NUTRICION PARA PACIENTE QUIRURGICO
Enviado por GELARY • 7 de Marzo de 2014 • 3.919 Palabras (16 Páginas) • 370 Visitas
NUTRICIÓN PARA PACIENTES QUIRÚRGICOS
Desnutrición e inmunidad
Muchos pacientes sometidos a operaciones planeadas soportan el breve período de catabolismo y ayuno sin dificultades.
La conservación de un régimen nutricional adecuado suele tener importancia crítica en pacientes quirúrgicos gravemente enfermos, con disminución ponderal y disminución de las reservas de energías preexistentes.
Es sabido que tanto las infecciones agudas como las crónicas pueden producir una depleción de las reservas corporales de nutrientes y causar deficiencia nutricional, con el posible aumento de la susceptibilidad a las infecciones secundarias o sobreañadidas.
Es sabido también que la mal nutrición grave proteíno-calórico dificulta los mecanismos de defensa inespecíficos.
Los carbohidratos, proteínas y grasas son las tres fuentes de energía de los humanos. Las reservas de carbohidratos, que consisten ante todo en el glucógeno hepático y muscular, son relativamente escasas y satisfarían las necesidades calóricas basales de menos de un día, las proteínas son una fuente mucho más abundante de energía, pero, toda pérdida de proteínas representa la pérdida de una función esencial.
Las proteínas al igual que el glucógeno, son una fuente ineficaz de energía.
Las grasas a diferencia de glucógeno y proteínas, se almacenan en un estado relativamente anhidro, de modo que son una fuente rica de energía con un aporte de 9 Kcal./g.
La asociación de desnutrición con una disminución en la resistencia a la infección ha sido una observación frecuente a lo largo de siglos. Estudios clásicos en niños de países en vías de desarrollo sugieren que el grado de compromiso inmunológico depende del grado de mal nutrición proteico-calórica, de la presencia de infección y de la edad de la instauración de la desnutrición.
De la desnutrición se sabe que deprime la producción de anticuerpos, la función de las células fagocíticas y los niveles de complemento. Parece que también afecta la respuesta mediada por linfocitos T de manera adversa. La subpoblación de células T helper parece ser la más afectada y se asocia con una disminución de linfocinas. La depresión de la respuesta inmunológica mediada por células T está en general asociada con un aumento de la susceptibilidad a las infecciones por virus y por hongos más que por bacterias.
En general, la inmunosupresión resultante de una desnutrición proteico-calórica crónica puede ser corregida con un soporte nutricional que revierta la desnutrición. Los enfermos agudos con sepsis pueden,sin embargo, aparecer en situación de inmunosupresión sin ayuno o desnutrición previa. En tales circunstancias, la nutrición convencional enteral o parenteral puede prevenir una situación de desnutrición generalizada posterior, pero no hay evidencia de que disminuya la morbilidad y mortalidad de manera significativa.
Parece ser que ciertos componentes de las formulaciones de nutrición enteral o parenteral pueden afectar de manera adversa la función inmunológica, mientras que otros pueden restablecer la función inmunológica deprimida o aumentar las respuestas. Esta afirmación induce a seleccionar los nutrientes y su vía de administración como agentes inmunomoduladores
Modulación de la función inmunológica mediante la nutrición
Proteínas y aminoácidos
El contenido de proteínas en la dieta, su liberación como proteína intacta en contraposición a la liberación como aminoácidos, y la concentración de los aminoácidos individualmente en la dieta, ha demos trado que tiene influencia en la respuesta inmunológica del huésped. Alexander y cols. han estudiado los efectos de diversos nutrientes en la respuesta a las quemaduras y al trauma. En estudios previos evaluaron el papel de dietas progresivamente crecientes en su contenido de proteínas en niños que tenían quemaduras del 60% de la superficie corporal. El aumento de la ingesta de proteínas dietéticas de 15% a 23% originó unos mayores niveles de proteínas totales séricas de transferrina, de complementos C3, de inmunoglobina G y de índice de opsonización. De manera más espectacular, la supervivencia aumentó de un 56% en el grupo control a un 100% en el grupo que recibió elevadas cantidades de proteínas, incluso a pesar de que los pacientes de este último grupo recibieron menos de sus necesidades energéticas calculadas que las que recibió el grupo control.
Arginina
La arginina es un aminoácido semiesencial que se convierte en esencial durante las fases de crecimiento y que puede ser esencial en las situaciones hipermetabólicas y sépticas. La arginina es necesaria para la síntesis de colágeno en la cicatrización de las heridas.
La suplementación con arginina produce un aumento de la cicatrización de las heridas y mejora la función inmunológica, mediante la disminución de la disfunción de células T, que se asocia normalmente a los traumatismos.
Observaciones recientes han puesto de manifiesto que los lípidos de la dieta, además de servir como fuente de ácidos grasos esenciales, fuente calórica y como portadores de vitaminas liposolubles, pueden afectar de manera muy importante, tanto el sistema inmune específico como inespecífico.
La composición lipídica de las células inmunológicas, es decir, de los monocitos, macrófagos, linfocitos y leucocitos polimorfonucleares, refleja la composición de los ácidos grasos de los lípidos recibidos en la dieta.. Las células del sistema inmune son capaces de sintetizar ácidos grasos no esenciales, pero dependen de los lípidos plasmáticos circulantes para obtener sus ácidos grasos esenciales. Los ácidos grasos poliinsaturados, el ácido linoleico (omega 6) y sus derivados, el ácido araquidónico, el ácido linolénico (omega 3) y sus productos derivados, ácido eicosapentaenoico y decaexaenoico, reflejan los niveles circulantes de los lípidos. Son precisamente los productos del ácido araquidónico, los eicosanoides, los que tienen un efecto muy potente sobre la función inmunológica.
Los leucotrienos son los mayores activadores de los leucocitos que son producidos a los pocos minutos de la estimulación mitogénica. Son un quimiotáctico muy poderoso y pueden estimular a los leucocitos a que se agreguen y adhieran a las células endoteliales.
También estimulan la actividad de las células “natural killer” y pueden ayudar a activar la lipooxigenasa y la ciclooxigenasa en otras células
Las dietas con alta concentración de aceite de pescado, rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, son una forma de disminuir los niveles de ácido araquidónico en las células
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