Resiliencia y envejecimiento

Resiliencia y envejecimiento

La resiliencia es un término que se incluye en todas las etapas del ciclo vital, puesto que las personas tienen la necesidad de hacer ajustes y regulaciones en su pensamiento en cada una de estas, esto incluye incluso las etapas tardías como el envejecimiento y la cual supone en la persona una búsqueda de adaptación consigo mismo y con el ambiente en el que se desenvuelve; la resiliencia es entendida como la capacidad para adaptase positivamente dentro de un contexto a pesar de las circunstancias adversas , en la vejez este término ha sido incluido relativamente hace poco tiempo cambiando la asociación negativa que se adjudicaba al envejecimiento con la perdida y tomando en cuenta la capacidad de enfrentar dichas perdidas , puesto que es normal el confrontar muchas de ellas y lidiar con  situaciones de estrés como la muerte de seres queridos, las implicaciones y cambios físicos propios de la etapa, factores que están en declive como el estatus profesional consideradas normativas en las personas ancianas, lo que pone a la resiliencia como un proceso normal, no excepcional, relacionado con los procesos de autorregulación y aquella capacidad de entender que el envejecimiento es un proceso natural e irreversible y llevarlo con plenitud y aceptación.

Partiendo de lo anteriormente dicho, la vejez es una etapa normal del ciclo vital, que está tomando relevancia en los países de primer mundo y teniendo gran protagonismo pues cada vez más personas viven su vejez con plenitud, las investigaciones arrojan que, al preguntar a las personas mayores sobre su bienestar, la mayoría responde que tiene gran satisfacción en diferentes aspectos de su vida. Esto llama la atención partiendo las dificultades que suelen experimentar en la salud, el funcionamiento físico, en la disminución de las relaciones interpersonales, roles y estatus social. Esta “paradoja del bienestar en la vejez” evidencia la capacidad de las personas mayores para adaptarse a las constantes exigencias en las diferentes áreas de sus vidas, en la realidad tan ajetreada que vive el mundo hoy día y logrando mantener el equilibrio y un adecuado nivel de bienestar entre lo biológico, psicológico y social, sin mencionar el hecho de mantener la identidad personal a pesar de algunos estigmas relacionados con el adulto mayor tales como decir que son sujetos no productivos, enfermo, irrecuperable, loco, etc. Y ver con optimismo el presente.  Estos hechos han llevado a algunos investigadores a declarar que la vejez es una etapa caracterizada por la resiliencia.

Por consiguiente, tenemos que las personas poseen la capacidad de llegar a obtener  un llamado envejecimiento satisfactorio el cual, para llegar a conseguirlo, se tienen en cuenta  unos componentes importantes que ayudan en la formación de una vejez resiliente tales como la ausencia de discapacidad, funcionamiento cognitivo adecuado, inserción social, bienestar percibido, envejecimiento satisfactorio percibido, actitud positiva, autonomía y control, en conjunto ayudando a la construcción del envejecimiento satisfactorio. Se considera tener un estilo de vida activo, no solamente en el aspecto físico si no en la recreación y las actividades culturales ya que la resiliencia está relacionada con la actividad física y la promoción de la salud, también es importante la participación social activa, mantener las redes familiares, y de amistad puesto que esto diversifica los apoyos, expresar ideas y sentimientos hace parte de un ser resiliente, tenemos entonces la recreación educativa la cual por su parte es entendida como una participación metal y disposición de la adquisición de nuevo conocimiento, interés por el entorno y  autorreflexión esto está facilitado puesto que en estas edades no suelen existir preocupaciones de responsabilidad y trabajos no deseados, además nos encontramos con la aceptación de las trasformaciones que pone como un desafío las pérdidas que ocurren en esta edad y verlas como algo normal con una visión positiva propia de esta etapa; el tener proyecto de vida, recordar con proyección el presente y el futuro, gestionar las emociones y sentimientos para poder cuestionar los ya mencionados prejuicios de la edad, no vivir toda la vida sostenido por el yo, aquí juega un papel importante la identidad, vivir en pro de ser productivo y creativo en función de las nuevas generaciones y por último la aceptación del fin de la vida, que es una exigencia de todas las personas que hace que la vida tenga más sentido y no lo contrario, el hecho de vivir en la llamada última etapa del ciclo vital no hace que la persona sea menos productiva, si no que repente de la construcción resiliente que se haga la persona.

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