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GESTION Y DESARROLLO EDUCATIVO MODULO 2 PRODUCTOS


Enviado por   •  3 de Mayo de 2013  •  5.395 Palabras (22 Páginas)  •  2.096 Visitas

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Capítulo V

¿Qué debe Incluir una Constitución?

“El Estado se hizo para el hombre y no el hombre para el estado”

I-Introducción II- Objetivo de una Constitución III- ¿Qué debe incluir? IV-Regla de redacción. V- Nuestro pasado constitucional. VI- La historia nos da orientaciones para el futuro. VII-¿Durante el período inicial que hacer?

I- Introducción:

Expuesto el extremo máximo del desequilibrio constitucional conviene entrar a meditar en como se llega a crear un sistema respetuoso de los derechos ciudadanos, un sistema que no sea asfixiante, que proteja pero que de libertad de acción al individuo. El siglo XX ha sido profuso en proponer sistemas de gobierno que garantizarían paraísos terrenales. Iban acompañados de propaganda masiva y de promesas para un futuro maravilloso que siempre resultaba pospuesto. Los cubanos, entienden lo que digo pues no hay mejor antídoto contra la propaganda que sufrirla a diario en grandes dosis y por décadas. Resulta claro entonces que para salir adelante es indispensable echar a un lado las promesas y la retórica inútil y pensar en nuestro futuro con prudencia, realismo, y serenidad. Sólo así lograremos que Cuba sea lo que debe ser: un país próspero donde se pueda vivir en paz y libertad.

Ello requiere organizar un estado que promueva esos valores. Me dirá usted: Se empieza por una constitución. De acuerdo, pero entonces hay que enfocar muy bien porque la historia de la humanidad nos demuestra que la libertad y la prosperidad van juntas en contadas ocasiones y desgraciadamente somos ejemplo de ello, pues juntas sólo hemos sufrido tiranía y miseria. Este capítulo va encaminado a sembrar una idea esencial sobre la delegación del poder y los peligros de concentrar poder excesivo en el estado aunque se diga democrático.

II-¿Cual es el objetivo principal de una constitución?

Limitar el Poder.

Lo hemos comentado al examinar principios en el estado de derecho y lo repetimos porque existe una tendencia en la teoría constitucional que produce el resultado contrario. Expusimos que la división en los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial no es un invento moderno pues en una u otra forma siempre han existido en las sociedades. Las más prósperas y libres han sabido definir esos poderes y limitarlos de modo que ningún poder avasalle a los demás.

Cuando los individuos que componen una sociedad piensan un tanto y no reaccionan a simples promesas demagógicas, se percatan de inmediato que los gobernantes son hombres como ellos y sujetos a las mismas debilidades. De nuevo repetimos: James Madison lo expresó bien al decir que si los hombres fueran ángeles no precisarían gobierno y que como no lo son, el poder del gobierno tiene que ser limitado.

Si un pueblo entiende lo anterior se dará una buena constitución porque elegirá constituyentes que comulguen con esas ideas. Si no lo entiende elegirá habladores o demagogos que prometerán mucho y atiborrarán la constitución de todo cuanto se les ocurra pueda convertirse en cintillo de primera plana para hacer prosperar sus ambiciones políticas.

Es así como se dictan constituciones retóricas tan repletas de toda clase de ‘derechos’ como lo son inoperantes. Ni el demagogo ambicioso ni el vanidoso tonto están interesados en que las cosas funcionen, sino en que parezcan buenas, y por eso precisan hablar de ‘derechos’ sin ton ni son. Los derechos aducidos no son tales, sino promesas de paraíso terrenal y ya sabemos a donde conducen: A crear dependencia, a sembrar la idea: ‘Sin la munificencia estatal no me puedo valer’. Munificencia no es lo mismo que atención al ciudadano. Un estado bien organizado está atento a las necesidades sociales pero no pretende ser proveedor único de servicios supuestamente ‘gratuitos’a la ciudadanía cuando le parezca adecuado, o pretender actuar como niñera. Incluir la munificencia en una constitución puede ser muy peligroso.

III-¿Qué debe incluir una Constitución?

La constitución de un país no es otra cosa que el conjunto de reglas que se da una sociedad para organizar y garantizar la convivencia en su seno. Hay dos objetivos principales que enmarcan el articulado de las constituciones, a saber:

A) Garantizar al ciudadano un ámbito de libertad y defenderlo contra los posibles abusos del gobierno en sus múltiples instancias. Esto incluye determinar límites de intervención del estado en la vida social. Y en su caso la prohibición de intervenir.

B) Organizar el sistema político del estado para que los objetivos anteriores se cumplan y los ciudadanos puedan vivir en libertad personal. Supone organizar los poderes de modo que existan frenos y contrapesos y que ningún poder avasalle a los otros.

Todo lo cual se resume en la bella frase de uno de los proyectos para la constitución federal alemana: "El Estado existe por mor (causa) del hombre, no el hombre para el Estado. La dignidad de la persona humana es inviolable. El poder público en todas sus manifestaciones está obligado a respetar y proteger la dignidad humana"

En cuanto a fijar las garantías ciudadanas hay amplio acuerdo. Todos quieren que se respeten derechos tan evidentes y tradicionales los de la familia y de los padres, la inviolabilidad del domicilio, la presunción de inocencia, el "habeas corpus", la correspondencia inviolable, el respeto a la propiedad y demás derechos fundamentales que comentaremos en su debido momento. Estas garantías fundamentales que las constituciones de los siglos XIX y XX, aceptaron y plasmaron, corresponden en buena parte a los llamados derechos humanos contenidos en la declaración de las Naciones Unidas de 1948.

Los problemas surgen en cuanto a como se implementan dichas garantías. La experiencia muestra que declarar los derechos y no crear una forma de hacerlos valer acaba por frustrar al ciudadano y lo hace despreciar lo que es bueno, no por que no lo sea, sino porque es letra muerta.

En un estado de derecho, las garantías se protegen con un buen sistema judicial, que incluya un tribunal constitucional. Más adelante explicaremos en más detalle como debe funcionar pero por el momento vale resaltar lo más importante. El Tribunal existe para interpretar la constitución aplicándola a los casos específicos que surjan. Por ello una constitución debe ser clara, concisa y fácil de interpretar. No es una pieza de legislación. Para eso está el congreso.

Cuando se incluyen declaraciones y promesas de todo tipo yendo a lo específico y detallista, resulta muy difícil interpretar una constitución pues se hace del tribunal constitucional un tribunal de

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