Traumatismo Ocular
Enviado por Cherito16 • 3 de Marzo de 2015 • 1.172 Palabras (5 Páginas) • 161 Visitas
Su clasificación puede realizarse atendiendo al nivel de la urgencia que presente:
9.1. Extrema: Es el caso de las quemaduras químicas córneo-conjuntivales, donde la rapidez en la instauración del lavado es fundamental. Compete al primer profesional sanitario que tenga contacto con dicho paciente el saber realizar, al menos durante diez minutos, un profuso lavado con suero fisiológico, prestando especial atención a los fondos de saco conjuntivales. Tras el mismo, se averiguará el causante, sabiendo que, si se trata de un ácido, es menos grave (ya que produce cicatrices rápidamente, impidiendo así la penetración en profundidad); pero si se trata de una base, el daño será mayor, ya que disuelven los tejidos y van penetrando casi sin resistencia hacia el interior del globo ocular. El tratamiento deberá ser, en principio, semejante al de las erosiones corneales, aunque éste dependerá de la gravedad, ya que pueden quedar secuelas en forma de adherencias conjuntivales (fig.8), palpebrales o leucoma.
9.2. Moderada: Se incluyen las heridas perforantes o su mera sospecha, los cuerpos extraños corneo-conjuntivales, las abrasiones corneales, los hipemas y las laceraciones palpebrales. Nunca debe ejercerse una presión sobre el globo ocular ni sobre sus párpados ante la sospecha de una perforación ocular, y se debe encarecer evitar las maniobras de Valsalva.
Las laceraciones se dividen en superficiales (paralelas al borde palpebral y sin separación); las del borde palpebral (que deben ser alineadas cuidadosamente para prevenir la aparición de muescas); con pérdida leve de tejido (menos del 30%) y con pérdida grave de tejido.
La integridad del globo debe ser mantenida a toda costa, siendo fundamental la colocación de un protector ocular o la fijación de una oclusión firme. Tras un traumatismo cerrado puede lesionarse, por acción o reacción, cualquier estructura orbitaria. Si presenta disminución de la agudeza visual, hay que practicar inmediatamente pruebas funduscópicas para descartar el desprendimiento de retina, la rotura coroidea, la catarata traumática (fig. 9), el edema retiniano, el desprendimiento de coroides o la hemorragia intravítrea.
9.3. Mínima: Se incluyen en este grupo aquellas consultas urgentes cuyo tratamiento pueda demorarse entre uno y dos días, como las fracturas orbitarias:
Fractura por rotura del suelo de la órbita (fig. 10): se denomina “pura” cuando no interesa el borde orbital, mientras que la “impura” sí lo hace, además de afectar a los huesos faciales adyacentes.
Dicha fractura está causada por el aumento brusco en la presión orbitaria a causa de un objeto contundente con un diámetro superior a los cinco centímetros. Debido a que los huesos de la pared lateral y del techo son más resistentes, es el fino hueso que recubre el canal infraorbitario el primero en ceder. Entonces pueden aparecer la equímosis, el edema, la anestesia del nervio infraorbitario (que afecta al párpado inferior, la mejilla, el lado de la nariz, el labio superior y la arcada dentaria superior con sus encías), la diplopía, lesiones intraoculares (hipema, recesión angular, diálisis retiniana) y exoftalmos.
Fractura por rotura de la pared medial: Aislada, es poco frecuente. Aparece un enfisema subcutáneo periorbitario cuando el paciente se suena la nariz, así que debe ser advertido, y una motilidad ocular defectuosa si el músculo recto medial está atrapado en la fractura.
Fractura del techo: Si son aisladas, como la caída sobre un objeto afilado o un golpe en la frente, son más frecuentes en los niños pequeños. Las fracturas complicadas, causadas por traumatismos importantes con desplazamiento asociado del borde orbital o una alteración significativa de los huesos craneofaciales, afectan sobre todo a los adultos. Presentan equimosis periocular y hematoma palpebral superior,
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