidades, es decir, pueden ser interrumpidas por cualquier visita inesperada o cada vez que el profesor tenga necesidad de salir.
La asistencia. Es por todos conocido que los niños en el campo cumplen roles y responsabilidades en su familia, en un contexto donde la familia funciona a la vez como unidad productiva. Es por eso que en algunos momentos de la semana y del año deben ausentarse, en función a las demandas de un calendario determinado por el ciclo económico, agrícola o ganadero. Pese a ser este un hecho sabido de antemano y hasta aceptado por las normas, el calendario escolar en estas escuelas es el mismo de la ciudad, perjudicando reiteradamente, año tras año, la asistencia de los alumnos y haciendo aún más grave la escasez del tiempo y el atraso en el cumplimiento del programa. A esto habría que sumar el problema de la lejanía de las escuelas respecto de los centros poblados, en especial en las comunidades de altura en los andes y en asentamiento dispersos en la selva. Las caminatas de los niños pueden durar horas, ocasionando tardanzas y también ausencias, además de la fatiga natural que representa ese esfuerzo cotidiano y que les resta energías.
Mobiliario, instalaciones y servicios. En la mayoría de escuelas rurales y salvo excepciones, sus muebles son escasos y están viejos, sucios o rotos. Hay, además, falta de energía eléctrica, agua limpia, desagüe, servicios higiénicos operativos y limpios, muchas veces a pesar de haber medios disponibles, como motores y pozos de agua, como si la escuela se hubiese habituado a prescindir de esto y los niños no lo necesitaran.
Se estima que el 41% tiene agua potable, el 3% tiene desagüe, el 19,9% servicios higiénicos y sólo el 9% energía eléctrica. El deterioro del establecimiento y su mobiliario, además, pareciera ser un hecho irremediable, pues lo que se malogra usualmente no se repara. Además, el Estado ha refaccionado o reconstruido escuelas en comunidades alejadas, por lo general, a consecuencia generalmente de quejas y gestiones reiteradas de las comunidades. Por otro lado, allí donde existen oficinas administrativas, en 2 de cada 10 escuelas según estudios efectuados, son inmediatamente ocupadas para almacenar alimentos, cuando los hay, o materiales de diversa naturaleza. Por lo demás, sólo el 5,8% tiene sala de profesores, el 1,6% biblioteca y el 2,1% un ambiente de comedor.
Programas de asistencia social. La mayor parte de las escuelas más pobres se encuentran en zonas rurales, zonas pobres donde los índices de desnutrición en la infancia son dramáticos. La desnutrición crónica en niños menores de 5 años se ha mantenido casi constante en la última década, afectando a uno de cada 4 niños y a más de la mitad de la población in cantil en las regiones. Es indispensable, entonces, la existencia de programas de atención en alimentación y salud en las escuelas, para un desarrollo óptimo del niño.
b) Los procesos pedagógicos
Varios grados, un profesor. Las escuelas multigrado tienen hasta 3 docentes a cargo de los seis grados y es frecuente que haya por cada grado un promedio de doce alumnos, los que, como es lógico, constituyen un grupo sumamente heterogéneo en edades y niveles de aprendizaje. Las escuelas unidocentes suelen tener un promedio de 30 niños a cargo de un solo profesor, habiendo por lo general más alumnos en los primeros grados. Lo esperable es que los docentes desarrollen con el grupo de cada grado el programa que corresponde al grado, diferenciando sus estrategias. Lo que se constata, sin embargo, es que el profesor trabaja igual con todos los grados a su cargo, sin hacer mayores diferencias y atendiendo menos a los más pequeños, los que menos demandas le hacen.
La improvisación. Atender varios grados a la vez exige una programación cuidadosa y diferenciada. No obstante, lo común es que los profesores no preparen su trabajo en el aula, guiándose por rutinas preestablecidas o improvisando, dedicándose sobre todo a hacer dictados, a hacer copiar la pizarra o a revisar tareas. No se constata tampoco ningún esfuerzo por hacer dialogar lo que el currículo pide con lo que los alumnos hacen y saben alrededor de sus actividades cotidianas fuera de la escuela.
La diversificación llega apenas al uso ocasional de palabras, temas o actividades características de su contexto, como animales, plantas y alimentos regionales.
Las tareas escolares. Lo que la investigación también ha establecido es que los padres de familia son requeridos por los profesores para apoyar a sus hijos en las tareas escolares, pese a saber que el tipo de ocupación que tienen en el campo les demanda estar fuera todo el día, y que la mayoría no pudo completar la primaria o son analfabetos, con escaso dominio del castellano. Del mismo modo, a sabiendas que la participación de los niños en las actividades productivas de la familia es un hecho natural en las sociedades rurales y forma parte de su sistema de vida, les envían
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