Abogados: Cinco Claves para Lograr el Equilibrio Vida-Trabajo

Abogados: Cinco Claves para Lograr el Equilibrio Vida-Trabajo

María Isabel Alvarado

¿A quién llamaría si un día llega la municipalidad a cerrar su empresa por la falta de tramitación o renovación de una licencia? ¿Quién consideraría que puede ayudarle si sorpresivamente se presenta la autoridad laboral para inspeccionar las obligaciones laborales de su empresa respecto a sus trabajadores? Una de las carreras profesionales en la que todos los días inician siempre con un problema qué solucionar o un riesgo qué mitigar, es la de los abogados. Usualmente, los abogados son llamados por las gerencias generales, gerencias de ventas, marketing o áreas técnicas diversas cuando los problemas se han concretado y es momento de buscar estrategias para solucionarlos, reducir multas o identificar otras contingencias. Esta realidad, hace que los abogados se encuentren en constante estrés y preocupación durante la mayor parte de su vida, lo que en algunos casos influye negativamente en su ámbito personal. Por lo tanto, el presente ensayo planteará que el equilibrio vida-trabajo de los abogados puede ser logrado a través del desarrollo y práctica de los cinco componentes de la inteligencia emocional. En ese sentido, y con la finalidad de tener una mejor comprensión de la problemática que se busca solucionar, se desarrollará, en primer lugar, los factores que suelen afectar su práctica laboral y las consecuencias emocionales de dicha perspectiva bajo la visión del mundo que usualmente tiene este grupo de profesionales, para finalmente plantear y analizar las cinco claves que les permitirá lograr un adecuado equilibrio vida-trabajo.

Así, pues, se ha identificado que existen al menos tres factores que generan que a los abogados les sea difícil encontrar la felicidad personal y por ende su equilibrio de vida. El primero de ellos es la perspectiva pesimista con la que observan el mundo; y es que, un buen abogado tiende, por lo general, a identificar problemas como situaciones perversas y permanentes. Incluso, se puede señalar que esto último es parte de su formación profesional, en la medida que esta habilidad le permitirá identificar contingencias, ser prudente ante las situaciones que se presentan y anticiparse a cualquier catástrofe que pueda ocurrir, lo cual a su vez lo hará brindar una mejor defensa y asesoría a sus clientes. Sin embargo, el problema radica que en algunos casos esta actitud pesimista puede trascender las oficinas legales para convertirse en una manera de mirar el mundo personal, lo que puede generar una visión poco realista e incluso limitadora que conduce a sentimientos y acciones inefectivas (Ventrella, 2002). El segundo factor que se ha identificado, son las pocas opciones que tiene un abogado en situaciones de alto estrés. Esto sucede usualmente en los abogados juniors, que por lo general están aislados, en contacto laboral único con su superior inmediato y sin mantener relación alguna con los clientes; lo que genera sentimientos de frustración. Finalmente, el tercer factor por el que a los abogados les resulta complicado llegar a este equilibrio de vida-trabajo, es que el ejercicio de la profesión ha venido enfocándose como una en la que hay ganadores y perdedores, y eso hace que los abogados sean ansiosos y resilientes al fracaso (Seligman, 2002).

Sin embargo, estos problemas no son inamovibles, ya que el cerebro es un órgano moldeable y con la capacidad de aprender y desarrollar nuevas destrezas emocionales. En ese sentido, la finalidad del presente artículo es que los abogados tengan “tips” para contrarrestar las causas que les dificultan tener un trabajo eficiente y a su vez integrado con una vida privada que los satisfaga, es decir con un adecuado equilibrio vida-trabajo (Kaiser, 2011). Para ello, tal como se ha adelantado, los abogados deberán tener en consideración cinco claves básicas que son el conocimiento de las emociones, el manejo correcto de las mismas, la capacidad de poder motivarse, la habilidad de reconocer las emociones de otro y la facultad de manejar positivamente las relaciones interpersonales (Goleman, 2006).

La primera clave consiste en el conocimiento de las emociones, es decir en ser conscientes de los propios sentimientos en el momento en el que se van dando. Por tal motivo, resulta relevante trabajar en el autoconocimiento y reflexionar sobre aquellos sentimientos positivos y negativos que se tienen. Así, el conocimiento de las emociones propias no solo brinda mayor seguridad personal en las decisiones que se toman, sino que también es un elemento que permite energizar a los demás, en la medida que procesando la información de los sentimientos los seres humanos pueden anticiparse a los objetivos y sensaciones que quieren lograr (Goleman, 2013a). Por ende, la anotación constante de las emociones positivas y negativas que se vayan generando en distintas situaciones, será la primera clave para iniciar un estilo de vida que permita promover fortalezas y trabajar en la mejora de las debilidades que se tengan; ya que de éstas últimas no solo se aprende sino que también se asientan crecimientos positivos (Wilson & Wilson, 1998).

La segunda clave para lograr el equilibrio vida-trabajo de los abogados consistirá en aprender a manejar correctamente las emociones previamente identificadas. Así, se debe desarrollar la capacidad de redireccionar una emoción una vez reconocida, ya que lo que se busca es la consecución de un objetivo específico al que no puede llegarse a través de la reacción descontrolada (Chakraborty, 2009). En ese sentido, si bien las emociones son particulares de cada ser humano, lo cierto es que cada uno está en la capacidad de enfocar su propia energía si logra reconocerla. Por ende, esta segunda clave puede ser lograda a través de la meditación habitual que permita un análisis retrospectivo del comportamiento, y de la capacidad de saber tomar un respiro en los momentos de estrés, a fin de recuperar el control de las emociones y seguir adelante con las acciones que hagan falta. Siendo ello así, será necesario explorar cuál es aquella experiencia que logra el sentirse aliviado cuando la atención personal se conecta a circunstancias que recargan positivamente; ya que lo que se requiere será un espacio de paz que permita luego reconectarse con el día a día de manera más eficiente y reconfortante (Goleman, 2013b).

El tercer elemento para lograr un equilibrio vida-trabajo consiste en la capacidad de automotivación que pueda lograr un individuo, ya que ella permitirá utilizar y potenciar las emociones positivas que se tengan en la consecución de las metas o cambios que se planteen. Para practicar esta clave, se plantea enfocar la energía que se tenga en eliminar aquellas emociones negativas y promover las positivas, de forma tal que se persista con optimismo y confianza en la consecución de los objetivos. Así pues, lo que se busca en este acápite es demostrar lo importante que resulta identificar aquellas motivaciones intrínsecas que nos impulsan a ser mejores profesionales y personas, sin importar los obstáculos, adversidades o circunstancias que puedan presentarse en el camino. Entonces, la precisión que se deberá tener en consideración en adelante, radica en que no solo se debe basar el trabajo en motivaciones extrínsecas, tales como el sueldo u otros beneficios o recompensas económicas que se puedan obtener, sino que también se deberá identificar el sentido y vínculo que tienen los logros profesionales para la vida personal y familiar. De esta manera, se podría decir que cada persona es dueña de la propia motivación para lograr resultados extraordinarios, y además que ésta motivación puede contagiar a los demás miembros del equipo para contribuir con objetivos centrales (Goleman, 2015). En ese sentido, está en el interior de la persona el desarrollar estas tres primeras claves para contrarrestar el análisis pesimista de la profesión, por lo que se plantea una actitud creativa que logre diferenciar la estructura de razonamiento profesional de la personal.

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